"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, junio 19, 2005

Las falacias de Sowell y del lobby arco iris

En la discusión sobre si se debe permitir el matrimonio entre homosexuales y la adopción parece que hay que elegir entre Rouco y Zerolo. Pero un mínimo de pensamiento crítico nos hará estar al tanto de los sofismas que los bandos más vociferantes nos quieren hacer colar.

En primer lugar, el que mejor ha expresado la oposición al matrimonio entre homosexuales con una argumentación no-religiosa ha sido Thomas Sowell que argumenta (en rojo mi crítica):

Los homosexuales pisaban tierra firme cuando argumentaban que lo que sucedía entre adultos libres de elegir no es asunto de nadie más. Ahora quieren convertirlo en asunto de todo el resto del mundo requiriendo a otros la aprobación de sus uniones y un tratamiento similar al que dispensan a cualquier otra unión, tanto legalmente como en la práctica social. Sowell tiene razón en que el Estado no debería inmiscuirse en lo que los individuos libres decidan. Pero en vez de ampliar el argumento criticando los límites que actualmente pone el Estado a los acuerdos civiles que quisieran establecer entre sí, especificando un rango estrecho de posibles uniones, concluye irracionalmente que mientras que los homosexuales no tienen que estar bajo la tutela estatal, los heterosexuales sí.

En primer lugar, ¿por qué es el matrimonio una preocupación del gobierno? Existen al menos tres razones:

La primera de todas es que el matrimonio entre hombre y mujer tiene el potencial de producir más gente, que no son ni adultos ni libres de elegir. El bienestar de los niños es importante tanto por su propio bien como por el bien de la sociedad en su conjunto, cuyo futuro está representado por dichos niños. Esta consideración obviamente no se aplica a uniones homosexuales. Pues va a ser que sí. Como ya he argumentado, la tecnología de la reproducción disponible permite que los homosexuales puedan tener hijos biológicos. Por otra parte el fenómeno de la globalización ha implementado un mercado de niños en adopción que posibilita un óptimo de intercambio entre familias, que con la inclusión de familias homosexuales lo haría más dinámico y competitivo.

Segundo, hombres y mujeres se sitúan en muy diferentes situaciones dentro de un matrimonio. El hecho ineludible de que sólo las mujeres se quedan embarazadas significa que la situación de hombre y mujer nunca va a ser la misma, sin importar cuanto lenguaje "neutral" empleemos o cuanto hablemos, según la última moda, de como "vamos" a tener un hijo. Las leyes deben hacer a ambos igualmente responsables del niño que ella, en solitario, va a tener. De igual modo, esta consideración no se aplica a las uniones homosexuales. Confunde Sowell los sexos con los roles familiares. Dentro de una disposición familiar dada los roles desempeñados por los individuos obedecerá en un factor importante a los condicionamientos culturales y tecnoeconómicos.

Tercero, el tiempo tiene distintos efectos en hombres y mujeres. Cuando los años transcurren y las mujeres pierden su atractivo físico, los hombres suelen estar ascendiendo en ingresos y estatus profesional. Es frecuentemente más fácil para un hombre de mediana edad abandonar a su esposa y casarse por segunda vez con una "mujer trofeo" más joven, que para una mujer volver a casarse tan ventajosamente. Puesto que la mujer a menudo ha invertido años de su vida en crear un hogar y una familia, el contrato matrimonial es una manera de intentar asegurarle que su inversión no será en vano. Muy bien, ¿y qué? Que los homosexuales se puedan casar no implica que todos nos tengamos que casar con personas de nuestro sexo (que haya posibilidad de divorciarse no implica que te divorcies. Por cierto, ¿cuántos de los que clamaron contra el divorcio, y se han casado por la Iglesia, se han divorciado? Contradicciones performativas se llama. Las mujeres seguirán siendo protegidas por los contratos matrimoniales.

No se pueden aplicar éstas y otras diferencias entre sexos cuando los miembros de una unión familiar son del mismo sexo. Cuando son sencillamente "adultos libres", pueden ponerse de acuerdo en los términos que deseen aplicarse entre ellos. No es asunto de nadie más y no debería ser asunto de la ley. De nuevo, perfecto desde una óptica liberal. Pero una estupidez cuando legitima la intromisión estatal con respecto a unos individuos, los heterosexuales, pero no con respecto a los homosexuales.


Con respecto a la adopción, la cuestión está en si guiarnos por intuiciones o bien fundamentar la ley en estudios sólidos sobre si la adopción puede perjudicar en algún sentido a los depositarios del derecho, los niños. Mi intuición personal es que no afecta, fundamentalmente por los argumentos biologicistas a los que también me he referido, pero cuando he leido algún informe presuntamente científico sobre dicha cuestión me he quedado sorprendido por la irresponsabilidad y el poco rigor con el que se ha estudiado el tema. Por ejemplo, en la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (no sé exactamente de qué país, creo que es de España) se dispone de un estudio de un reputado "paidopsicólogo". Para los que estamos acostumbrados a las mentiras, medias verdades y estadísticas que suelen ser habituales en las pseudoinvestigaciones de pedagogía no nos sorprenderá el sesgo ideológico de estos estudios, en los que se demuestra aquello que previamente se quería demostrar, sin que haya posibilidad de refutación (los estudios "mentalistas" no parecen haber evolucionado mucho metodológicmente desde que Popper se horrorizará de las prácticas psicoanalíticas de Freud o Adler).

Así se reconoce que hay un escasez de referencias para obtener unos resultados robustos pero se minimiza dicha escasez ya que las críticas se establecerían desde una perspectiva convencional y conservadora. Lo que nos muestra de forma refleja que estos estudios se han hecho desde una perspectiva "progresista" y "heterodoxa" (se citan como referencias ideológicas a Victoria Camps y Miret Magdalena (se toma de este teólogo la noción de "familia judeo-cristiana". Sólo aceptar en un estudio sobre la familia este concepto banal y que no significa antropológicamente nada descalifica a sus autores), y no desde el establecimiento de unos parámetros de imparcialidad y objetividad. Pero no olvidemos que el paradigma "progresista" y "heterodoxo" en ciencias sociales niega la objetividad y la neutralidad, por lo que se sienten legitimados a hacer una ingeniería social "racionalista".

Aún con todo concluyen que

Se necesitan más investigaciones psicosociales (multidisciplinarias y
multicéntricas) para acceder a una mínima comprensión del impacto en el desarrollo de
los niñ@s y en la posible aparición de trastornos mentales a lo largo del desarrollo
infantil.
Aún se precisan investigaciones longitudinales consistentes y amplias


En conclusión, la argumentación racional nos lleva al establecimiento de uniones civiles entre homosexuales (con plenos derechos hereditarios, fiscales, etc.), sin necesidad de que se denomine "matrimonio". Se debe permitir también la objeción de conciencia para aquellos funcionarios públicos que presenten problemas religiosos o de otro tipo (hay una superioridad política de la moral individual sobre la moral del Estado, que no es sino la del grupo dominante). Y en cuanto a la adopción de niños se puede establecer una moratoria de cinco años hasta que la experiencias que se están desarrollando en otros países ofrezcan datos más robustos sobre la posible incidencia de los roles parentales en el desarrollo psicosocial de los niños.


De esta manera se realizará una política liberal-radical, no dogmática ni infantiloide.

Así Lorca a Walt Whitman:

Ni un solo momento, Adán de sangre, macho.
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas,
agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Withman, te soñaban.
¡También ese! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Withman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.
..
¡También ese! ¡También! Dedos teñidos
apuntan a la orilla de tu sueño
cuando el amigo come tu manzana
con un leve sabor de gasolina
y el sol canta por los ombligos
de los muchachos que juegan bajo los puentes.
Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches Y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.
..
Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y suelo que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.
..
Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.
Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Este es el mundo, amigo, agonía, agonía.
..
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.
Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.
..
Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whitman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo,
madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.
..
Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de La Habana,
Jotos de México,
Sarasas de Cádiz,
Apios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Fioras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.
..
¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores,
abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.
..
¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
iNo haya cuartel! ¡Alerta!
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes
os cierren las puertas de la bacanal.
..
Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas,
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.
..
Duerme, no queda nada,
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.

..

6 comentarios:

Daniel Rodri­guez dijo...

Sowell lo que argumenta es que las razones que pueda tener el Estado para regular el matrimonio no existen en el caso de parejas del mismo sexo. Se puede argumentar perfectamente, como Rallo, que esas razones no son suficientes como para que se meta en estos asuntos. Pero pretender ampiar la regulación del matrimonio a parejas donde ni siquiera se dan esas razones es dar un salto cualitativo hacia una mucho mayor arbitrariedad. De hecho, regular la poligamia sería un salto menor, en mi opinión.

Maromo Surfero dijo...

De esta manera se realizará una política liberal-radical, no dogmática ni infantiloide.

No entiendo: si hemos quedado que lo liberal es que no exista matrimonio... ¿ahora resulta que lo liberal es que cuanto más regule el Estado (y más agravie comparativamente a los solteros), mejor?

. dijo...

Creo que todos estamos pasando por encima de que el primer fundamento del matrimonio es jurídico: la existencia de un contrato que regula la propiedad de los bienes adquiridos durante el matrimonio, los aportados de modo previo, el reparto de los ingresos y los derechos de sucesión. Por supuesto, a añadir las responsabilidades ante la infancia. El pensar en términos románticos reduce al absurdo el problema: no es cuestión del estado inmiscuirse en los afectos y en el deseo, pero sí en las consecuencias jurídicas de que debido a su existencia (el afecto, el deseo) las partes convengan una coexistencia en la que renuncian a parte de sus derechos para adquirir otras obligaciones. Como se señala aquí, gracias (hay quien pensará que es una desgracia) al progreso de la ciencia y como bien advierten los antropólogos sobre la diversidad del concepto de familia, si no es ahora será tarde o temprano cuando el Estado deba regular las relaciones de las parejas del mismo sexo con ellos mismos y sus posibles descendientes, cualquiera que sea su vía de acceso a la paternidad (adopción incluida: ¿quien puede decir que el que ya es padre/madre biólogico no puede serlo de nuevo por la adopción? ¿quien no puede serlo al unirse a otro individuo que porta consigo el descendiente de otra unión?). En definitiva, creo que el debate acabará por no tener sentido porque se trasladará a la forma de hacerlo ante las necesidades prácticas.

Libertariano dijo...

Dani: Sowell no tiene en cuenta que las condiciones que plantea para que el Estado pudiese intervenir están alcanzando a los homosexuales. La poligamia (y el incesto, que no he querido citar. Pero si tenemos en cuenta que la razón antropológica de la prohibición del incesto es el intercambio de mujeres entre grupos, y no la cuestión genética, ya no tendría sentido, dada la amplitud de la sociedad).

Como indica Berlin, lo que debieramos hacer es surfear la ola, no ponernos enfrente. Históricamente el caso de la extensión del sufragio a las mujeres (paralelo al desarrollo de las tecnologías del hogar) es revelador.

Maromov: Si no podemos (por el momento) aspirar a un primer óptimo, pues vayamos por el segundo. Pero no menos.

Y Gil de Biedma me parece el mejor de su generación.

. dijo...

Buena la comparación con el sufragio de las mujeres: los hombres se fueron a la guerra, las mujeres ocuparon las fábricas y al terminar la guerra no quisieron volver a casa. ¿Y ahora? Un hombre se casa, tiene hijos, y mañana decide/descubre que es gay. Hoy, la tribu lo acepta. Así que de repente puede pensar que un nuevo hijo dé sentido a su forma de llevar la relación. Lo mismo con las mujeres. Probablemente es imparable.

Libertariano dijo...

Amigo bicho, no es cuestión de "reducir" sino de plantear una óptica del asunto. Como la biológica. O la cultural. O la moral. Cuántas más, mejor.

El poema de Lorca no creo que intente mostrar ninguna bondad intrínseca. Sólo su humanidad intrínseca, para lo bueno y para lo malo.

Un saludo