Terminé de ver a Antonio Escohotado entre los ratones coloraos de Quintero -"fui más rojo que nadie hasta que descubrí el voluntarismo liberticida de la izquierda"- y se me apareció Zapatero que, como el gato gordo de Cheshire, se sonreía burlón. ¿El aura lisérgica del maestro libertario me hacía tener visiones? No, es que estaba presenciando el suicidio electoral del hombre que nunca estuvo allí, que dirían los hermanos Cohen.
Y si Ruiz Gallardón estaba fuera, el Barcelona seguía dentro. El socialista culé explotó dejando sólo una inmensa sonrisa tontuna y dentuna en el aire mientras daba paradójicas instrucciones sobre conejos. Y locos.
PD. Ayer, Antonio Escohotado. Hoy, la cita libertaria es con Javier Esteban, que presenta en Off Limits (Escuadra, 11, Madrid) su indispensable e irrecusable (Arrabal dixit) Manifiesto libertario contra la prohibición.
4 comentarios:
Muuuú denso, papito.
si no pones la hora...
Javier está currando para el Loco. No debe ser casualidad lo de Escohotado. Nos vemos.
The writing on the wall...
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