"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

lunes, febrero 05, 2007

Apocalypto, de Mel Gibson

En Libertad Digital hago la critica de Apocalypto, de Mel Gibson. Un par de cacerías deslumbrantes en el marco incomparable de la cultura maya. En los 100 metros de persecución en la selva que corren el Jaguar y la Pantera me vinineron a la cabeza los paisajes metafísicos en los que Coyote, Sísifo anoréxico, se empeñaba en ser carnívoro (grande Chuck Jones). El Correcaminos no tenía la culpa, es que lo dibujaron así.

Momento histórico (el coyote por fin agarra al pajarraco. No son buenas noticias)



Hablando de Apocalipsis. A los hijos de Malthus no se les puede negar perseverancia. Primero, tenía yo unos quince años, se iba a acabar el petróleo. Luego, allá por los veinticinco años, el peligro venía del agujero de ozono. Hoy, sobre los treinta y cinco, el planeta se está convirtiendo en un microondas endógeno y nos tenemos que convertir al modo de vida trapense. Para una visión alternativa, no menos crítica pero menos catastrofista (es decir, inservible para los telediarios y los dominicales couché), Antón Uriarte.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira payaso, lo primero, Mel Gibson no es americano que es australiano. Segundo, a veces la gente que no tiene puta idea de temas estilo cambio climático o historia de las antiguas civilizaciones, debería tener la lengua metida donde le correponde, es decir, en el culo. Dile a tu jefe Losantos que te suba el sueldo; te lo has gandado.

Libertariano dijo...

Amable lector,

le paso su contestación (anónima) a Libertad Digital respecto al aumento de sueldo, en lo que estoy de acuerdo.

En cuanto a la nacionalidad de Gibson parece que hay un equívoco en mis fuentes o en las suyas. Según algunas, no muy solventes quizás (http://www.imdb.com) nació en Peekskill, en el estado de Nueva York. Posteriormente, cuando tenía doce añitos se fue con su familia, de ascendencia irlandesa, a Australia.

Por lo que respecta a Marvin Harris o Jared Diamond, o fray Bernardino de Sahagún o Antón Uriarte, les haré llegar también su recomendación.

Saludos

Anónimo dijo...

¿Es cierto que sólo publicas aquellos insultos dirigidos a tí? Porque hay días que es una pena.

antialianza dijo...

Excelente la crítica con la que por supuesto estoy de acuerdo. Impertinente el anónimo que da muestras de sobra de sus evidentes limitaciones.

Gibson demuestra oficio y, por supuesto, cinismo para los tiempos que corren. Qué bonita habría sido una película que hablara de alianza de civilizaciones y diálogo -muy sangriento en este caso- intercultural.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Veo que el blogmaster es más anglófilo de lo que pensaba. Qué ironía en su contestación.

Anónimo dijo...

Podríamos establecer una analogía entre, por ejemplo, la gente como Rigoberta Menchú que habla de la película de M.Gibson sin haberla visto y entre la gente que, ensu día, habló de "La pelota vasca" sin haberla visto. Creo, en ambos casos, que es necesario saber qué se critica para criticarlo. Otra cosa, claro está, es que estemos de acuerdo o no con las críticas. Saludos.

Anónimo dijo...

Aunue estoy muy de acuerdo con la crítica (y muy poco con los insultos) Mel Gibson es y se ha considera siempre australiano.
Al Cesar lo que es del Cesar

Zelig dijo...

Mel Gibson nació y se crió en los Estados Unidos. Emigró siendo ya mayorcito, 12 años, y volvió a los 27 años.

Ha vivido en EEUU 36 de sus 51 años. Es ciudadano estadounidense, y nunca ha sido ciudadano australiano.

Berlin dijo...

Querido Libertariano, está visto que hay gente que aún no está preparada para ciertas cosas. Anda que si les ponemos a Bauer en la Sexta, el anónimo ese se acuerda de algún familiar tuyo.

o s a k a dijo...

gran película, sí señor

Apocalypto consiguió que ni una sola persona se levantara a hacer un pis en una sala zaragozana de tropecientas butacas

coinciodo en lo de la persecución a lo mc-tiernan en la obra maestra Depredador...

un afectuoso,

n a c o

Anónimo dijo...

Pues yo diré que me han sorprendido, más que la crítica del blogmaster, los enfoques en contra de la película. A mí me irritó no poco, pero en un sentido contrario, por su adanismo de baratillo. En el fondo lo que nos cuenta Gibson es que el mal viene de la civilización, que la única felicidad posible está en la aldea, la vida sencilla y mínima, la comunión con la naturaleza. El retrato de la ciudad como infierno en la tierra es digno del que un furibundo padre de la iglesia primitiva habría pintado de Antioquia o un moderno telepredicador de Las Vegas. Violencia, ruido y putas. A Gibson parece importarle mucho que veamos la de putas que había en la ciudad. No es un problema de racismo, la película discurre entre mayas y mayas. Entre mayas y mayas, Gibson elige santificar a los no civilizados. Él sabrá por qué.

A mí me inquieta ver que ese tipo de mensaje más que discutible se está abriendo paso en el cine comercial, sobre todo en el infantil (Vecinos invasores es de traca, y Cars ya fue analizado aquí).

Libertariano dijo...

Desde luego esa es una posible lectura, pero se ha exagerado lo roussoniano de la descripción de la vida "natural".

Hay dos factores que Gibson utiliza magistralmente para distanciarse de los relatos adánicos: el sentido del humor, cruel a la vez que alegre, y la violencia de la cacería y el posterior desmembramiento de la presa.

Por el contrario, creo que la visión de Gibson es en ese sentido más pesimista, más católica si se quiere: el ser humano como malo por naturaleza, con lo que resulta es un enfrentamiento entre "maldades", banales o radicales, qué más da.


Esa crítica al adanismo, una versión entre otros del etnocentrismo occidental, sí que se puede referir a ese cuento de hadas para amantes de los planos dilatados en el tiempo que es "El nuevo mundo" de Malick, una película intrínsecamente racista en su planificación cinematográfica, de la que "Apocalypto" se podría considerar la respuesta más vigorosa en el fondo y la forma.

Saludos hobbesianos

Anónimo dijo...

NO la he visto todavía. Luego la alquilaré en el vídeo como la Pasión (¿la recomienda también el Vaticano?).

Anónimo dijo...

Al anonimo del primer comentario: Como bien dices, "si la gente no tiene ni puta idea de algun tema, es mejor tener la lengua metida en su culo" frase que te la aplicaria a ti sin duda alguna. Y no por el tema de la nacionalidad de Gibson,que es estadounidense, sino por la supuesta ignorancia que segun tiene el dueño de este blog. Bien, querido amigo solo te diria que basta 3 horas a la semana escuchando a este señor para darte cuenta de que no solo tiene conocimiento de cine,politica y filosofia, sino que tiene un conocimiento bastante superior que la media y me encantaria (no sabes como) ver una discusion entre vosotros y ver como caen tus argumentos uno tras otro. Me salto el punto de la educacion ya que con mirar los comentarios salta (mas bien daña) la vista tu carencia que contiene tu persona de este valor y que a otros le sobra. No actuo como abogado de pobres, simplemente como a ti, amigo, me quema que la gente hable sin saber y si aplicamos tu frase, a ti te la deberian arrancar. Y que conste que apesar de mi comentario, tengo unas inclinaciones politicas bastante diferentes a las suyas. Y seria conveniente que a el le subieran el sueldo,si, y a que a ti te bajaran esos aires despotas que no hacen mas que descubrir tu inmensa ignorancia.

Un saludo. overon

Camilo dijo...

Creo que lo que mejor define a las películas dirigidas por Mel Gibson es su contundencia. "Braveheart", "La Pasión de Cristo" o, también, "Apocalypto" dejan muy a las claras que, bueno o malo, mejor o peor, de lo que es incapaz este tipejo es de pasar desapercibido. En ese sentido su cine me recuerda al "todo o nada" que se achacaba a las obras de Víctor Hugo y que, tanto ayer como hoy, propiciaba la retahíla de descalificaciones al caso: simplista, maniqueísta, moralizante... En fin, que los buitres siguen al acecho.

Apocalypto es la obra de un genio, sí, pero como todos los genios (buenos o malos, mejores o peores) Mel Gibson también tiene obras menores y Apocalypto es, en mi opinión, una de ellas. Pero no lo es por lo que expone sino más bien por lo que desaprovecha, habiendo líneas argumentales muy “potentes” que sin saber por qué abandona en favor de otras más manidas, sobre todo desde que (en el último tercio del metraje) Apocalypto se transforma en una especie de versión precolombina de El fugitivo. Hasta entonces todo es descubrimiento y fascinación, pura contundencia visual a la altura de lo esperado. A partir de entonces la irracionalidad, que tan geniales momentos le ofrece a la película, desaparece y tanto el guión como las imágenes quedan encorsetados en parámetros demasiado tópicos o, ya puestos, demasiado “occidentales”.

“Una gran civilización no es destruida desde fuera hasta que se destruye a sí misma desde dentro”. Es la frase que encabeza la obra y, como tal, es toda una declaración de intenciones. Sin embargo, no comparto la interpretación (esta vez sí) maniqueísta de los que pretenden ver en el mensaje de Apocalypto un “choque de civilizaciones” a lo Huntington y, por ende, una justificación de la colonización de América (como si lo factual o, incluso, lo azaroso, pudiera ser justificado). Para empezar la llamada “civilización maya”, como queda bien claro en la película, no era ni mucho menos una civilización homogénea ni una civilización homogéneamente en decadencia. Es el poder, una vez más, el que corrompe. Mel Gibson, reconocido conservador, parece haber hecho aquí un esfuerzo por complacer a la mayoría y toda interpretación comprometida o polémica de la historia queda tan poco detallada que se ofrece casi por completo al juicio (o prejuicio) del espectador.

En definitiva, Apocalypto es una gran película que hay que ver y, sobre todo, analizar. Ofrece muy buenos momentos, magistrales incluso, y aunque a veces sea demasiado víctima de sí misma (o de su público), en el fondo nos compromete a todos.

Anónimo dijo...

¡¡¡ osstrass !!!

El coyote ha cojido al correcaminos!!!!!!

Anónimo dijo...

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