"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, febrero 19, 2008

El triunfo de la voluntad. Ni víctimas ni héroes: ciudadanos

El viernes tuve ocasión de compartir unas horas con Pilar Elías, Iñaki Arteta y otros marcados por la violencia nacionalista de extrema izquierda. El documental Trece entre mil volvió a emocionarme. El cine se dice que está compuesto de espectros, de fantasmas de luz, pero la Asociación Cordobesa de Amigos de las Víctimas del Terrorismo (gracias Fernando, gracias Rafael) nos dió la oportunidad de presenciar el milagro de la transustanciación de los espectros fílmicos en personas de carne dolorida y huesos destrozados por las bombas lapas de Eta, el mobbing ideológico del nacionalismo y el silencio generalizado que ya denunció Martin Luther King y que Arteta sitúa como frontispicio a la entrada de los testimonios filmados con generosidad y respeto.

“Tendremos que arrepentirnos en esta generación meramente no por las palabras odiosas y acciones de la mala gente, pero por el espantoso silencio de las buenas personas.”


En Arteta, en Elías, en todos ellos, tuve ocasión de discernir el cabreo de soportar una situación injusta, tanto por los maltratadores como por sus cómplices pasivos, como una voluntad animosa y alegre para no permitir que el asesinato criminal y civil empozoñe su espíritu. Pilar Elías nos comentó al final de la cena en Bodegas Campos, con un suspiro, la diferencia entre la cálida acogida que les habían proporcionado en Córdoba y el silencio sepulcral con el que los envolvían hace poco tanto por la derecha como, sobre todo, por la izquierda. La disciplina interna de esta mujer, esa fortaleza del temperamento que sólo la tienen los espíritus sanos y poderosos que sienten el valor de las raíces y el sentido justo de las palabras, flotaba por encima de nosotros e imperceptiblemente atraía todas las miradas. Siendo tan pequeña se nos aparecía como una gigante.

Los que allí estábamos nos conjuramos para que nunca más se volviesen a sentir solos. Porque

“Sin justicia, no puede haber paz. Aquel que pasivamente acepta la maldad está tan envuelto en ello como el que ayuda a perpetrarla”



PD. Ah, Cándido, Cándido...

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