"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, agosto 28, 2008

¿Steven Kubrick o Stanley Spielberg?

A un burro muerto de hambre lo colocaron ante dos montones de heno indiscernibles, a la misma distancia. El animal no encontró ninguna razón lógica para preferir uno a otro y terminó muriéndose de hambre. Un método, usado últimamente en el cine por Dos Caras en Batman y Anton Chigurh en No es país para viejos, podría haber sido echarlo a cara o cruz.

Como el asno de Buridán he estado un tiempo ante la disyuntiva que se plantearon en una velada veraniega Javier Ortega y algunos amigos: Kubrick versus (contra, hacia) Spielberg. Dado que la disyunción lógicamente puede ser interpretada de forma inclusiva o exclusiva, en principio podríamos responder que ambos. Vale, pero ello no quita que no intentemos introducir alguna jerarquía.

En principio no cabe duda de que Kubrick, desde el punto de vista de la historia del cine, es un director más importante que Spielberg. Su universo es más complejo, su ambición más poderosa, su personalidad más definida. Incapaz de vender su alma al diablo de la taquilla cada una de sus películas es una carrera neurasténica hacia la perfección.

Spielberg es poseedor de un talento narrativo y visual impresionante, aunque tiene una tendencia hacia el sentimentalismo y la demagogia populista que pone en solfa alguna de sus películas, incluso las que la han reportado más prestigio. Hay una línea roja, aunque difusa en ocasiones, entre el autor como demiurgo y el artesano poseedor de una maestría excepcional.

Si nos situamos en el margen podemos imaginar una situación de velo de ignorancia a lo Rawls. Si me diesen a elegir entre ver una película nueva de uno u otro sin saber nada de las mismas eligiría la de Kubrick sin dudar. Parafraseando la estupidez de los sesenta de que preferían equivocarse con Sartre a tener razón con Aron, yo prefiriría arriesgarme con Kubrick a la apuesta más segura de Spielberg. E.T. era más entrañable pero Hal 9000 le ganaba en riesgo e inteligencia.

También es cierto que podemos hacer otro experimento mental-cinematográfico: si me fuesen a colgar y me ofreciesen ver una última película a elegir entre la filmografía de ambos, eligiría… Inteligencia artificial. Lo que inclinaría la balanza hacia Spielberg. Pero no podemos olvidar que sobre la película del niño-robot se cierne la sombra gigantesca de Kubrick que, para complicar más las cosas, designaba implícitamente así a Spielberg como su heredero.


PD. Más duelos a muerte, en plan "Fernando Sánchez Dragó versus Pitufo Filósofo"

PD. En Wall-e, la película de este verano, se cruza el homenaje a ambos.

6 comentarios:

Héctor Meda dijo...

Hola,

Pues yo me quedo con Kubrick, sin lugar a dudas. El carácter hipnótico, detallista y misterioso de sus películas no es, ni de lejos, algo que esté al alcance de Spielberg. Por otro lado lo de IA es trampa porque ese proyecto era de Kubrick (así que no tiene sentido que lo revindices sólo para Spielberg) y si lo hubiera rodado él sí que hubiera sido una gran obra maestra o, al menos, una mejor película.

Saludos

Iracundo dijo...

Yo me quedo con Peckinpah: por sucio, borracho y misántropo.

Libertariano dijo...

Héctor, precisamente lo que quería, al parecer sin mucho éxito, era defender la coautoría de Kubrick en I.A. Christian lo explica también en el blog de Javier.

Isidoro, no cabe duda de que Peck era sucio y lúcido. Uno de mis favoritos, y Quiero la cabeza de AG, muy grande en su desmesura. Sin embargo, realizó una de las pelis más "feministas" de la historia, La balada de CH. Algo así como las 7 mujeres de Ford, otro que tal.

Un saludo

Iracundo dijo...

Yo me quedo con "Grupo Salvaje" y "La Cruz de Hierro". Ambas con tremendas escenas finales.

En Grupo Salvaje es demoledora esa escena en que el bandido habla con el viejo mexicano y éste le dice: "Todos los hombres sueñan con volver a ser niños, incluso los peores. Puede que los peores más que ningún otro".

La Balada de Cable Hogue no me gustó particularmente y efectivamente puede verse como la única película en que Peckinpah no asevera un rotundo desprecio por las mujeres. Si bien es cierto que la mujer a la que "deja bien" es una puta, como todas las "mujeres de Peckinpah". Y el propio Cable Hogue, como no, es un canalla.

La de "Quiero la Cabeza de Alfredo García" efectivamente es completamente desmesurada y sucia. Es un buen relato acerca del sinsentido pero mismo mensaje podeos ver en todas las películas de Peckinpah: los bandidos se vuelven justicieros. Sean los bandidos soldados alemanes, ladrones de bancos o profesores de matemáticas.

Libertariano dijo...

De La cruz de hierro guardo muy buena impresión aunque no la he visto hace mucho. Tampoco Pat Garret. Sam es uno de los directores que mejor ha difumindo las fronteras entre el bien y el malo, entre los héroes y los villanos. Por ejemplo, en Major Dundee, en la que Heston y Harris son ambos, a la vez, un par de hijos de puta con honor.

O en Perros de paja, con una especie de Zapatero, Hoffman, reconvertido por la fuerza de las circunstancias, en un Terminator. La escena de la violación (¡consentida y rematada!) sería infilmable hoy en día.

Iracundo dijo...

Con Perros de Paja Peckinpah provocó el mayor de sus escándalos. La misoginia es completamente evidente y, como dices, la escena de la violación consentida sería infilmable (como infilmables serían tantas y tantas escenas del cine clásico en que la mujer se resiste al beso y, tras forcejear, acaba fundiéndose en un beso apasionado con el prota de turno). Le acusaron además de glorificar la violencia que acaba ejerciendo el personaje de Dustin Hoffman y cuando le preguntaron a Peckinpah sobre ello el tipo dijo: "Me sorprende que la gente piense que el personaje de Hoffman es el bueno de la película porque es precisamente él el culpable de todo lo que sucede". Maravilloso. Le acusaron por esta película, además, de fascista y el bueno de "Camara Lenta" Sam dijo: "Yo no soy fascista pero sin duda soy alguna suerte de totalitario".