"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

viernes, julio 25, 2008

El metaliberalismo de Wittgenstein

En Generacion.net hago una recensión del artículo de Vicente Sanfélix en Teorema: "¿Fue Wittgenstein un liberal?"



Las discusiones en torno al liberalismo suelen centrarse en cuestiones institucionales, lo que deja de lado los fundamentos morales del sistema. De ahí, de esa desidia un tanto vergonzosa, se derivan los aspectos menos atractivos del liberalismo, una deriva hacia el utilitarismo más ramplón y cierta vulgaridad materialista acompañada de un sarcasmo casposo hacia el idealismo.

PD. La película de Derek Jarman sobre Wittgenstein es sui generis, pero los acrílicos BadartforBadpeople titulados Who The Fuck Is Wittgenstein? se llevan la palma de irreverencia al maestro del pensamiento. Cine y filosofía




2 comentarios:

Ignacio dijo...

Es curioso, esta semana andaba yo pensando escribir algo sobre esa dimensión moral que no acabo de entender.

A mí me atrae el liberalismo en cuanto ejercicio de sentido común. Por ejemplo, entiendo la crítica al estado del bienestar basada en que no funciona, pero en los blogs liberales españoles (y no me refiero al autodenominado liberalismo de Losantos y su tropa, sino a los pata negra) detecto una especie de santa ira que no comprendo ni puedo compartir. Es decir, si resultase que funciona, ¿qué malo habría en una atención médica gratuita y universal?

Libertariano dijo...

Estoy de acuerdo contigo Ignacio.

Algunos interpretan los principios como si fueran dogmas. Y la negociación de los principios, entendidos como reglas más o menos fléxibles y refutables, es esencial para que una ideología no degenere en secta.

El diputado chileno-sueco Rojas lo explica muy bien en un libro publicado por FAES, sobre la reforma liberal del sistema educativo sueco: hay cheques escolares, victoria liberal, pero las escuelas privadas no pueden cobrar ni un euro más a los padres, victoria socialdemócrata.

Hay otros casos interesantes, como los límites en los sueldos y los contratos de la NBA, etc. Pero es que hay muchos liberales a los que habría que aplicar el despreciativo calificativo que dedicaba Marx a Proudhom: "utópicos" (es decir, "simplones")


Un saludo