Quizás el mayor pesimista antropológico. Pero pesimista trágico, de los que afirman la vida a pesar de que con lucidez no se engañan sobre su herida tenebrosa. Precisamente ayer seleccionaba algunos VHS para "abandonarlos" en plazas públicas, bares, bibliotecas... Las copias en cinta eran de algunas películas de Bergman, Buñuel, Berlanga... La "donación" azarosa reviste ahora el carácter de un homenaje.
Celebremos su espíritu, es decir, bailemos, bebamos y comamos como en las última secuencias de El séptimo sello (ya definitivamente abierto por el director sueco) y de Fanny & Alexander (cuya compra recomendé hace tiempo) En su honor.
PD. Nos quedan Oliveira y Rohmer, entre los grandes patriarcas. El francés presentará su última película, "Les Amours d'Astrée et Céladon" en el Festival de Venecia.
3 comentarios:
¡Ha muerto un grande!
Por favor no confunda el plomizo pesimismo bergmaniano con la "alegría" trágica nietzscheana.
Nietzsche, al igual que Bergman, era un gran admirador de Dostoievski, su igual psicológico, y Strindberg.
Y es que el pesimismo trágico nietzscheano, como Jano, tiene dos caras. Por un lado, esa alegría trágica que comentas, y cuya realización cinematográficamente más evidente es Howard Hawks, y su culminación ética y estética Hatari!, y luego ese pesimismo plomizo -no sólo de oro, también de plomo vive el hombre- de Bergman.
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