"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

sábado, mayo 27, 2006

Almodóvar en Barajas. Cannes, punto final.

Por Cannes corre un rumor: Almodóvar está facturando en Barajas. No sería de extrañar porque por las crónicas ninguna película se le acerca. En la redacción de Cahiers du Cinema, que han sido un tanto escépticos respecto al director español, también se rinden a las dos P, Pedro y Penélope.


Je trouve les Espagnols injustes avec Almodovar. C’est évidemment un des deux meilleurs films de la Compétition jusqu’à aujourd’hui, avec le film de Ceylan

Almodovar encore : il atteint dans Volver une maturité tranquille, débarrassée de son folklore

Pénélope Cruz est vraiment très bien dans le film


Mañana, los premios. A día de hoy ha habido fuerte división de opiniones respecto a la María Antonieta de Sofia Coppola, que ha reducido la Revolución Francesa a los caprichos de una niña trivial. Así visto, y a despecho de la grandeur francesa, me parece interesante y cinematográficamente superior (programa doble con La inglesa y el duque de Rohmer). Sinceramente desde que California le pega palizas de muerte al vino francés están un poco histéricos los galos. Francis ha diseñado para su hija el primer vino de calidad que se bebe en lata y con pajita. Y los gabachos cogiéndosela a Napoleón con papel de fumar.




El único que parece tener posibilidades de disputarle a Almodóvar es el cineasta mexicano Glez. Iñárritu, con estrellas yanquis como Brad Pitt y una de esas mescolanzas de historias en boga, tipo Crash, denominadas "mosaicos" o "caleidoscopios", tan aparentes y resultonas como fláccidas y tramposas.

La que más ganas tengo de ver es Juventud en marcha, del portugués Pedro Costa, carne filmoteca. Diego Galán, crítico de El País, echa pestes de ella

reincide en cierto estilo cinematográfico de los años sesenta, que se empeñaba en aburrir. Negando el cine como lenguaje, colocando la cámara fija ante (malos) actores que hablan y hablan como si fuera teatro antiguo, las dos horas y media de este experimento viejo fueron expulsando de la sala a la mayoría de espectadores, de tal forma que el espectáculo no estaba ya en la pantalla, sino en las oleadas de desertores. Cuando los devotos del filme se quedaron al fin solos, aplaudieron a sus anchas.


Entre dichos devotos me apuesto la estampita de Audrey Hepburn que estaba Álvaro Arroba con la troupe de Letras de Cine y la redacción en pleno de Cahiers, Film Comment, Rouge... Mandelbaum en Le Monde


¡Qué bello título que ése! Tomado el nombre de las juventudes comunistas caboverdianas, corona, con una pequeñez de humor negro, la película desolada de este autor portugués situado, por su radicalidad, en los confines extremos del planeta cine. Jamás vemos venir sin temblar una película de Pedro Costa en el cansancio de un gran festival internacional. Largas, exigentes, desafiando las leyes ordinarias del espectáculo, estas películas ponen prueba la paciencia de los espectadores de hoy. Los que atraviesan la prueba son recompensados sin embargo con el sentimiento de la belleza que se libra de ahí


Pero en Cannes, hasta el rabo. Los hermanos Dardenne arrasaron hace unos años con la última película del Festival, Rosetta. Hoy proyectan El laberinto del fauno, española, de Guillermo del Toro, y Crónica de una fuga, argentina, de Ismael Adrián Caetano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque sean 20 cl esa latita de vino, eso equivaldria a una pinta de cerveza bien servida.
No se si es muy adecuado para una niña aunque sea californiana.

Anónimo dijo...

En cuanto al vino, me parece una herejía y una indecencia, como las tortillas de patatas congeladas (salvando las distancias), el gazpacho en tetra-brik y otras inmundicias por el estilo.

En cuanto a una María Antonieta casquivana y frívola, no será la primera vez en el cine. Recuerdo, entre las muchas versiones que se han hecho, una de 1938, llamada precisamente "Marie-Antoinette, reine de France" (Norma Shearer, y Tyrone Power en el papel del conde danés Axel de Fersen), que también la retrataba así de superficial. El pobre Louis XVI hacía honor también al tópico de hombre sin personalidad, apático y algo bobo.

Esa peli, salvados los primeros minutos de un infame doblaje de época, tenía gran éxito entre mis alumnos de francés.