El evangelio según Don Luis Buñuel

En Off Cinema (La 2) proyectan esta noche Los olvidados. Luis Buñuel, aragonés, español, francés, mejicano y universal es uno de los más grandes poetas visuales de la historia del cine. Además es uno de los ironistas más poderosos. Precisamente su ambigüedad y doblez (en el mejor sentido) es lo que le ha permitido sobrevivir a las tribus de marxistas, psicoanalistas, lacanianos que periódicamente se han abalanzado sobre su obra.




Pero Buñuel, como Hitchcock (el único ironista cinematográfico a su altura), no se deja plegar ante los dogmas de lo políticamente correcto.



La visión que nos da en Los olvidados es un perfecto distanciamiento, exento de cualquier romanticismo (Buñuel, y en esto se diferencia de Hitchcock, enarca las cejas divertido y escéptico ante el amor, mientras que el inglés es en el fondo un platónico) y sin ninguna complacencia con estos olvidados aún tratándose de una película, sin duda, de denuncia social. Pero la categoría estética de la película va mucho más allá de la coyuntura social para convertirse en una visión existencial sobre el núcleo de la vida: egoísta, brutal y desalmada, aunque sublimada por el arte.

Tras la emisión hace un par de semanas de El ángel exterminador y Abismos de pasión (una versión mejicana y calenturienta de Cumbres borrascosas), una estupenda oportunidad para hacerse con una videoteca buñuelesca.