"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, marzo 08, 2005

Antiamericanismo

En España los niños no nacen con un pan debajo del brazo sino con un pin de Che Guevara. El antiamericanismo es una de las señas de identidad de este país, tanto por la derecha (nos birlaron Cuba y tal) como por la izquierda (OTAN de entrada no)





El fantasma del antiamericanismo se nutre en España del trasfondo antidemocrático de buena parte de la sociedad española (¿qué se puede esperar de un pueblo que está orgulloso del horripilante grito de "¡Vivan las "caenas"!) que se refleja en el habitual desprecio hacia la "escasa" historia de los EE UU ("sólo" 250 años... de democracia ininterrumpida). También, claro, de la ignorancia, fomentada desde los institutos de secundaria con una programación de la asignatura de Historia en la que se explica de forma heroica la Revolución Francesa y se silencia, en el mejor de los casos, la Americana. O en muchos de los programas de la historia de la Filosofía, en los que sigue ocupando un lugar destacado Karl Marx (y no digo que haya que sustituirlo por Adam Smith, qué más quisiera, pero hay unos cuántos filósofos románticos, comenzando por Hegel, mucho más profundos e importantes).

Ese antiamericanismo primario se nutre de otras dos características culturales españoles: la alergia a la técnica y a la ciencia, por un lado, y el desprecio de cristiano viejo hacia el dinero, esa invención diabólica. Ayer tenía ocasión de escuchar a Sánchez Dragó, uno de nuestros intelectuales patrióticos, despotricando contra el cubo de Moneo en el Prado, y echaba la culpa del "desaguisado" cultural, cómo no podía ser menos, al poderoso caballero. Si no fuera por que cree que Aznar fue un gran presidente (fue purgado de TVE inmediatamente despueś del 14-M) sería un buen fichaje para Carmen Calvo, y su cruzada por la cultura pura, sin mancha de mercantilismo.

Democracia, ciencia y capitalismo, la Santísima Trinidad de la civilización moderna, simbolizada en el país del billete verde. Demasiado para nuestros castizos y progres, por una vez unidos, compatriotas.



No lo veía así, sin embargo, Elia Kazan. América, América es una de esas películas incómodas, plenas de contenido y, sobre todo, de iluminación. Un pastor armenio en la Turquía de mediados de siglo XX llega a ocupar un lugar de poder, riqueza y prestigio en la prosaica y opresora sociedad de Estambul. Sin embargo, su sueño es irse a los EE UU. El último plano de la película es demoledor para los calumniadores de los EE UU, y una reproducción exacta del anhelo de millones de personas en el mundo. En el número de febrero de Letras Libres Yi Yun Li cuenta como se pasaban en el servicio militar chino, entre lavado de cerebro y vigilancia carcelaria, fotocopias de Lo que el viento se llevó y cintas piratas con American pie.

Hoy pone Garci la pelicula de Kazan, que recomiendo que no vean, porque Garci tiene la mala costumbre de emitirlas dobladas, con copias desastrosas y, lo que es peor, cortadas (si acaso programar el video para el debate a posteriori, si es que están Miguel Marías o Eduardo Torres Dulce)

3 comentarios:

El Salmantino dijo...

Garci no tiene mucha capacidad de maniobra, por el asunto de los derechos y las preferencias de TVE con respecto a la programación.

Pascual González dijo...

Cuánta razón tienes en lo que dices sobre las revluciones francesa y americana. Y cuántas cosas explica ese dato. Por cierto, el otro día, al entrar al aula, la clase anterior había sido de historia. Sobre el encerado quedaba aún el esquema de la explicación. Trataba sobre las desigualdades y los países pobres. Subrayada, sólo había una posible solución al problema de la pobreza: el comercio justo. ¡La enseñanza es una lobotomía nacional!

"América América!"... grande, un monumento de tres horas. ¡Viva Kazan! Y justamente ayer, por cierto, estuvimos hablando de "Esplendor en la hierba". ¡Ay!

alex delaunay dijo...

Sanchez Dragó piensa que Aznar fue un gran presidente?

No lo sabía. Aunque no me extraña.

Si recuerdo que los progres y los tirireteros (esos amantes de la libertad y el pluralismo) pusieron el grito en el cielo cuando Aznar estuvo invitado en su programa.