Se va el caimán

Se va Fraga. El veterano político conservador es el más típico representante del estatalismo de derechas. Profundamente antiliberal, este ministro de Franco, al que le cabía todo el Estado en la cabeza (y, lo que es peor, se creía que el Estado era él), ha sido el típico representante de la pedantocracia que cree trabajar para el pueblo, por el pueblo pero sin el pueblo. Su populismo panfletario no ocultó su reflejo de ogro ambicioso y desmesurado, un dictadorzuelo sentimental que lo mismo se confesaba admirador de Margaret Thatcher que se daba abrazos de oso con Fidel Castro.

Último de una saga de políticos en formol, como Santiago Carrillo, tras perder el Gobierno gallego al que se enrosco como una lapa, perjudicando a su propio partido, a Fraga no le queda otra salida digna que un retiro prudente y silencioso, en su tierra natal o en Palomares



En el PP estarán pensando que no hay mal que por bien no venga.


Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla,
Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla.

Lo que come este caimán, yo le tengo admiración,
Lo que come este caimán, yo le tengo admiración,
Come queso y come pan con refrescos de limón.