Pues acá yo. Armado con mi cámara, mi moleskine, mi panamá, esta crítica se le dedicó a mi abuelo, don Antonio Gómez de Aranda, en gloria esté, que me llevaba a la plaza de pequeño y en una tele VHF/UHF, glorioso blanco y negro, me enseñó con el Viti a apreciar el toreo serio, honesto, riguroso, geométricamente místico.
Y que Cossio, Manuel Chaves Nogales, Bergamín, Ortega y Gasset, o más recientemente, Joaquín Vidal, Andrés Amorós y Federico Jiménez Losantos me perdonen el atrevimiento.
2 comentarios:
Ole!
Si señor!!! Glorioso pase para el recuerdo y por el recuerdo!!
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