Florencia. Post scriptum 1

El último día un indígena en el autobus se sienta junto a una “rumana”. La chica murmura algo en lengua apache y el indígena, muy molesto, le grita que hable italiano. La ragazza le hace caso y le devuelve un “Vaffanculo” encabronado además de invitarlo a “mangiarmi la fica”. Me parece que la ragazza sabe italiano de sobra y, finalmente, el nativo se achanta y la sangre no llega al río. La tensión ha hecho subir varios grados el calor que se vive en Florencia entre italianos y “extracomunitarios”. En mi situación intermedia, no-italiano y no-extracomunitario, repaso mentalmente expresiones que muestran ni elevado nivel de conocimiento de la lengua de Dante

Mangiami il cazzo

Finocchio viola

La jojajola jon una januccia jortajorta

A pesar de que una ola de amor recorre Italia, han salido de las cárceles unos quince mil presos con un indulto generalizado que ha unido en un abrazo franciscano a Prodi con Ratzinger, a Berlusconi con Bertinotti, este verano ha sido sangriento en Italia. Y casi siempre con extracomunitarios implicados. A veces como víctimas, pero eso no importa a efectos de impacto sociológico. Si en lugar de ser un italiano el que le hubiera cortado la cabeza a un chino con un serrucho llega a ser al revés toman el Coliseo. Los dos más impactantes ha sido el del padre pakistaní que ha degollado a su hija y luego la ha enterrado por una cuestión de honor familiar (la chica fumaba y tenía un novio italiano, no sé qué es peor) y un sacristán cingalese que ha estrangulado en la iglesia a una dulce y devota chica que había entrado a encender una vela al santo local que ni la ha protegido ni nada.

En los periódicos populares de provincias se repiten las cartas y los sms al director abominando de la invasión extracomunitaria. Como siempre son más visibles las peleas entre bandas de albaneses que el aporte a la riqueza económica y cultural de la mayor parte de estos inmigrantes que contribuyen como el que más al desarrollo del país, tirando de una economía sumergida cada vez más emergente.

La sensación social del choque de culturas es más fuerte respecto a España también porque los medios no ocultan las expresiones racistas o de simple desagrado hacia los extracomunitarios como se hace en España. Pero el huevo de la serpiente está creciendo igual por todos lados. Italia, como España y el resto de Europa, simplemente está esperando su Le Pen.

Finalmente una muerte mediáticamente explotable hace callar las bocas racistas. Iris, una babysitter hispana, por supuesto sin contrato ni seguridad social, muere ahogada al salvar a la niña italiano a su cargo. Ahora van a legalizar su situación.


PD. “Dios, ayúdame a conocer el nombre exacto de las cosas” Pues bien, la denominación exacta para los mosquitos es el término italiano “zanzara”, con las zetas pronunciada de manera sorda y vibrante. Hay una modalidad gigante y silenciosa, la tigre. Aunque el atraso tecnológico de Italia es evidente, sin aire acondicionado ni vitrocerámicas, han importado unas raquetas con hilos electrificados (a pilas). La única zanzara buena es la zanzara frita.El subdesarrollo político y social también es evidente. Aún no hay parejas de hecho, para qué mencionar el matrimonio gay.