Libertadores de pacotilla. De Bolívar a Evo Morales pasando por Castro, Chávez, Che, Maradona...

¿Quién le estará tomando el pelo en mayor medida al Presi (seguro que Mtfdv lo llama así) el tándem Eta-Hb o Chavez-Morales? Cuando el proceso de desmontaje de la banda terrorista por parte del Estado de Derecho parecía irreversible el Presidente se lanzó a la piscina del “diálogo” con los nacionalcomunistas. Ya sabemos que el líder socialista es un fan de la homeopatía, el yoga y hasta el tantra en política, de ahí que levite con la misma facilidad que se contorsiona. Pero aunque le gusta arroparse, como buen sacerdote moralista, en la bandera de la dignidad y la decencia, el uso que hace de la expresión “proceso de paz” está manchando el concepto pacifista del mismo modo que Chamberlain arruinó para siempre en el ámbito anglosajón la expresión “apaciguamiento”. ¿Por qué lo llaman "paz" cuando quieren decir rendición?

Que el Presi, y la VicePresi, hagan el ridículo internacional, montando reuniones veterotestamentarias con contenido hippie y feminista... Pero que relacionen la política y la economía española con el tercermundismo primitivo de Castro, Morales, Chávez, mañana un tal Humala...

Escribió Karl Marx una biografía del libertador Bolívar, el primer líder populista que marcó el camino de la corrupción, la estulticia y la servidumbre voluntaria que ha arruinado a los iberoamericanos, salvo las honrosas excepciones chilenas, costarricenses...

En el año 1826, cuando su poder comenzaba a declinar, logro reunir
un congreso en Panamá, con el objeto aparente de aprobar un nuevo
código democrático internacional. Llegaron plenipotenciarios de
Colombia, Brasil, La Plata, Bolivia, México, Guatemala, etc. La
intención real de Bolívar era unificar a toda América del Sur en una
república federal, cuyo dictador quería ser él mismo. Mientras daba
así amplio vuelo a sus sueños de ligar medio mundo a su nombre, el
poder efectivo se le escurría rápidamente de las manos.

Como presidente y
libertador de Colombia, protector y dictador del Perú y padrino de
Bolivia, había alcanzado la cúspide de su gloria. Pero en Colombia
había surgido un serio antagonismo entre los centralistas, o bolivistas,
y los federalistas, denominación esta última bajo la cual los enemigos
de la anarquía militar se habían asociado a los rivales militares de
Bolívar. Cuando el Congreso dé Colombia, a instancias de Bolívar,
formuló una acusación contra Páez, vicepresidente de Venezuela, el
último respondió con una revuelta abierta, la que contaba
secretamente con el apoyo y aliento del propio Bolívar; éste, en efecto,
necesitaba sublevaciones como pretexto para abolir la constitución y
reimplantar la dictadura. A su regreso del Perú, Bolívar trajo además
de su guardia de corps 1.800 soldados peruanos, presuntamente para
combatir a los federalistas alzados. Pero al encontrarse con Páez en
Puerto Cabello no sólo lo confirmó como máxima autoridad en
Venezuela, no sólo proclamó la amnistía para los rebeldes, sino que
tomó partido abiertamente por ellos y vituperó a los defensores de la
constitución; el decreto del 23 de noviembre de 1826, promulgado en
Bogotá, le concedió poderes dictatoriales.

Aquí defendiendo el carácter democrático del régimen castrista.



Evo y el tal Humala, compadres



¿Qué puede tener en común el Presi Zapatero, moderno, socialista a fuer de liberal, defensor de la propiedad privada, el equilibrio presupuestario y la bajada de impuestos, con la nueva alianza comunista bananera? Parece que la izquierda europea, turistas del ideal y de la democracia, curan con loscolegas sudamericanos sus complejos de derechización.

PD. Tuve ocasión de ver una entrevista con Bachelet. Me causó una buena impresión. Parecía una socialista liberal al estilo de Blair. Naturalmente tiene que templar gaitas con los libertadores, porque tener a semejantes vecinos significa extremar la prudencia. El entrevistador, de CNN plus, tuvo la cara dura de sugerirle que aprendiera del sistema de pensiones español. La señora, que no tuvo reparos en llevarse a sus "machos" al sarao feminista que le organizaron las señoritas españolas de la cuota, con mesura le vino a decir que bien podíamos aprender los españoles del suyo. Y no le falta razón.