Leo en Libertad Digital que en Andalucía lideramos la estadística de parados. Contemplo en el Córdoba que tras treinta años de nada, el PSOE conserva la mayoría absoluta. Me admiro en Europa Press de las loas del Presidente Perpetuo Chaves a la prensa libre y su repugnancia ante los liberticidas del pasado (de los del presente no dice nada). Me acuerdo entonces de la presentación del libro 30 años de nada del periodista Francisco Rosell hace unos días en Córdoba -flanqueado por Julio Anguita, José Calvo Poyato y Manuel Pimentel y José Antonio Nieto- en las que el director de El Mundo Andalucía -que fue despedido de Diario 16 Andalucía por su carácter independiente y crítico- denunciaba el caciquismo que se ha impuesto en Andalucía, y que alcanza desde los periódicos hasta las asociaciones de vecinos pasando por las murgas del Carnaval de Cádiz. El miedo y la censura imperan en Andalucía.
A través de Canal Sur, las distintas Cajas andaluzas (próximamente sólo una, más fácil aún de mangonear como demuestra el caso madrileño), las Universidades, las Diputaciones y toda la red del fondo de reptiles, Francisco Rosell demuestra en su libro que Andalucía es la muestra más obvia de la degradación del sistema autonómico español en una merienda de espabilaos y corruptos.
Sobre la necesidad de una prensa libre y del músculo democrático de unos periodistas que se lo creen habla precisamente Frost/Nixon, la película basada en la obra de teatro de Peter Morgan sobre la célebre entrevista que le hizo el periodista de variedades al presidente tenebroso y que Pedro J. Ramírez vió y contó. Lástima de director, el muy lacio Ron Howard.
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