La máscara de la gripe quimérica

Anoche asumí por primera vez la realidad del virus quimérico. En la calle Alfaros los cordobeses iban de cruz en cruz, despreocupados y a esas horas más bien alcohólicos, cuando apareció una pareja de japos, tan silenciosa y discreta como suelen, con sendas mascarillas rasgando como una tijera la noche fiestera. Literario que es uno me vino a la cabeza La peste de Camus. Cinematográfico que es uno se me presentó en la mente el príncipe Próspero (Poe, Corman & Price)

Pero hay que tomarse las cosas con humor. Como en esta viñeta que me envia Esma (gracias!): El oso Winnie Pooh y el cerdito Piglet en el fin de una gran amistad.