"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, agosto 10, 2008

Marilyn Monroe en el Gulag

En El País, Tomás Eloy Martínez y Mario Vargas Llosa rinden tributo respectivamente a la memoria de Marilyn Monroe y Alexander Solzhenitsin. Cuando era un adolescente el dulce fuego de la yanqui y la incendiada delicadeza del ruso acompañaban los maratones cinematográficos y literarios a los que me entregaba con una intensidad, horas y horas de visionado y lectura, de la que hoy sería incapaz.

Tomás Eloy cita la última carta de la actriz:

"Querido Joe: si sólo pudiera hacerte feliz, lograría la más grande y más difícil de las cosas: hacer a otra persona completamente feliz. Tu felicidad sería mi felicidad"


Lo que me hizo buscar en mi ejemplar de Archipiélago el relato de Eros en el infierno, que Solzhenitsin relataba, magistral, sin un ápice de melodramatismo:

"Despojada de todo lo que llena la vida de una mujer y de cualquier ser humano (familia, maternidad, grupo de amigos, trabajo acostumbrado y en ocasiones interesante, arte y libros para algunas), y aplastada, para colmo, por el miedo, por el hambre, por el olvido y la ferocidad, ¿hacia qué cosa podía volcarse una mujer en el campo, sino hacia el amor? Una auténtica bendición del cielo, ese amor, amor casi platónico, porque daba vergüenza ir a los matorrales, y en el barracón, a la vista de todos, era inconcebible; porque el hombre no siempre tenía fuerzas, y porque los guardianes del campo andaban a la caza de las parejas para encerrarlas por separado en los calabozos... ¡Más -cuentan hoy las mujeres del campo- por el hecho de ser tan desencarnado, aquel amor resultaba tanto más profundamente espiritual, más fogoso que en la vida corriente! Mujeres ya maduras se pasaban noches sin dormir por una sonrisa casual, por una atención fugaz... ¡Y con qué fuerza brillaba la luz del amor sobre la sórdida existencia en el campo!"


...

"En cierta ocasión tuve que pasar la noche en la estación de Tashkent, no lejos de un grupo de reclusos que acababan de ser liberados por alguna decisión especial... Los hombres jugaban a los naipes, en tanto que las mujeres discutían a gritos de no sé qué. De pronto, una de ellas dio un grito más estridente que las demás, se levantó de un salto, aferró a su hijo por las piernas y golpeó su cabeza contra el suelo, con un ruido que resonó sordamente en todo el contorno. Todos los libres en aquella sal quedaron mudos de espanto... Se elevó un clamor: "¡Una madre! ¿Cómo puede una madre hacer algo semejante?"

No podían comprender que no era una madre, sino una mamka"



Tercera parte: Con fines de exterminio, p. 830 - 836


PD. Las últimas imágenes rodadas por Marilyn. Pasen y lloren:



PD. Se ha criticado, con razón, el extremismo nacionalista, perdón por la reiteración, y su antiliberalismo. Pero aún así reconocía que entre Marx y Adam Smith había un trecho...

3 comentarios:

Zarzoso Castelló dijo...

Disculpa mi ignorancia ya que no he leído (todavía) Archipiélago Gulag pero ¿qué es una mamka?

Libertariano dijo...

Disculpa por mi parte, tenía que haberlo explicado. Solzhenitsin explica que para burlarse de como los comunistas retorcían el lenguaje para esconder la realidad, ellos en los campos tenían tenían su propia jerga. Por ejemplo, "mamka" es el nombre en jerga para designar a una madre.

Una madre -mamka- en los campos no era lo mismo que una madre libre...

Saludos

Zarzoso Castelló dijo...

Gracias por la aclaración.
Saludos