"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, agosto 25, 2005

Un cardo es un cardo es un cardo es un cardo es un...

Pero, ¿quién hace los artículos de la Encarta? Los juicios y omisiones me suelen parecer discutibles, cuando no delirantes. Leo en Juan Sánchez Cotán: “Nacido en Orgaz (Toledo), fue un pintor de escaso mérito en los temas religiosos, que sin embargo tenía unas extraordinarias dotes como bodegonista” En Granada he tenido ocasión de ver en el Monasterio de la Concepción, en el Albaicín, una exposición de motivos referentes a la Inmaculada. Además de los libros plúmbeos (de los que la enfática guía dio también una interpretación que no tenía nada que ver con la realidad (sería fan (de las malas) de John Ford, y por eso prefería la leyenda a la verdad.) destaca sobremanera “La virgen de la vela”, también llamada "Virgen despertando al niño" y "Virgen de las gachas" (¡el punctum!: esas gachas junto a la jarra. Así se despierta el niño de contento: la mami que le trae el desayuno a la cama) del fraile cartujo, una maravillosa recreación intimista de la virgen María y el niño Jesús, completamente alejado de los estereotipos mariológicos (Cotán hizo tres versiones de la misma. La de la exposición pertenece a un particular de Alfacar (hay tipos con suerte); se puede admirar otra versión en el muy recomendable Museo de Bellas Artes de Granada, junto al célebre cardo (ver infra) y otras obras maestras de Alonso Cano o Pedro de Mena). Normalmente las representaciones pictóricas de María la dotan de un aura de irrealidad conveniente para destacar su condición de (y pido comprensión a los monoteístas estrictos) “Madre de Dios”, pero lo que me atrae de la versión del cartujo es la celebración de lo humilde, la exaltación de la naturalidad, la belleza de lo cotidiano (aquí se aprecia en detalle)






Como en sus famosos, y maravillosos, bodegones pinta lo despreciado (el cardo frente a la rosa) subrayando su condición natural, tan material, tan superficial (contra ese viejo prejuicio occidental de que en la verdad y la belleza está "en lo profundo", en el "espíritu"), destacando lo que de tan usado no vemos. Que una madre con su niño es una madre con su niño. O "Este cardo (querido René) sí es un cardo".





Y un homenaje contemporáneo al gran SC: una fotografía de Uwe Schnatz

1 comentario:

¿? dijo...

Que buen post, es cierto que muchas de estas publicaciones como la Encarta lo único que hacen es recoger artículos en su mayoría desfasados, por ejemplo hace poco leí que Pya-Pvo destacaba por su industría química, cuando eso hace más de cuarenta años que no había industrias químicas de cierta entidad en Pya-Pvo.
Sin duda Juan Sánchez Cotán constituye uno de los primeros forjadores de esa estética naturalista que denotan sus bodegones, aunque era una tendencia ya muy seguida por otros pintores, de clara influencia flamenca, muchos de esos bodegones vienen a constituir lo que conocemos como "vanitas", en donde a través de un bodegón se habla de diversos aspectos de la vida y la muerte; ya te digo será un tema muy recurrente, en donde muchos de esos vegetales que se exhiben en multitud de ocasiones vienen a simbolizar ciertas culidades humanas.
Con respecto a la valía de Sánchez Cotán como pintor de obras religiosas sólo es preciso pasarse por el monasterio de la Cartuja de Granada que constituye uno de los grandes conjuntos pictóricos del barroco español, que tiene su culmen en el refectorio del mismo donde Cotán realizó un magnífico "trompe l´oeil" (trampantojo)de una cruz de madera, que al igual que la pipa de Magritte podríamos decir: "Esto no es una cruz", por cierto que gran reflexión realiza René acerca de la esencia de la representación.
Ah, espero que revisites la Cartuja y admires la obra religiosa de Cotán, te aseguro que no te defraudará.

Un saludo.

José