Festival de Venecia, a "preposteriori"

Aunque aún no hemos visto nada ya lo sabemos todo. De las críticas y noticias que nos llegan del húmedo Festival, de los amigos y sobre todo los enemigos, el mapa de expectativas se colorea de verde esperanza. Guiada por la mano de hierro de Marco Müller, el que desprecia el cine español y además lo dice, Venecia se está convirtiendo, por encima de Cannes y Berlín, en la referencia obligada del mundo del cine, tanto por los consagrados como por los emergentes que allí se dan cita.

Paradójicamente se produce el triunfo de Venecia cuando en Italia están pensando liquidarlo. En Octubre se estrena con todos los honores y el apoyo entusiasta del Kapital y el Cinema italiano el Festival de Roma. Hay una conspiración contra Venecia porque se piensa que no se apoya suficientemente el cine nacional precisamente ahora que hay una sensación generalizada en el país de que están viviendo un momento dulce, que podría ser aprovechado para la exportación y que Venecia debería ser la plataforma de lanzamiento. Marco Müller, abonado a la sinceridad caiga quien caiga, apunta que a Roma irán las películas que hayan descartado en Cannes y Venecia. Las españolas tendrán una oportunidad.

Las películas. De Palma, infravalorado como siempre. David Lynch, con su cine barroco, delirante y nonsense, premiado con justicia con un León de Oro a una carrera excepcional (soy de los disfrutan incluso con Dune y Carretera perdida). El cine asiático continua en la vanguardia que iniciaron los neorrealistas como Rossellini y existencialistas burgueses como Antonioni: Mabei shang de fating, de Liu Jie; Adults only, de Yeo Joon Han y, sobre todo, el León de Oro a Sanxia haoren (Still life), de Jia Zhang-Ke, al que han comparado con Yasujiro Ozu, Miklos Jancso, Jean-Luc Godard y Robert Altman, Robert Bresson, Federico Fellini and Vittorio De Sica. Platform, The World... al burro!.

La pareja Straub-Huillet ha protagonizado el pequeño escándalo del Festival. Premiados con León de oro a la innovación en el lenguaje cinematográfico, sus películas no son aptas para todos los públicos (si te ha gustado Alatriste, olvídate) Cineastas jansenistas, ven en el cine como un camino de salvación para el torcido y podrido fuste que es la humanidad, vendida a las películas del imperialismo norteamericano y al star-system. Sus películas exigen en el espectador una semana de ayuno y abstinencia para asumir la pureza de unos contenidos que huyen del espectáculo como de la peste. Imprescindibles.

Pertenecientes a la tradición místico-utópica, este pequeños Robespierres exigen que caigan las cabezas de los filisteos cinematográficos y de los secuaces del ogro norteamericano. A Venecia no han ido pero han enviado una carta protestando de las fascistas medidas de seguridad y, declarándose terroristas, animaban al personal a poner bombas para acabar con el capitalismo imperialista americano.

D'altronde non potrei festeggiare in un Festival dove c'è tanta polizia pubblica e privata alla ricerca d'un terrorista. Il terrorista sono io e vi dico, parafrasando Franco Fortini: finché ci sarà il capitalismo imperialistico americano, non ci saranno mai abbastanza terroristi nel mondo. Finchè ci sarà il capitalismo imperialistico americano, non ci saranno mai abbastanza terroristi nel mondo". Questa frase , centro delle polemiche, sarebbe comparsa nel terzo dei messaggi letti nel corso della conferenza stampa, destando perplessità ed imbarazzo. Per quanto concerne la partecipazione a Venezia avrebbero aggiunto: "E' venuto troppo presto per la nostra morte, troppo tardi per la nostra vita"

Para los terroristas jansenistas el arte espectácular es semejante a los pobres y horteras ornamentos, tatuajes y piercings mentales, que tanto gustan a las mentes primitivas. Y como dijo Adolf Loos, otro de la Ong Utópicos sin fronteras, en uno de sus momentos inmortales:

La persona moderna que se tatua es o un delicuente o un degenerado. Hay prisiones en las que el ochenta por ciento de los presos muestran tatuajes, Los tatuados que no están en prisión son delincuentes latentes o aristócratas degenerados, Si un tatuado muere en libertad, habrá muerto algunos años antes de llegar a cometer un crimen. Soporto ornamentos en mi propio cuerpo si constituyen la alegría de mis conciudadanos. Entonces son también mi alegría. Soporto los ornamentos del cafre, del persa, de la campesina eslovaca, los ornamentos de mi zapatero, pues ninguno de ellos tiene otro medio para llegar a las cimas de su existencia. Pero nosotros tenemos el arte, que ha substituido al ornamento

Parafraseando a Schopenhauer, cuanto más conozco a los artistas mejor me caen los taxistas.

Mucho mejor que visitar el contenedor que es el Louvre, esta guía cinematográfica