"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, julio 06, 2008

Flamenco a la memoria de Groucho Marx

Bajo la mirada atenta de los ángeles y santos de la fachada barroca de la catedral de Granada, Juan Pinilla cantaba por bulerías, fandangos y soleás. Cantaba con ese aire culto y sofisticado, complejo y vanguardista que tienen los cantaores granadinos. Con una voz todoterreno, bonita y atiplada, sin los desgarros jondos de un Rancapino pero llena de modulaciones, bien templada y mejor vocalizada.

Cantaba Juan Pinilla feliz por traer a su tierra la Lámpara Minera, ante un público heteróclito formado por guiris despistados, jubilados de los que se apuntan a un bombardeo, paseantes que deambulaban a la búsqueda del preceptivo tapeo y aficionados serios y connosieurs. Cantaba por diversos palos y poetas, versionando a Ángel González, Pepe Hierro, los Machado y, claro, Lorca. Entonces vino la sorpresa cinéfila. Declarándose admirador de Groucho Marx, ¿cómo versionar en flamenco al genio del puro y las cejas? Naturalmente, con un tanguillo de Cai. Si no lo escucho, no lo creo (desgraciadamente no llevaba la cámara)


-La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un
diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
-Estos son mis
principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.
-Es mejor estar callado y
parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.


Últimamente la política española está muy atareada con Congresos varios, en su versión marxista de diagnósticos falsos y remedios equivocados. Antes los conservadores, ahora los socialistas. Con los Congresos la política revela esa dimensión sectaria, de tribu y rebaño, la calidez de las filas prietas y la comunión de los santos. Con un 84,24 % de aprobación fue bendecido Rajoy, con un 98,92 % ha sido ungido Zapatero.

Y las Mujeres (con mayúscula, porque no se trata de individuas sino de una categoría platónica) irrumpiendo con sus dosis habituales de sonrisas y peluquería de a 100 euros (hace mucho, mucho tiempo, sí que se encontraban mujeres, con minúscula, en la Política, con mayúscula. No sonreían y apenas se preocupaban por las mechas: Gandhi, Meir, Thatcher…) Y cuando hay un par que no tragan, las laminan: dos Marías. En el PP y en el PSOE.

Otro humorista judío escribió algo de lo que siempre me acuerdo cuando veo y escucho las nadas congresuales


Érase una vez una comunidad de canallas, o mejor dicho, no eran canallas, sino
gente corriente, del montón. Siempre hacían causa común. Por ejemplo, cuando uno
de ellos cometía alguna canallada, o mejor dicho, en realidad ninguna canallada,
sino algo corriente, de lo más normal, y lo confesaba ante la comunidad, los
otros estudiaban el caso, lo juzgaban, imponían sanciones, lo perdonaban, etc.
No había mala intención, así se preservaban estrictamente los intereses del
individuo y la comunidad; simplemente, al que confesaba se le administraba el
color complementario al color básico que había mostrado. Así siempre hacían
causa común, y ni siquiera después de muertos renunciaron a la comunidad, y
subieron al cielo formando un corro. En conjunto, volando de aquel modo,
producían una impresión de prístina inocencia infantil. Pero como antes de
llegar al cielo todo se descompone en sus elementos, se precipitaron,
convertidos en bloques de piedra.

PD. Luis Mariano y Antonio Jiménez, fantásticos a la guitarra.

PD. Flamenco y política: Juan Pinilla quería ser senador con IU.

1 comentario:

monolo dijo...

Me alegro que salieras a dar una vuelta y te encontraras al Pinilla en las Pasiegas. Así he podido "ver" el recital adobado con tus siempre certeros comentarios y ampliado con los de actualidad. Sigue una web que quizás te interese http://spamloco.net/2007/08/peliculas-gratis.html