"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, noviembre 25, 2004

Rebeldes subvencionados

Se ha estrenado en cines el collage de cortos políticos Hay motivo . Treinta y dos artistas decidieron en vísperas de las elecciones generales de marzo de 2004 expresar su punto de vista sobre diversos problemas que, a su modo de ver, acontecen en España. Podían haber elegido la forma de manifiesto publicado en un periódico, la elaboración de un libro, la organización de una manifestación...

El resultado de la unión de los esfuerzos individuales ha sido una cinta constituida por diversos retazos, de distintas calidades y texturas. Aunque con más o menos intensidad, hay una línea que une a todos ellos: una visión crítica, ácida hasta la corrosión, contra el gobierno del PP, y de Aznar en particular, que aparece como el Gran Satán al lado del cual otros secuaces se agitan por salir en la foto, de Rajoy a Bush, pasando naturalmente por Fraga. Aznalcollar se da la mano con el Prestige, mientras que el accidente del Yak-42 acompaña al guiñol político de la Asamblea de Madrid o los drogadictos de las Barranquillas se codean con Pilar Bardem actuando según un guión de JuanJo Millás.

En España, ya se sabe, no hay artistas de derechas. Todos son de izquierdas, modernos, solidarios, comprometidos, más previsibles que un streaptease. Y apocalípticos. Alguien que no conociese España y viese Hay motivo llegaría a la conclusión, tantos y tan honestos no pueden equivocarse, que el país estaba gobernado por una banda de terroristas fascistas que han alcanzado el poder, sí, por medios democráticos pero, como dice algún entrevistado, eso no es suficiente para ser considerados demócratas...

Llevados por el principio de que una imagen destruye más que mil palabras, el panfleto Hay motivo adelantó lo que iba a ser el carácter específico de la campaña electoral: la manipulación mediática llevada hasta sus últimas consecuencias por todas las partes implicadas.

Haciendo una extrapolación al cine español en general, Hay motivo es una muestra de la incompentecia manifiesta de la mayor parte de los cineastas de este país (salvo Erice, Urbizo, Almodovar y algún otro). Incapaces de hacerse con el mercado foráneo, ausentes en los premios de los grandes festivales y perdiendo año tras año cuota de pantalla en España, los cineastas se agarran desesperadamente al pesebre de las subvenciones estatales. No es de extrañar la animadversión hacia un gobierno liberal en lo económico que se niega a las exigencias pecuniarias de este lobby de "artistas", que ha sido autoconsegrado como la reserva espiritual de Occidente.

Los treinta dos cortos tienen una duración variable, desde los pocos segundos hasta los seis, siendo en total su duración de noventa y seis minutos. Dominados por la subjetividad más extrema los más falsos resultan ser los que pretenden ser más verídicos. Al panfleto no le sienta bien que el cineasta trate de hacerse pasar por periodista. Se le ve el plumero. El primer corto, Libre de Joaquín Oristrell, es un diálogo entre una taxista y su cliente sobre diversos lugares comunes, de la guerra al encarecimiento de la vivienda. Su trivialidad argumental trata de ser compensada por el monólogo del profesor Pedro Arrojo en El plan hidrológico de Pere Portabella, aunque los argumentos del zaragozano tienen que ser reforzados en los títulos de crédito con referencias a la autoridad que diversos premios y reconocimientos le han sido otorgados. Sería interesante verlo debatir con otras autoridades, de planteamientos opuestos, sobre este grave problema de nuestro país.

A los desastres ambientales les sienta bien el documental vindicativo. Es sintomático que de los acercamientos a la rotura de la balsa de Aznalcollar (La pesadilla de Álvaro del Amo) y al hundimiento del Prestige (Cena de capitanes de Pere Joan Ventura, Mayday: llamada general de Manuel Rivas) el mejor sin duda, y posiblemente de toda la serie, sea el del novelista gallego. Un cazador apunta, contraplano de un pez, el cazador dispara, se dispara como una alarma una llamada de socorro, un mayday, que va a servir de fondo sonoro de una sucesión encadenada de imágenes del hundimiento del Prestige, de bancos de peces, de manifestaciones con pancartas de Nunca Mais, más peces, la voz crispada de Fraga, premio a Cascos, más manifestaciones, más peces, la voz crispada de Aznar ladrando “¡dejad que ladren su rencor por las esquinas!”, Cascos subiendo a los cielos (ayudado por unos globos azules).

Pero es en los retazos dedicados a linchar a Aznar dónde Hay motivo encuentra su justificación de ser. Si con Oristrell empezábamos tímidamente costumbristas y seguiamos didácticos con Portabella, con Técnicas para un golpe de Estado de Vicente Aranda, El pasado que te espera de Mariano Barroso y La mosca cojonera de Antonio Betancor se alcanza el paroxismo de odio que ayuda a justificar cualquier acción. Justo al día siguiente de las elecciones Pedro Almodóvar ante la prensa internacional hacía saber que había un rumor según el cual el PP había querido dar un golpe de Estado antes de las elecciones. Almodóvar es un ingenuo, o por lo menos eso debe pensar Aranda porque en su documental queda claro que desde la entrada de Pavía en el Congreso hasta el desvelamiento de la reunión de Carod con la cúpula de Eta, pasando por el golpe de Estado de Tejero, la derecha gana el poder por las buenas o por las malas. Y termina con un ambiguo y sugerente “Continuará...” Barroso se convierte en lo más cercano entre todos a un propagandista de la oposición, y convierte su espacio en una denuncia del candidato Rajoy, contraponiendo sus declaraciones en off sobre el Prestige, la guerra de Irak o el encarecimiento de la vivienda a imágenes de manifestaciones que parecen querer contradecirlo. Por último, Betancor escenifica una pobre imitación de Aznar, en la que el imitador farfulla un discurso ininteligible ante una bandera española de proporciones elefantiasicas. Este crescendo vituperador había, sin embargo, alcanzado su momento más alto, o más bajo según se mire, en ¿Legalidad? de David Cebrián: Voz en off de Aznar (¿le habrán pagado derechos de imagen?) hablando de derechos fundamentales, plano de niño sonriente y muy contento, dejad que los niños se acerquen a la cámara, que recita “Nadie puede ser privado de sus libertades individuales”, cambia el plano y durante unos instantes vemos una caricatura de Aznar lamiendo un culo que eructa, ¿el culo de quién? Por si había alguna duda vemos a Bush jr. saludando. Cebrián denuncia, y con razón, el encerramiento del español Hamed Abderraman Ahmed, y los demás presos, en Guantánamo, pero pasa de puntillas sobre el hecho de que HAA fue finalmente liberado.

El crescendo vituperador de la cinta, la deshonestidad, la utilización de las víctimas para servir a sus propósitos políticos inscribe a este puzzle de despropósitos en una de las muestras más acabadas del agitprop fradulento que sirve para propagar las mentiras como estrategia de conocimiento y el odio como horizonte vital.

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