"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, mayo 29, 2007

Los muros de la patria mía

El domingo por la mañana, cuando abrieron los colegios electorales, hacía tiempo que yo y otros bravos estábamos haciendo cola. En mitad de lo más duro del duro 98 los madrileños se iban a los toros (¿o no? ojo a los comentarios antiespañolistas), para escándalo de los intelectuales del mismísimo, empeñados en llorar los muros de la patria mía. Como siempre he sido fan de los madrileños, el pueblo capitalino más provinciano del orbe, les hago caso y ahí estoy, esperando mi turno, la taquilla no abre hasta las diez, para el mano a mano de la temporada.






Las corridas subliman la violencia política. José Tomás, en el gesto más torero y político de la temporada, reaparece en Barcelonanti-T. Un francés (hijo de español y ¡polaca! (ver Barcelonanti-T)) escala al número 1 del escalafón. El fin del mundo se acerca.



La cola es animada a la vez que prusiana. Una chica despotrica elegantemente contra los antitaurinos mientras un grupo recién llegado del Colegio Mayor pronostica una victoria del Madrid sin paliativos en la Liga. Un señor mayor, el sabio de nuestro sector, nos ilustra sobre las maravillas que le vio hacer a Antonio Ordoñez, Tomás está de acuerdo, y las que no vio a Rafael de Paula. Si hay elecciones, por aquí no nos hemos enterado.

Violencia. Un tipo gordo y desabrido que está detrás mío se autoerige en alguacilillo, vigilando que nadie se cuele. Se encara con dos chicas pijas que se han ido turnando. En cuanto se aproxima alguien a la ventanilla, se acerca al intruso, olisqueándolo con mirada desafiante. Hasta que llega un tipo escuálido, en chándal, sin afeitar y acompañado de un chaval de unos siete años. Un tipo neorrealista, pasoliniano. Mira el cártel y le anuncia al niño que van a ir al mano a mano. Sin decir esta boca es mía se mete en la taquilla. El tipo gordo, desabrido y de mirada desafiante recula. Un rumor de protesta se eleva de la cola. Impasible, el Pasolini pide sus entradas. El taquillero lo ignora olímpicamente y con la mirada invita al siguiente de la cola que con paso firme y gesto decidido empuja suavemente al free-rider, que se retira.



PD. ¿Qué es eso de la "patria mía"? Para algunos una sociedad orgánica, un monstruo metafísico, un sucedáneo de otras entelequias como Dios o el Proletariado. Para otros, simplemente el lugar donde respirar la libertad. En mi dni aún conservo como domicilio habitual Madrid. Hay una distancia infinita entre Francisco21 y Francisco22

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anda dedicate a la literatura y deja la filosofía que eso a tí no te va. Lo de la literatura lo digo en serio, y lo de la filosofía también.