De Manuel Conthe no me cabe duda de que es amigo de sus amigos pero más amigo parece ser de la verdad. Lo que suele ser muy peligroso y lleva a que te comparen con un mono empuñando una pistola (ver comentario 6)
En este caso, Conthe empuña la pistola del análisis económico preñado de consideraciones psicológicas, filosóficas y literarias para desmontar espejismos, hincarle el diente a suculentas paradojas y mantener siempre nuestra atención de sorpresa en sorpresa. Thomas Schelling combinado con Nelson Goodman y Balzac. Por lo que llevo leído, uno de los espejismos más recurrentes que nos lleva a pensar equívocadamente es la creencia de que somos perfectamente racionales. Pero no es así en realidad. El que gana la medalla de bronce suele estar más feliz que el que ha ganado la de plata. O preferimos quince minutos de sufrimiento extremo con un minuto adicional de dolor moderado que un periodo más corto de dolor aunque sea con una intensidad menor a la primera. O resulta dificil ver una cosa cuando tu sueldo depende de que no lo veas (también hay intereses poéticos, tus ideales por ejemplo)
Y es que lo que plantea Conthe a través de las paradojas es uno de los mayores retos de las ciencias sociales: tener en cuenta las disonancias cognitivas de una especie como la nuestra, diseñada para sobrevivir en entornos muy distintos a las hipercomplejas sociedades actuales, a la hora de diseñar los mecanismos institucionales de mercado, incluyendo los estatales, más adecuados.
Esta tarde en el Círculo de Bellas Artes presenta Manuel Conthe, de nuevo en la cresta de la ola, su libro, un arma de pensamiento masivo. Me gustaría asistir pero tengo que trabajar a esa hora amuchos kilómetros de distancia.
Era un pipiolo cuando vi a esta pipiola ganar la medalla de bronce. Una bestia muy bella
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