Woman on the beach, de Hong Sang-soo

the“Es significativo que esa película de X, rodada junto al mar, en una playa, exhale el olor característico del escenario” Robert Bresson detestaba las películas que olían a teatro. El teatro, decía, es en relieve mientras que el cinematógrafo es liso. Otra de sus recomendaciones, siguiendo a Mozart, era no ser ni demasiado fácil ni demasiado difícil, utilizando un pequeño argumento para combinaciones múltiples y profundas con el objetivo de descubrir la materia de la que están hechos los hombres y las mujeres.

Por último, pero no menos importante, hacer un cine de ideas en el que las ideas no se aprecien a simple vista. “Esconder las ideas, pero de manera que sea posible encontrarlas. La mas importante será la más escondida”

Casi no se ve cine bressoniano. Como en el caso de Borges, los imitadores suelen ser insoportables, entre lo chulesco y lo pedantería. Así Kim Ki Duk. Pero en ocasiones se produce el milagro y Rohmer hace una película, un americano y una francesa pasean por Viena o París o te llega un dvd con la última película (gracias, Álvaro por el enlace y Eloy por la descarga) de Hong Sang-soo, Woman on the beach, rodada junto al mar y que sabe a erizos de mar, a hombres y mujeres.



Un director de cine se larga a la playa con una pareja de amigos y el propósito de escribir el guión de su próxima película. En el mar se dedicarán a charlar, enamorarse, oler el viento, jugar con perros, pelearse con camareros, hacer el amor, cabrearse, recordar viajes al extranjero, cuchichear secretos de otras relaciones, ponerse los cuernos, conocer mas gente... en definitiva, nada. O, dicho de otro modo, buscar el sentido de la vida, que es lo que solemos hacer desde que nos preparamos el desayuno y dudamos en untar la tostada con mantequilla o derramar unas gotas de aceite de oliva extra virgen.

La idea más escondida en la película transcurre en la cabeza del protagonista. Lo que nos pasa es un número casi infinito de acontecimientos que se transponen en imágenes mentales. Desde aquella sonrisa en esbozo al olor de su pelo, pasando por la forma que tiene de caminar o la mirada que sorprendimos observándonos y que tanto nos turbó. También, acontecimientos que quizás nucan sucedieron, o que nos contaron, o que hemos imaginado, pero que nos queman en la mente, aún dormidos, con una intensidad que no nos dejan apartarlos de nosotros.