Hoy Europa vive un momento crítico. Sus ciudadanos parecemos haber perdido la conciencia y la memoria del alto precio pagado por la conquista de las libertades que disfrutamos. Acomodados en los tópicos del relativismo y la deconstrucción, somos incapaces de reconocer el valor de las creaciones que nuestra cultura ha aportado al patrimonio común de la humanidad. Traicionamos así la deuda que nos liga a aquellos de nuestros antepasados que se dejaron la piel en esa tarea, como traicionamos también a los hombres y mujeres que en el resto del mundo combaten por esos mismos ideales.
PD. De forma complementaria a la iniciativa Ciudadanos de Europa han creado en Valladolid la revista ampliamente liberal Hojas libres. En cuanto la consiga, la reseñaré. Gracias Álvaro Arroba, Francisco Pimentel y José Luis Castrillón por hacerme saber de ambas iniciativas.
5 comentarios:
Que yo ya he votado, para que luego no me digas.
Y yo.
;-)
Europa necesita una locura radical, decía Spinelli pensando en Pannellas.
Vivan los Ciudadanos de Europa!
¿De qué Europa hablamos? De la del derecho a hacer lo que quieran los alemanes y franceses saltándose las reglas? ¿De la Europa periférica de escasa tradición democrática y deseosos de calmar su hambre sin interesarse en compartir unos mismos valores humanos y culturales? ¿De la Europa mediterránea siempre dividida haciendo la guerra por su cuenta en un mercado de lobos altos y rubios?
¿Qué es eso de ciudadanos de Europa? De momento, empezando la casa por el tejado, quienes de verdad existen y están identificados son los euroburócratas y europolíticos.
He tenido la oportunidad de leer esta nueva y esperanzadora revista.
En ella, entre otras cosas, se postula que la izquierda no puede ser nacionalista.
afirmación a la que me adhiero como izquierdista y gallego que soy y sufridor del peligroso papanatismo romántico que encierra la historia ficción del nacionalismo y sus neo acólitos: léase PSOE, IU, e incluso el PP (al menos mientras gobernaron aquí en Galicia dieron sobradas muestras de ello)
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