"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

lunes, febrero 06, 2006

El sermón del ayatolá, el bombero-pirómano

Coincidiendo con el asunto de las viñetas he tenido que repasar Fahrenheit 451. El bombero pirómano jefe le explicaba al hamletiano Montag los principios de una sociedad feliz y justa, al precio de la esclavitud política y la miseria moral.



Acelera la proyección, Montag, aprisa, ¿Clic? ¿Película? Mira, Ojo, Ahora, Adelante, Aquí, Allí, APrisa, Ritmo, Arriba, Abajo, Dentro, Fuera, Por qué, Cómo, Quién, Qué, Dónde, ¿Eh? , ¡Oh ¡Bang!, ¡Zas!, Golpe, Bing, Bong, ¡Bum! Selecciones de selecciones. ¿Política? ¡Una columna, dos frases, un titular! Luego, en pleno aire, todo desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de tiempo.


Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorado La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?


El cierre de cremallera desplaza al botón y el hombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica y, por lo tanto, una hora de melancolía... La vida se convierte en una gran carrera, Montag. Todo se hace aprisa, de cualquier modo




Vaciar los teatros excepto para que actúen payasos, e instalar en las habitaciones paredes de vidrio de bonitos colores que suben y bajan, como confeti, sangre, jerez o sauterne. Te gusta la pelota base, ¿verdad, Montag?



Más deportes para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. La mente absorbe menos Y menos. Impaciencia. Autopistas llenas de multitudes que van a algún sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior


Ahora, consideremos las minorías en nuestra civilización. Cuanto mayor es la población, más minorías hay. No hay que meterse con los aficionados a los perros, a los gatos, con los médicos, abogados, comerciantes, cocineros, mormones, bautistas, unitarios, chinos de segunda generación, suecos, italianos, alemanes, tejanos, irlandeses, gente de Oregón o de México. En este libro, en esta obra, en este seria¡ de televisión la gente no quiere representar a ningún pintor, cartógrafo o mecánico que exista en la realidad. Cuanto mayor es el mercado, Montag, menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean máquinas de escribir. Eso hicieron. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales.






¿Qué es más fácil de explicar y más lógico? Como las universidades producían más corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, en vez de profesores, críticos, sabios, y creadores, la palabra «intelectual», claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme lo desconocido. Sin duda, te acordarás del muchacho de tu clase que era excepcionalmente «inteligente», que recitaba la mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los demás permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho inteligente al que escogían para pegar y atormentar después de las horas de clase? Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces todo son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo



Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? «Quiero ser feliz», dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia


A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag. Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador, ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también, Cinco minutos después de la muerte de una persona en camino hacia la Gran Chimenea, los incineradores son abastecidos por helicópteros en todo el país. Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio




La herencia y el medio ambiente hogareño puede deshacer mucho de lo que se inculca en el colegio. Por eso hemos ido bajando, año tras año la edad de ingresar en el parvulario, hasta que, ahora, casi arrancamos a los pequeños de la cuna. Tuvimos falsas alarmas con los McCIellan cuando vivían en Chicago. Nunca les encontramos un libro. El historial confuso, es antisocial. ¿La muchacha? Es una bomba de relojería. La familia había estado influyendo en su subconsciente, estoy seguro, por lo que pude ver en su historial escolar. Ella no quería saber cómo se hacía algo, sino por qué. Esto puede resultar embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina sintiéndose muy desdichado. Lo mejor que podía pasarle a la pobre chica era morirse


Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. o, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo lowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicadacomo Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo



El sermón ha terminado. Espero haber aclarado conceptos. Lo que importa que recuerdes, Montag, es que tú, yo y los demás somos los Guardianes de la Felicidad. Nos enfrentamos con la pequeña marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios. Tenemos nuestros dedos en el dique. Hay que aguantar firme. No permitir que el torrente de melancolía y la funesta Filosofía ahoguen nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo que te des cuenta de lo importante que eres para nuestro mundo feliz, tal como está ahora organizado


Por lo menos, una vez en su carrera siente esa comezón. Empieza a preguntarse qué dicen los libros. Oh, hay que aplacar esa comezón, ¿eh? Bueno, Montag, puedes creerme, he tenido que leer algunos libros en mi juventud, para saber de qué trataban. Y los libros no dicen nada. Nada que pueda enseñarse o creerse. Hablan de gente que existe, de entes imaginarios, si se trata de novelas. Y si no lo son, aún peor: un profesor que llama idiota a otro filósofo que critica al de más allá. Y todos arman jaleo, apagan las estrellas y extinguen el sol. Uno acaba por perderse




Más radical, el filósofo-bombero, Beattie, que todos los ulemas. Al menos éstos sí creen en un libro. Aunque pensándolo bien, y sí hay que elegir, me quedo con Beattie.



Ray Bradbury. Fahreheit 451. 1953.
FranÇois Truffaut. Fahrenheit 451. 1966.

Frank Darenbot. Fahrenheit 451. 2007??

PD. Me permito recordarle al Presidente del Gobierno Zapatero (que continúa siguiendo a su modelo Chamberlain, el glorioso pacificador) que, como señala Ayaan Hirsi Ali, amenazada de muerte por defender la libertad de expresión, esto es Europa. Claro que como el grupo Prisa, abonado al comprenficador Sami Näir (el otro día estaba con Gabilondo, hoy en la Cadena Ser), seguirá pidiendo la (auto)censura de los libres.

9 comentarios:

¿? dijo...

'El hombre que se muestra contento hasta ardiendo en la hoguera, triunfa no del dolor, sino de no sentir el dolor que esperaba. Hay en ello un símbolo', el amigo Nietzsche!!!!

Anónimo dijo...

Santiago,

Te has salido. Estupendo post

David Flórez dijo...

Mi querido contrario cinéfago, sabe que en otros foros, y con otras encarnaciones, solemos estar en campos contrarios...

...menos en este tema, aunque sea por diferentes razones...

...porque, y debido a la edad, uno se acuerda de la que se montó cuando se estrenó en los 80 Je vous salue Marie de un tal Goddard, que se consideraba ofensiva, y como ciertos periódicos hispanos durante varios años no incluyeron en la cartelera la programación de los cines Alphaville, donde se había estrenado...

...y claro, si en esas circunstancias uno tenía una posición muy clara, en éstas no puede tener la contraria...

...porque si aplícasemos el "talante" estrictamente deberíamos prohibir a Buñuel, por atacar violentamente a cierta religión, y a Dalí, por escibir sobre la figura de la virgen, aquello de "Parfois Je crache par plaisir sur le portrait de ma mère"...

Libertariano dijo...

Bien recordado David. Con la de Godard ha sido una de las veces (tres, concretamente) que más cerca he estado que me rompan la cara (los del Opus Dei) tras asistir a la proyección, a la que accedimos bajo una lluvia de tomates y lechugas ¡¡??

Gracias Alex, ya digo, ha dado la casualidad que con mis alumnos estamos destripando el libro y la peli.

Muy buena la cita de N., tan fino como siempre

more dijo...

Muy mal recordado David. No voy a ser yo quien niegue lo que sufrió Santiago, ni a defender ciertas actitudes, pero me parece del todo infundado siquiera sugerir una analogía entre las dos situaciones. Que yo sepa, ningún autoridad católica lanzó una proclama llamando al asesinato de Godard, que yo sepa Godard siguió rodando películas sin ningún problema. Como bien escribía Perednik esta semana en LD: "Y no puede compararse con ningún segmento del cristianismo, ni del judaísmo, ni de ninguna otra religión, en las que no hay fracciones armadas que empuñen utopías totalitarias en aras de la hegemonía mundial. De hecho, el islamismo no se asemeja a cualesquiera movimientos religiosos, sino al nazifascismo o al comunismo".

Si jugamos a comparar situaciones incomparables, no hacemos más que dar munición al islamismo.

P.D.: Me uno a las felicitaciones por el post.

Anónimo dijo...

Por mi edad no recuerdo nada de lo que pasó con Godard. Pero parece que la oposición a Godard es bastante liberal. Es decir, que si uno no está de acuerdo con algo puede expresarlo siempre y cuando se respeten los derechos individuales.

¿Han asesinado a Godard al estilo Theo Van Gogh?, ¿Está en paradero desconocido al estilo Salman Rushdi?

Coincido con More en esta cuestión: "Si jugamos a comparar situaciones incomparables, no hacemos más que dar munición al islamismo." Yo creo que sí se pueden comparar, pero de forma sincera y total, es decir, teniendo en cuenta cuestiones como las que he planteado en el párrafo anterior.

La libertad de expresión no significa que siempre se tenga que estar de acuerdo con todo, ni que nunca pueda expresar mi desacuerdo de forma enérgica. Pero hay límites que el Islam rebasa.

¡Viva Dinamarca!
¡Viva el mundo libre!

Saludos.

Anónimo dijo...

Bendito Nihilismo existencial!
Ummm, un profe! ¿Universitario? o donde de verdad hacen falta...

. dijo...

Yo sí recuerdo lo de Godard. Y a la cúpula católica casi no le faltó nada para impedir que se exhibiera la película, en España y en Italia. Lo más patético era que ningún manifestante la había visto para formarse su opinión, les bastó lo que dijeron las fuerzas desatadas de la inquisición. ¿Cuántos musulmanes habrán visto las caricaturas de los que se han lanzado como posesos a quemar embajadas? La primera razón por la que la prohibición de este tipo de manifestaciones no puede ser, es precisamente porque al individuo le impide formarse un criterio por sí mismo.

Anónimo dijo...

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