En Libertad Digital realicé la crítica de la última película del
previsible enfant terrible, aunque ya talludito,
Lars von Trier:
La comedia El jefe de todo esto. Lo que podría haber sido un gran drama satírico es boicoteado por su propio autor, incapaz de sabotear su ego esta vez con la excusa de una juguetito informático, aunque sea a costa de estropear la cadencia de las imágenes y el fluir de la dinamita crítica.
Habitualmente calificado como "egocéntrico" y "genial",
cada vez es más de lo primero y menos de lo segundo, aunque es una de los pocas opciones potables en las mustias multisalas. Menos mal que nos queda
la tele.
Haciendo de titiritero, relaciona a
Anders Fogh, su sentido del parlamentarismo y una receta danesa hecha con cerdo (o algo así)
3 comentarios:
Von trier es insufrible,además de poseer una absoluta mediocridad de ideas.
El cine de autor no esconde más que narcisismo y falta de talento.
Vivan los artesanos!
Coincido con el comentario de individualista en que Von Trier simplemente es un marketinero de si mismo. De cine poco y nada. El blog esta muy bueno.
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