"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, enero 08, 2009

Los judíos bombardean Madrid (II)


Para ir como un AVE desde la judería cordobesa a la judería segoviana tienes que pasar por la judería madrileña. Ayer hablábamos de su chica más brillante, hoy de sus chicos más traviesos: David Mamet y Stephen Sondheim Al primero le van los laberintos emocionales disfrazados de embrollos criminales. Por ejemplo, Matrimonio de Boston. Las actrices dicen tener problemas pasados los cuarenta para encontrar papeles que interpretar. Falso. Lo que sucede es que pretenden tener a los cuarenta, a los cincuenta y a los sesenta los mismos papeles que a los veinte y a los treinta. Llevan mal las arrugas y los papeles de bruja. Antonia San Juan no se resigna así que se convierte en empresaria y se monta una representación ácida en la que interpreta a una aristócrata lesbiana al borde de un ataque de cuernos. Lástima que una traducción hecha, parece, con Google Traductor fastidie la comedia, un género que exige una precisión semántica y un ajuste de relojería que se echa en falta (a menos que ahora los madrileños se manden unos a otros a "besarse el culo").

Sin embargo, en la versión de Mario Gas de Sweeney Todd en el Teatro Español todo funciona milimétricamente. La tétrica y divertida historia del diabólico barbero londinense que rebanaba yugulares por quítame allá una venganza y su compinche, Mrs. Lovett, que cocinaba ricos pastelillos de carne con los despojos de los asesinados, es un regalo para los sentidos de los gusten del musical broadwayano. Y es que todo lo que le falta de diabólico a Joan Crosas le sobra a Vicky Peña, un prodigio de la interpretación. Es maravilloso estar en las primeras filas y que la sangre te salpique desde el escenario, la ventaja del teatro sobre el cine por muy tridimensional que éste se ponga.

Ignoro la proporción de judíos que hay en la exposición de ilustrados conceptuales en tiempo de los bárbaros soviets en la Juan March, maravillosamente vacía de público al revés que la abarrotada y muy mal montada exposición de Rembrandt en el Prado, aunque apuesto que alto. Pero también resultan legión los hijos de David en la que han montado sobre la guerra del 14 en el Thyssen: tormentas expresionistas de acero y óleo. Pero los que me llevaría a casa son un estilizado árbol esmirriado de Egon Schiele y un jugador de billar de Otto Dix que me hizo recordar a Paul "Buscavidas" Newman (otro que tal)







PD. Ahora comienzan a bombardear Israel por el norte. Y todavía esperarán que los israelíes aguanten estoicos y pacífico el acoso. Pero parece que los judíos han aprendido de la Shoah que no es bueno para la salud dejarse llevar educadamente al matadero.

2 comentarios:

Mary White dijo...

Pues sí que ha dado de sí tu fin de semana...

Libertariano dijo...

Pues eso que no me extendido en lo del cochinillo, las judías, el Pago de Carreovejas, La Granja, el acueducto, el ponche...