"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

miércoles, junio 10, 2009

Los europeos ciegos

Soy europeo. Europeo a la española, que es la única forma de ser europeo, peculiar, y de ser español. El mundo del siglo XXI será más que transnacional, transindividual. Por eso sigue teniendo futuro EE.UU. y, seguramente, China o la India: sumas heteróclitas y conflictivas de perspectivas culturales individuales diferentes enmarcadas en un sueño, proyecto, cosmovisión, misión.

¿Tiene futuro Europa? Quizás. El principal peligro de los europeos sigue siendo su peculiar tendencia al nihilismo. El nihilismo se expresa de muchas formas. En el caso de las elecciones europeas de dos formas bien definidas. Por una parte, una corriente centrífuga que empuja hacia posiciones utópicas y reaccionarias. El fascismo, de derechas e izquierdas, planea sobre los EE.UU. pero acaba aterrizando siempre en Europa, dijo Daniel Bell. Pero tanto el voto a los partidos suburbiales como, en dirección contraria, a las grandes fuerzas estatistas, sean los conservadores o los socialistas, muestra la cobardía y el cansancio que caracterizan al europeo medio.

Sin embargo, donde aprecio una vitalidad europea es en la abstención. Intuyo que gran parte de ésta o del voto en blanco proviene de una actitud entre alerta y altiva frente a la inercia de un proyecto político fraguado a medias entre socialistas y democratacristianos que lleva a Europa a la mediocridad y el miedo.

Como en el Ensayo sobre la ceguera de Saramago se plantea la posibilidad lógica de que nadie vote. ¿Qué pasaría si todas las urnas europeas estuviesen vacías de papeletas? Esta universalidad de la abstención es la que plantea la oportunidad, peligrosa pero al mismo tiempo quizás la única salvación, para una modorra europea (llamarla european dream sería una exageración torticera) que con el piloto automático se dirige en mitad de un océano calmo hacia no se sabe dónde.

La película de Meirelles basada en la novela del portugués es una plana y pedante ilustración del mismo. Como en el caso de la UE, la novela y la película parten de una buena idea echada a perder por las pretensiones elefantiasicas sin verdadera grandeza.




7 comentarios:

Armando dijo...

Gracias por lo de vitalista europeo.

Saramago será lo que sea, pero a mi, la primera novela suya que lei, El Ensayo, me deslumbró. Y lo puede achacar a la juventud e inexperiencia, pero no reconocerle más que "una buena idea" es un signo amenazante de plana y pedante ilustración.

Saludos,

Víctor Marín Vayá dijo...

Bueno, no se si todo el texto de arriba te ha servido para sacar un par de vídeos sobre la película o al revés, pero has trastabillado un poco. El libro de Saramago en el que una ciudad entera vota en blanco se llama "Ensayo sobre la lucidez", diferente del "Ensayo sobre la ceguera" en el que está basada la película del final. Son historias diferentes aunque con estructuras parecidas.

Que nadie espere ver una historia de abstención masiva en la película porque los tiros van por otro lado.

Hiel dijo...

He ahí una muestra (el comentario de Armando) de cómo funciona la Unión Europea: te 'deslumbro' con eso de unirse, de tener una moneda única, una ley única,... y un pensamiento único.
Llegados a ese punto, te tengo sometido, tu mente está anulada, y todo lo que venga de Bruselas (o de Saramago) es bueno para ti y los tuyos.
En definitiva, se trata de lo que siempre ha intentado el ser humano, bien a través de la religión (ecologismo incluido), bien a través de la política: anular al individuo, no sea que le dé por pensar y deje en mal lugar al resto.
Dando por sentado que el ser humano no es que sea especialmente espabilado (no hay más que ver que en España hay al menos 11 millones de personas que costaría creer llegan al 100 de C.I.), esa escasa capacidad intelectual no es óbice para que se respete la opinión del personal: ¿España se habría incorporado a la Unión Europea si se hubiese preguntado a sus ciudadanos, y además explicándoles (con detalle) las condiciones reales en las que se haría dicha incorporación? ¿Y qué tal el tema de la divisa?
Pero quizá, ante la falta de interés en los comicios de la UE por parte de la ciudadanía, el tema de fondo no es lo mal que lo hacen los políticos, sino lo mal que lo hacen los ciudadanos, que permiten ser gobernados por aquellos políticos.
Saludos.
YO NO LE VOTÉ: ^^

Armando dijo...

Afortunadamente hoy tenemos la blogosfera llena de filántropos anónimos (el comentario de Hiel), capaces de arrojar luz sobre las tinieblas y atemperar el brillo cegador de instituciones y comisarios políticos. Poco les importa prestar atención a los detalles, ahí están ellos gritando: Yo! Yo! Yo!

CASPA DE MALDITOS dijo...

Si todos votan en blanco, y gana un Le Pen por un voto, tenés un Hitler en el poder, por esa actitud infantil de no votar. La democracia en Argentina nos costó 30000 desaparecidos. Por eso la honramos yendo a votar, aunque sea al menos peor.

Libertariano dijo...

Tienes toda la razón, Etherl, en el lapsus entre los dos ensayos. Apuntado queda.

Por otro lado, y sobre ese único voto de extrema izquierda o extrema derecha, es sabido que el mero hecho de ir a votar no es un antídoto contra los totalitarios. A Hitler no le fue nada mal en las urnas de la República de Weimar...

CASPA DE MALDITOS dijo...

O sea que, hagas lo que hagas, no sirve de nada ir a votar, porque, de cualquier forma, un Hitler puede ganar? No lo creo. Un voto nulo es eso. Nulo. Que es más o menos la visión que uno tiene de sí mismo. La clase gobernante es fiel reflejo de su sociedad, no es ni mejor ni peor. Yo elijo siempre votar a lo menos peor, cuando no puedo votar a lo más mejor.