Encontró a Heidegger en el tren y pretendió desarrollar con él una conversación sobre literatura y teatro, cosa que no logró, pues Heidegger... prefería hablar sobre Franz Beckenbauer. Sentía gran admiración por la delicadeza con que éste trataba el balón, e intentaba visualizar ante el admirado oyente las filigranas de su juego. Calificaba a Beckenbauer de “jugador genial” y ensalzaba su “invulnerabilidad” en la lucha a dos.
Rudiger Safranski, El maestro de Alemania.
Coincidía el dvd que regalaba Marca del mítico líbero alemán con la despedida del Madrid del ya legendario francés. Delicadeza, filigrana, jugador genial, invulnerabilidad... a Heidegger le hubiera gustado Zinedine Zidane.
Y pensar que la mejor película futbolera sigue siendo
Stallone se jugó con Pelé mil dólares a que le detenía cinco penaltys de 10.
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