"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, febrero 07, 2006

Una conferencia sobre la guerra civil: los comunistas

A Antonio Elorza le dijeron en una ocasión que no parecía comunista, sino demócrata. Liberal, se entiende, porque democracias hay muchas. Incluso los comunistas tienen la suya, democracia popular al estilo de la que defiende Saramago, tribunales populares incluidos, o democracias orgánicas ad maioren gloria Caudillus.

Elorza es un historiador concienzudo y polemista. En El País se las ha traído en los últimos tiempos con Álvarez Junco (sobre la nación española), Gema Martín (sobre el islamismo) y últimamente con Bennassar (sobre la República y la guerra civil). Ayer desplegó todo su arte sarcástico sobre César Vidal (lleva más de cien libros... eso lo dice todo), Santos Juliá (aún no se ha enterado de hechos significativos de la República), Santiago Carrillo (al que exculpó de Paracuellos, porque el culpable sería su jefe, pero al que retrató como un pequeño y encantador Stalin que si hubiera alcanzado el poder nos hubiera forzado al exilio a Marruecos, en comparación con el posible régimen carrillista un paraíso de la libertad), los militares españoles (una pandilla de incompetentes que no han ganado una batalla desde Lepanto) y Stalin (un asesino frío y despiadado aunque increíblemente perspicaz. De lo que doy fe por la parte que me toca: sus críticas musicales en Pravda eran brutales y certeras). Es Elorza uno de esos excomunistas que conservan los reflejos dialécticos devastadores y una fe ciega en una metodología de investigación (el materialismo histórico) potente aunque reductora y simplista.

El plus historiográfico de Elorza le viene de haber investigado directamente en los Archivos de Moscú. De ahí su conocimiento exhaustivo del papel que jugó la Unión Soviética en el desarrollo de los últimos tiempos de la República y durante la guerra civil. La cuestión más debatida, sobre todo por las presuposiciones ideológicas y metodológicas que comporta, es si la guerra civil fue inevitable. Elorza se posiciona frente a los que defienden que la guerra civil era el Destino de la II República, en cuanto que aquellos que podían llevarla a cabo, anarquistas, comunistas y el sector largocaballerista del PSOE, no estaban por la labor. Los anarquistas porque no podían (siempre de asambleas revolucionarias y tal, nada serio salvo los atentados de rigor para mantener el utopismo revolucionario), los comunistas porque no querían, via influencia de la Unión Soviética que tenía la vista puesta en los movimientos de Hitler y Mussolini y, por otra parte, Largo Caballero que no estaba muy claro en opinión de Elorza si quería pero que, en cualquier caso, no podía ya que no controlaba el aparato del partido, en manos de Prieto.

Desde mi punto de vista, que expresé en una pregunta al final de su primera intervención, la limitación del punto de vista de Elorza, que le hace imposible comprender que la guerra era, si no inevitable, sí que muy difícil de evitar, es su limitación metodológica de investigar exclusivamente los hechos y no las palabras. Constreñido por una separación rígida de infra y superestructura, que le hace obviar esta última, no ha asumido las investigaciones en metodología científica dentro de las humanidades: con las palabras sí se hacen cosas. Las palabras también son hechos, hechos que mueven a la acción.

Así en Economía la teoría de las expectativas racionales tiene en cuenta que los sujetos actúan de acuerdo a lo que consideran que va a suceder de acuerdo a la información disponible. Y en 1936 tanto la izquierda creía que la derecha estaba a punto de emprender una acción golpista contra la República, en plan Döllfus, como la derecha estaba convencida que la izquierda quería dinamitar la legalidad democrática liberal de la República para implantar una democracia popular mediante una revolución, como ya habían intentado hacer en octubre del 34. Tanto con mi pregunta como la de mi colega Fernando (parecíamos el Frente Republicano frente al Frente Popular, puro frentismo) pienso que le llevamos contra las cuerdas de su preconcepción metodológica, como muestra que se fuera por las ramas de los hechos militares. Porque la acción militarista contra la República es complementaria de una explicación basada en el ambiente cognitivo que los hunos y los hotros contribuyeron a incendiar, para horror de los pocos repúblicanos liberales que en el 36 quedaban, los Ortega y Gasset, Sánchez Albornoz, Clara Campoamor o Madariaga.

Elorza, especialista en crearse enemigos, es muy duro con algunas representaciones cinematográficas de la historia, porque éstas no se presentan como puras ficciones sino que pretenden intervenir en la realidad configurando el imaginario colectivo a partir, y aquí está su crítica, desde la mixtificación. La honestidad es un valor en desuso, paradigmáticamente en el terreno del arte y la estética, pero con Elorza creo que hay que reivindicarlo y defenderlo. De ahí su sarcástica visión del paraíso anarca-poumista (una barbaridad conceptual, además) en la aclamada Tierra y Libertad de Ken Loach. Aún dándole la razón a Elorza en la barata sentimentalidad de sus imágenes, el sectarismo de la apología de Loach, el batiburrillo conceptual interesado y simplista... no cabe dudar que a ratos es emocionante y otras veces sumamente divertida (a su pesar), como las discusiones asamblearias acerca de como gestionar, ¡camaradas!, de forma cooperativa y "consensuada" las tierras expropiadas. Una buena ilustración de los problemas de la acción colectiva.



Igualmente hiriente fue respecto al documental de Javier Rioyo, Extranjeros de sí mismos, sobre los combatientes de ambos bandos en la guerra civil y aledaños.



Además de la pobreza metodológica que he indicado, su ceguera ideológico-historiográfica hacia las expectativas y creencias de los individuos, a Elorza creo, pero esta ya es una hipótesis poco contrastada por mi parte, que le sesga en demasía su intento de salvar algún fleco de la participación comunista durante los últimos meses de la República y la guerra civil. Desde su punto de vista habría un comunista bueno, el miembro de la Internacional Togliatti, que habría comprendido la necesidad de encauzar el movimiento comunista dentro de los parámetros democráticos. Pero, de nuevo, me temo que la concepción de Togliatti no se corresponde en absoluto con los procedimientos característicos de las sociedades abiertas y los Estados de Derecho. A lo que abunda el hecho de que Santiago Carrillo, camarada de Togliatti en la aventura del eurocomunismo, siempre y hasta ahora ha considerado la democracia parlamentaria "burguesa" un estado de cosas con el que hay que transigir momentanéamente a la espera del Mesías revolucionario.

Durante este ciclo de conferencias, cuánto más sé del interior republicano, del carácter, conocimientos y talantes de los militares, los políticos de ambos bandos, las tradiciones y las circunstancias en las que se desarrolló la República, más me convenzo de que aquella era una Repúblicana sin republicanos. Una situación en la que encontrar un liberal entre una mayoría de fanáticos de derecha y de izquierda sería más complicado que buscar, como hacía Diógenes, un hombre a la luz del día iluminado por un candil.



De su último artículo en El País (4-2-6), destaco:

Sin embargo, el proyecto de nou Estatut está ahí y la euforia del acuerdo con CiU no ha de ocultar que si bien se han limado los aspectos formalmente anticonstitucionales -la nación catalana como base de la nueva organización del poder, las competencias "excluyentes", la soberanía financiera-, sigue en pie una definición de la estructura y de las relaciones políticas que nos lleva a la formación de un Estado dual, regido incluso simbólicamente por el principio de la bilateralidad (presidencia alternativa de la Comisión Generalidad-Estado, posición "determinante" en decisiones que conciernan a Cataluña). Hay un espacio de poder reservado para Cataluña, ampliable -en el plano fiscal el Consorcio "podrá transformarse en la Administración Tributaria de Cataluña"-, y un grado de participación en las decisiones del Estado difícilmente compatible con la asignación constitucional de la soberanía a la nación española. Todo ello sin contar las cláusulas que pueden bloquear los mecanismos de redistribución territorial y el panorama que se avecina de relegación institucional del español a lengua secundaria, cuyo uso puede en ese espacio catalán ser sancionado. A la propensión a ceder en una negociación interminable le llama Rubalcaba "avances" y "mejoras". Dudoso.

Tal vez éste sea el mayor riesgo que implica la política de reforma estatutaria asumida por el Gobierno de Zapatero: los arreglos de superficie se hacen ignorando las cuestiones de fondo, tanto las relativas a la Constitución como a los procesos sociales. Con mucha mayor gravedad que el tema del idioma, ahí está la supuesta "pacificación" del País Vasco, que pudiera implicar una excarcelación general en caso de pacto Estado-ETA-Batasuna, con los etarras falsamente arrepentidos imponiendo un dominio basado en la violencia y el odio sin tener que recurrir al terror. Lo muestra el episodio de Azkoitia, donde el Comisionado para las Víctimas, ya que sin facultades legales, pudo muy bien desplazarse para manifestar su apoyo a la viuda-concejal cercada: mala paz será la que permita la consolidación en la sociedad vasca de un totalitarismo capilar, por la pinza de los dos sectores del nacionalismo sabiniano. Pensemos que Azkoitia no es un bastión de Batasuna. A pesar de ello, la terrible realidad mostrada por Tele 5 nos llevaba a Alemania 1932.

12 comentarios:

Nomotheta dijo...

Interesante perfil de Elorza, que me ilustra ahora que me disponía a leer su obra Umma, sobre el integrismo islámico.

Wonka dijo...

Yo tuve a Elorza de profesor en dos cursos, y aprendí mucho con él, a pesar de su herencia marxista.

belaborda dijo...

> 'Con mucha mayor gravedad que el tema del idioma, ahí está la supuesta "pacificación" del País Vasco, que pudiera implicar una excarcelación general en caso de pacto Estado - ETA - Batasuna, con los etarras falsamente arrepentidos imponiendo un dominio basado en la violencia y el odio sin tener que recurrir al terror.'

Qué cosa tan curiosa: considerando al terrorismo de ETA como un incendio en el País Vasco, ahí tenemos a España actuando de bombero para apagar las llamas que continuamente aviva el viento del nacionalismo.

Joder, que si no fuese por su existencia (la de ETA, y también, como no, la de tantos españolistas) sería ese País Vasco el primero en llegar a la secesión ganándole por una cabeza a Cataluña que, por suerte para todos, no cuenta con un terrorismo de ese calibre, y solo para ella, esa ella cuya representación se arroga con toda justicia, de esa sí, el nacionalismo catalán, tampoco con tan nutrido españolismo.

Libertymad dijo...

Siento decir lo siguiente, pero el ilustre profesor está de la olla. En la facultad sus compañeros comentan que después de ser amenazado por ETA, algo que le molesta mucho por injusto, y tener que llevar guardaespaldas se ha vuelto un poco loco. Una vez reprobó una tesis porque el autor había incluido a Dios entre sus agradecimientos. El candidato no se retractó y hubo de esperar varios meses hasta que se formó otro tribunal sin elementos deófobos.

Libertariano dijo...

Elorza es un crack. Precisamente porque está un poco loco agolmar. Me recordaba durante su conferencia a un profesor que tuve en la Facultad de Filosofía que había pasado, tras un accidente en que vió a la Virgen María, de ser althusseriano a ser opus deista.

Sus clases, una mezcla de crítica marxista y tomista a la Ilustración era de lo más surrealista y excitante.

Pero es cierto que le gusta "disparar a quemarropa" verbalmente. No sabía que estuviera en el punto de mira de ETA. Es una putada pero al mismo tiempo, maldita la gracia que le hará, es un honor.

Anónimo dijo...

Muy bueno tu comentario Santiago.Sin embargo me cuesta creer que las palabras incendien tanto como su supones. Panza vacía, panza llena. Fijate, hasta Jimenez Losantos convertido en fryki. El mono se ríe después de comerse un jabalí. No se si esto es analisis materialista. Prefiero la comunicación ecológica a la mediada.

Villenerías dijo...

Felicidades por el artículo. ¿Sería posible que enlazaras los artículos de Elorza versus Álvarez Junco, Gema Martín, Bennassar, etc.?

Y ya que estamos, ¿podrías apañar el tercer párrafo cuarto renglón?. Lo digo por la doble negación: "inevitable" "piensa que no"... que me ha despistado un poco.

Todo lo demás, brillante. Gracias por compartirlo.

Libertariano dijo...

Las polémicas con Martín, Alvárez y Bennassar han sido en varios artículos, todos ellos de pago actualmente en El País.

Con la opción de búsqueda de El País son fácilmente encontrables.

Contra Gema Martín, una proislamista radical, pienso que tiene toda la razón del mundo. Con Alvárez Junco la disputa está más cogida por los pelos, pero también tiene razón: España es una nación desde hace siglos. Basta leer la Gramática de Antonio de Nebrija. Y a Bennassar sencillamente lo machaca, cogiéndole en errores de colegial. Bennassar es un especialista en el siglo XVI que ha visto el filón de la República y se ha apuntado al bombardeo.

Pido, ya de paso, disculpas por los errores gramaticales e incluso ortográficos que pueda cometer. Suelo escribir en huecos de mi actividad, y no me da tiempo ni a corregir.

Berlin dijo...

En definitiva, que como tu profe de la facultad, este Elorza no es más que un iluminado, ¿no? Sabes que soy así de reduccionista, amigo.

Anónimo dijo...

Amigo Santiago, ¡cómo has podido olvidar la mención a Ortega que hizo Elorza! Al parecer ese mito que era la Unión Soviética en la Europa de los años veinte y treinta no sólo embaucó a muchos intelectuales de izquierda -como Sartre y Alberti-, sino que, quién lo iba a decir, también sedujo a don José Ortega y Gasset, que al parecer vio con muy buenos ojos los planes quinquenales de Stalin. ¿Paradojas liberales?

Villenerías dijo...

Por cierto, Elorza publicó hace dos meses en La Aventura de la Historia una síntesis sobre el surgimiento de España como nación (origen que liga al liberalismo). Hay un aperitivo del artículo en: http://www.elmundo.es/ladh/numero86/enportada.html

Libertariano dijo...

No lo he olvidado Burma. Lo he silenciado de forma ignominiosa. Aunque yo defiendo el liberalismo de Ortega, en la parte económica flojeaba. Piensa que era la época del crack, y hasta liberales como Keynes, sobre todo Keynes, se pasaron al intervencionismo estatalista.

Ortega, de todas formas, no estaba por los planes quinquenales como sabemos que se desarrollaban, sino más bien por una socialdemocracia de bienestar keynesiana.

Por supuesto, Berlin, que es un iluminado, es decir, ¡un ilustrado! sector "pájara historicista"