"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, abril 21, 2005

Sin City/Old Boy: los tebeos en el cine

Este fin de semana la cosecha ha sido espectacular. Cine negro, muy negro, violento y hermoso, bizarrro y extremo. Desde los EEUU y el este asiático, naturalmente.

Fusión de diversos géneros, el cómic por un lado, los videojuegos por otro, tanto Sin City como Old Boy son también fusión de diversas épocas cinematográficas. Junto a la estela de von Sternberg en Sin City y Kurosawa en Old Boy, es el western, el género cinematográfico por excelencia, el que se cuela por los resquicios de estas dos obras desmesuradas y proteicas.

Sin City es una subyugante traslación del cómic original a la pantalla, en lo que constituye uno de los diálogos más fructíferos entre la aventura gráfica y la cinematográfica. Precisamente es en estos momentos cuando la interrelación entre los tebeos y el cine está alcanzando una simbiosis perfecta, y es que ha habido que esperar a que el cinematógrafo afilase sus potencialidades tecnológicas para que ese país de las maravillas que constituye el universo de los superhéroes y los supervillanos se pudiera asentar, con toda su potencia, en la pantalla. Además, claro, de que una generación de cineastas, nacidos en los 60 y ahítos de Chuck Jones, Marvel y Manga se pusiera tras las cámaras.

Y si Robert Rodriguez, codirector de Sin City junto a su creador Frank Miller, es un seguidor de Tarantino (la influencia pulpfiction de Kill Bill es evidente en toda la película), hay que imaginarse al director de Reservoir Dogs dando saltos de alegría viendo Old Boy en el Festival de Cannes. Por lo menos compensó la infame Palma de Oro a Michael Moore con el Gran Premio del Jurado a este director coreano, Park Chan-Wook, por una película original, violenta, fascinante, retorcida, bellísima en su marginalismo. Sin duda, una de las películas del año.








También en relación a un comic, a un manga, Old Boy es deudora de la dinámica arrítmica de la narración en el tebeo.





En ambas, la versión original se impone. Los voces rudas y roncas de Mickey Rourke o Benicio del Toro, la rugosidad y la explosión de las voces coreanas, conforman unas bandas sonoras que forman parte integral de estas dos películas imprescindibles.

PD. También he visto una película europea, La dama de honor de Claude Chabrol, que no ha conseguido estropearme el buen "sabor" retiniano.

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