Acabo de recorrer el norte y propongo Bilbao como nueva joya de esa corona compuesta por San Sebastián, Santander y La Coruña. Una vez más he comprobado que se cumple aquello que escribió Antonio Escohotado:
EL País Vasco es un faro que ilumina a los demás países ibéricos, llamándoles a superar las miserias de una España insatisfactoria para casi todos. En las últimas décadas, ya quisieran los otros pueblos hispanoparientes tener una historia parecida de coraje. Comparada con la espantosa desidia/chapuza que reina en una alta proporción del territorio español, cualquier aldea de Euskadi es un oasis de esmero y cuerdo aprovechamiento, del mismo modo que cualquier mesa vasca garantiza una refinada experiencia. Como dijo Ernst Jünger hace poco, tras visitar detenidamente un mercado y un cementerio en Bizkaia, aquí respetan a los vivos y a los muertos. El más asiduo de esas tierras añadiría la capacidad de festejar, los genuinos dones dionisíacos, si no fuese frívolo hallarle virtudes a una sustancia inmemorial, llamada a subsistir por derecho propio.
4 comentarios:
Stadtluft macht frei
Lo de la historia de coraje de la sociedad vasca ¡en las últimas décadas! me lo tendría que explicar muy despacito el sabio Escohotado para que lo entendiera. A mí me parece en cambio que es la más cobarde y moralmente podrida sociedad de Europa, por cuidado que tengan el campo y bien que coman.
Si estas interesado en el seguimiento del documental "Vivir de Pie. Las guerras de Cipriano Mera", que se estrenará a mediados de noviembre de este año, visítanos:
www.vivirdepie-lasguerrasdeciprianomera.blogspot.com
Muchas gracias!
Gracias, Chena, me alegra tu comentario. Ignacio, sociedad vasca son Días, Elías, Savater, Aramburu... López... Y, claro, los miserables. En este sentido esa corajuda sociedad vasca se parece al Spencer Tracy que buscaba a su amigo japo en un poblacho miserable lleno de escorias humanas...
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