Garci carga contra El País

Hoy se estrena Sangre de mayo. La última película de José Luis Garci es un encargo de la Comunidad de Madrid con un presupuesto de quince millones de euros provenientes en gran parte de de las arcas públicas (Esperanza Aguirre se transmuta de halcón liberal en paloma subvencionadora cuando le interesa).

Garci cargó en un programa de Telemadrid contra el "periódico más sectario"

"El País piensa que soy un chiquito de 17 o 18 años sin personalidad y que se me puede pedir cualquier cosa, dar cualquier orden, y que la tengo que cumplir. Yo ya no cumplo órdenes desde hace mucho, desde la mili y desde que durante el franquismo iba tirando propaganda en Méndez Álvaro, en aquellas noches terribles, con el partido comunista"

Y es que en el periódico de Prisa se ha comentado, como quien no quiere la cosa, que Garci se ha convertido en el lacayo de la dirigente pepera (I y II).

Una descorazonadora estampa que, sorprendentemente, Garci estropea en un epílogo con afán de homenaje pero pinta de pago de favores.

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un presupuesto de 15 millones de euros entregados a dedo por la Comunidad de Madrid... Para abrir boca, anoche se preestrenó en la plaza de Callao de Madrid ante un centenar de curiosos e invitados de postín -perfumes caros, pedrería de imitación y corbatas- como intento de emular la clásica alfombra roja de los estrenos en Hollywood. Por la moqueta arrugada a prueba de tacones pasaron y posaron los miembros del reparto junto a su director, acompañados por la presidenta regional, Esperanza Aguirre, Fernando García de Cortázar (Fundación Dos de Mayo, Nación y Libertad, que ha organizado la mayoría de los actos del bicentenario) y una colección de rostros famosos, custodiados por porteros que podrían trabajar en la zona de copas de Costa Polvoranca.

Garci no está solo en la acusación de corrupción artística. También a Woody Allen le han acusado de lesa prevaricación cinematográfica. Carlos F. Heredero en El Cultural de El Mundo sólo se explica el paisaje urbano de la última película del neoyorquino porque, en el mejor de los casos, haya tenido una obligación contractual con el Ayuntamiento barcelonés. La otra hipótesis que maneja es peor si cabe.

... ¿por qué su nueva película se empeña en pasear a sus protagonistas por un catálogo turístico de manual hasta convertir el filme en lo que acaba mostrándose, ciertamente, como el más brillante –y muy probablemente también rentable– spot publicitario de la Ciudad Condal que cabe imaginar? La pregunta se impone por sí misma: ¿estaba Woody Allen atado por obligaciones contractuales que llegaban, incluso, a tener que incluir el nombre de Barcelona dentro de un horrendo y absurdo título? Responder afirmativamente a esta pregunta no es fácil...

PD. Resulta interesante comparar la tendencia histórica del cine español (Alatriste, Los Borgia, La conjura de El Escorial, ahora Sangre de mayo) con la apuesta que hace la HBO y la televisión anglosajona (Los Tudor, Roma, John Adams) Aunque las españolas no tienen nada que envidiar en cuanto a diseño de producción, la principal diferencia la encuentro en los guiones estilo Sorkin de los anglosajones, con un mejor equilibrio entre lo emocional y lo político, y la calidad de los intérpretes.