"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

lunes, septiembre 05, 2005

Miliciano abatido. Otro fleco de la Guerra Civil

El 5 de septiembre de 1936 Francisco Borrell recibió dos disparos. El primero, por la espalda, lo mató. El que recibió de frente lo inmortalizó. La foto de guerra más famosa, del más valiente de los reporteros gráfico, Robert Capa, quizás sea sólo un montaje. Hay quien le importa sobremanera y a quien le importa un bledo.




Precisamente se tomó a unos doce kilómetros de aquí al lado, en Cerro Muriano, al comienzo de la guerra civil española. Un miliciano republicano, un anarquista de la CNT, fue abatido justo delante de la cámara, una Leica 35 mm., de un joven húngaro que había sido enviado por una revista comunista, Vu. Capa se convertiría en uno de los fotógrafos más relevantes del siglo. Cubriendo la II Guerra Mundial, la de Vietnam y otras dió muestras de un valor casi temerario que finalmente lo llevó a la muerte al pisar una mina. Junto a otro que tal, Cartier-Bresson, fundó la Agencia de reporteros free-lance Magnum, una institución de la fotografía de calidad. Calidad no sólo en una dimensión formalista sino también de compromiso con la realidad.

Dicho compromiso es el que hace tan importante la elucidación de si la foto del miliciano abatido en la sierra cordobesa es auténtica o un montaje (y en el caso de que sea una ficción, si es un fraude o qué-más-da). En el discurso sobre la Edad Dorada Don Quijote se refiere al tiempo utópico en el que “No había fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y la llaneza”. Pero Oscar Wilde matizaba que la pura y simple verdad pocas veces era pura y nunca simple.

Richard Whelan ha llevado a cabo una investigación minuciosa para proporcionar argumentos sólidos sobre la veracidad o la falsedad de la foto de Capa. En Richard Capa una biografía, discute la afirmación del historiador Knighteley de que la caída del miliciano fue una simulación, una ficcionalización del ataque que estaban preparando contra las defensas franquistas de Córdoba. Entre juego y juego, la realidad hizo irrupción, y el miliciano cayó herido de muerte. ¿O no? ¿Es esa foto una falsificación? ¿Una recreación verosímil pero inauténtica?

La conclusión de Whelan es que Capa no la manipuló en ningún sentido. Que ese hombre, Francisco Borrell, está muerto en el momento en que se hizo la instantánea.

Me ha interesado sobremanera la preocupación de Whelan por revelar la verdad. Podía, asumiendo una actitud "semiótica" o "postmoderna", haberse ahorrado pesquisas en cuanto que la dimensión simbólica, "progresista" y propagantista, sería suficiente: al fin y al cabo esa foto es un símbolo movilizador de conciencias, y muestra el "compromiso" de Capa con la República.

Sin embargo, Whelan no se resignó. No le cuadraba con la honestidad de Capa. Por otro lado, si fuera indiferente una foto de la realidad y una foto escenificada, ¿por qué habrían de arriesgarse a morir reporteros como Capa cuando podían estar comodamente en estudios?

Los argumentos que ofrece Whelan no son determinantes pero al menos a mí me han convencido de que la foto de Capa se corresponde con la realidad de lo que pasó. Si no fuera así la foto seguiría teniendo un indudable valor simbólico. Pero los símbolos no dejan de tener un cierto aire ridículo. Si esta foto sigue teniendo una densidad ontológica es en cuanto que creemos que Francisco Borrell ya no se levantó.

PD. Ayer Pedro J. ilustra su Carta dominical sobre la Guerra Civil con un dibujo que reproducía la foto de Capa. En la página siguiente Pachi dibujaba en su viñeta también al miliciano abatido. Definitivamente una foto eterna.

8 comentarios:

¿? dijo...

Es cierto que sea ficticia o no dicha instantánea es ya un símbolo y una imagen muy representativa. Pero, si no creyeramos en que en ese instante Francisco Borrell murió, perdería mucha credibilidad y honestidad este magnífico fotógrafo, aunque la imagen no dejera de ser un símbolo.
Soy un poco romántico, por lo que me gustaría seguir creyendo que se basa en un hecho que aconteció de verdad, como captaron mucho otros fotógrafos españoles de la época.
Por cierto, creo que el año pasado hubo una exposición en la Diputación de Córdoba sobre la fotografía del bando republicano.

Libertariano dijo...

Yo que no soy nada romántico, en todo caso cínicamente romántico, sí creo que es auténtica porque en el balance de los argumentos a favor y en contra pesan más los que están del lado de la autenticidad.

Ahora bien sí se descubrieran los negativos y hubiese una foto posterior de Borrell vivito y coleando pasaría olímpicamente de la foto. El simbolismo nunca me ha interesado mucho.

Hay otra foto famosa, la del pelotón yanqui sujetando una bandera, que también se las trae.

Por cierto, suelo leer tu blog que es muy instructivo.

¿? dijo...

Pues si lo lees dejame algún día un comentario, la verdad es que una buena herramienta para aprender a escribir y expresar las ideas o las cosas que a uno le gustan sin que nadie te reprima por lo que dices.
A ver si este año nos vemos por la filmoteca y vemos alguna peli...

Ismael dijo...

Pónganme con los del bledo. Cartier-Bresson tiene también unas cuantas fotografías de un impacto estético que sobrepasa con mucho la incomodidad de pensar en el fotógrafo ordenando póngase aquí y ahora salte.

Capa, Cartier-Bresson y Avedon, una especie de santísima trinidad por estricto desorden alfabético. De los actuales me quedo con ese sucio cabrón con pintas de funcionario que es Terry Richardson. Es a Capa lo que Jackass a Truffaut.

Libertariano dijo...

El gran Terry:

http://www.puta.it/photos/gallery/index.php?Qwd=./Terry%20Richardson%20inaugura%20Kibosh&Qif=IMG_0006.JPG&Qiv=thumbs&Qis=M

Libertariano dijo...

Cuando se pone artístico (es que le pagan)

http://www.lapanse.com/pages/images/pubs/pub_du_jour/sisley_underwear_fev2003.jpg

-D

Libertariano dijo...

Ah, y felicidades Ismael, un año de blog (o más?)

Anónimo dijo...

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