Spielberg en Munich: Una historia sobre el terror palestino-israelí que no va a gustar a nadie

Ayer estuve en la presentación de Spielberg. El hacedor de sueños. Javier Ortega, su autor, pertenece a la secta de los spielbergianos, a la que me congratulo pertenecer (heterodoxamente. Prefiero Minority Report a Schindler, Inteligencia Artificial a Ryan y, en general, los "pequeñas" y de encargo a las mastodónticas de "autor")



Está a punto de estrenarse su último film, Munich, sobre la venganza que realizó Israel cuando la organización terrorista palestina Septiembre Negro asesinó a los atletas israelíes que iban a participar en las Olimpiadas alemanas.

Conociendo al bueno de Spielberg tratará de ofrecer una visión no sesgada, humanista y conciliadora del conflicto israelí-palestino. Del mismo modo, Clint Eastwood está haciendo con el director judeoamericano, éste en tareas de producción, una película (desdoblada en dos) sobre la la guerra entre EE.UU. y Japón, contada desde los dos puntos de vista. En tiempos de unidimensionalidad patriótica y nacionalista, las visiones cosmopolitas de Eastwood y Spielberg seguro que causan sarpullidos.

Así leo en Haaretz que el consul israelí en Los Ángeles ha criticado la película tachándola de superficial y problemática, en cuanto que es equidistante entre la violencia de organizaciones como Septiembre Negro y la que realiza el Estado israelí.

El mayor enemigo no son los palestinos ni los israelíes, es la intransigencia de la región. Cada uno ve en el otro el reflejo de un opresor, y eso es lo que ha llevado al conflicto centenario entre ambos

Unas declaraciones que dejan ver cierta inocencia, pero es que Spielberg, como señalaba ayer Ortega, es un optimista antropológico. Veremos...

Un buen momento para repasar de la mano apasionada pero analítica de Javier Ortega la trayectoria de uno de los más grandes cineastas contemporáneos, capaz de fundir sin confundir a Alfred Hitchcock con Frank Capra.