"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, octubre 27, 2009

Pero... ¿de dónde han salido tantos cristianos?



Sabemos poco de ella pero sí que era una filósofa universalmente reconocida y admirada por cristianos, judíos y politeístas. Sin embargo, una película diseñada para influir subliminalmente en el espectador medio (simple y maniqueo), la ha vuelto a asesinar, convirtiéndola en un símbolo unidimensional que oculta y tergiversa lo que de esencial podía tener, para lo bueno y lo malo.

Realmente sólo se puede sacar algo en claro de Ágora si le damos la vuelta al celuloide y mirando su envés prestamos atención a lo que el director trata de enmascarar. El momento clave ocurre cuando el asalto de la turba cristiana a la Biblioteca, donde se han refugiado los politeístas y uno de éstos exclama algo así: "Pero, ¿de dónde han salido tantos cristianos?" Sin embargo, toda la película mira hacia otro lado. Los desesperados, los explotados, los masacrados... el gran magma de la esclavitud sobre el que se había edificado la civilización griega y, posteriormente, la romana encontró en el mensaje cristiano de la igualdad esencial de los seres humanos el pivote revolucionario sobre el que iba a edificarse el cristianismo, para sorpresa de restos aristocráticos que, como Hipatia, habrían aprendido de Aristóteles que la esclavitud es "por naturaleza".

Por otra parte, Hipatia, una neoplatónica, no estaría tan lejana programáticamente de los cristianos. Los neoplatónicos eran más bien una secta filosófica con fuertes componentes místicos y con tendencia hacia la tiranía como sistema político. De hecho, sería vista con bastante razón como una sacerdotisa laica pro-Imperial muy poderosa. Desde un punto de vista marxista-hegeliano tendríamos, en consecuencia, un nuevo capítulo de la habitual lucha entre amos y esclavos en la que los antiguos esclavos pasan a ser los nuevos amos. Nada nuevo bajo el sol.

PD. Jesús Trillo, en la Razón, se rasga las vestiduras porque "va contra la religión" la película más religiosa que se ha hecho en este país desde Mar adentro: Esa mezcla de irracionalidad y sentimentalidad que caracterizan al sentir religioso. En el extremo opuesto Elisa Serna, en Público, aprovecha el disparate cinematográfico para hacer de Hipatia una protofeminista abortista. Pobre Hipatia...

66 comentarios:

cugamo dijo...

Si se lee sobre religión, una opinión importante es la de César Vidal:

http://www.larazon.es/noticia/agora-i-un-panfleto-fallido

Anónimo dijo...

El de La Razón no es Federico, sino Jesús Trillo Figueroa. Quizá sea hermano del llamado por algunos "MinisTrillo".

Libertariano dijo...

La cuestión de fondo es si el cristianismo es más grecorromano que judío. La tensión entre Dios como logos o como voluntad subjetiva. Desde mi punto de vista, el cristianismo no acabó con el politeísmo sino que realizó una síntesis problemático entre el paganismo y el judaísmo.

Por otra parte, el neoplatonismo tenía tantos elementos racionalistas como místicos, filosóficos y religiosos...

En ese sentido la oposición que realiza Amenábar entre el materialismo monista y el espiritualismo dualista no deja de ser superficial y torticero.

Iracundo dijo...

En efecto el neoplatonismo era cercano al cristianismo en muchos aspectos. Una anécdota curiosa, sí. Tanto como que el arrianismo, por ejemplo, se parezca al islamismo.

Pero lo que importa es que en "Agora" se hace un cuadro certero, y hasta ahora simplemente el mejor, sobre la caída del Imperio Romano. La caída en la anarquía está genialmente narrada y, sin muchos adornos, consigue conmover.

Y por cierto: hasta donde yo sé San Pablo convalidó la esclavitud y la Iglesia nada hizo por abolir propiamente la esclavitud. Otra cosa fue que llegase un momento en que nadie podía tener los esclavos que se manejaban en la Antigüedad. Aunque de todos modos... ¿la servidumbre medieval no era esclavitud? El cristianismo nada protestaba contra esto.

Libertariano: me parece que te equivocas atribuyendo a Amenábar intenciones evangelizadoras ¿entonces no te gustó "Braveheart"?

Libertariano dijo...

Creo que AA le pasa como a Cecil B. de Mille: es tan esquemático y simplista -los politeístas de blanco, los cristianos de negro- que finalmente los presuntos "malos" son personajes mucho mejor dibujados y atractivos en su "maldad", en su astucia...

Del mismo modo que Ramsés se comía a Moisés en la peli de De Mille (Heston hacía lo que podía frente a Yul, pero es que éste tenía el mejor personaje), los cristianos terminan "robando" las secuencias a los politeístas: otra explicación de por qué hay tantos cristianos es que éstos demuestran una pura y decisiva voluntad de poder... A Nietzsche le habría hecho gracia...

Naturalmente no es que esté defendiendo al cristianismo sino que no me trago este cuento de hadas de ángeles y demonios.

Anthony Mann fue mucho más sutil a la vez que espectácular en La caída del Imperio Romano...

PD. AA habla de fuente de inspiración de una "película polaca" sobre Faraones. Cualquier comparación entre Faraón de Jerzy Kawalerowicz y Ágora de AA es sacrílega!!!! Es como comparar Solaris con Plutón Verbenero...

Iracundo dijo...

Tú has visto otra película. Amenábar muestra a los paganos atacando primero y muestra a los luego masacrados judíos utilizando medios alevosos para matar cristianos.

Si no crees en ángeles y demonios sería en todo caso en que no crees que existiesen los fanáticos que se muestran en la película y no existía la Hipatia de Rachel Weisz. Muy bien: pues sí existieron los fanáticos (y siguen existiendo en muchos lugares) y lo de Hipatia es una licencia razonable para potenciar a quien posiblemente murió por ser mujer (se la mata a raíz de que se la identificase como la "ramera" y "bruja" que había "hechizado" al prefecto Orestes y puesto a éste contra Cirilo).

¿A qué ángeles te refieres? Lo digo porque en todo caso sería sólo Hipatia. Todos los demás, con independencia de su religión, son unos demonios de una manera u otra. Sin querer queriendo no haces más que repetir las falacias meapilas entorno a "Agora".

"La Caída del Imperio Romano", de Mann, es infinitamente más aparatosa que "Agora" y en determinados momentos es ridícula pues transmite el absurdo mensaje cristiano entorno a la caída de Roma: vamos, que fue todo porque a los romanos les dio por salir a la calle a tomarse unos vinos o reclinarse a tomarse unas uvas en sus villas en lugar de ir a la guerra o interesarse por la política del imperio. Incluso planteaba, al modo de "Gladiator" un vago mensaje democrático a través de su personaje principal, en oposición a un despótico Cómodo. Ridículo. "Agora" explora un plano mucho más limitado (no salen emperadores ni las grandes batallas de rigor contra los bárbaros), desgrana el ambiente de zozobra, ventajismo y anarquía del Bajo Imperio y conmueve muchísimo más.

E insisto: "Braveheart" debió ofenderte mucho por presentarnos a ángeles y demonios faltando a la verdad histórica (y caray si en esa peli se hacía... con un Eduardo I demoníaco, un Eduardo II homosexual y un William Wallace jeffersoniano). Pero es una buena película. "Agora" no es tan falsaria.

Iracundo dijo...

PS: es que los cristianos vestían de oscuro y los paganos de blanco. Eso es un dato histórico.

Anónimo dijo...

Creo que el asunto es mucho mas sencillo, la progri-secta ataca al cristianismo y a todo no que no sea el pensamiento único, y esta vez con una película con muchas pretensiones.

Todo lo demás... está muy bien el debate.





John W.

Anónimo dijo...

No recuerdo que el Cristianismo se opusiera a la esclavitud. Ni que pretendiera la subversión del orden social.
Al César lo que es del César

Libertariano dijo...

Bravehearth, Gladiator... Ágora, me parecen aburridas, planas, cinematográficamente nulas y que basan su éxito en una mezcla rancia de relato lineal, pedagogía de sacrístia (aunque sea sacristía laica) y emocionalidad simplista.

Lo que muestra, por otra parte, es que hay ateos, agnósticos, racionalistas... que se definen realmente por su anticristianismo primario. Y que en su odio estructural terminan pareciéndose a sus oponentes. Así los anticristianos necesitan del género de la hagiografía, su ración de santos mártires que les sirvan de modelos de santidad. Pues muy bien, pero no comulgo con ruedas de molino en una ceremonia de la confusión ateo-laicista. Los enemigos de mis enemigos no son mis amigos.

De hecho, tengo "enemigos" que hacen muy buenas películas, complejas cinematográficamente aunque sean bastante peligrosas desde el punto de vista político y moral: El nacimiento de una nación, El Potemkin, Napoleón... execrables desde varios puntos de vista extracinematográficos pero obras maestras.

En Ágora, encuentro la peor de la mezclas: valor cinematográfico escaso (la presencia de la actriz principal y del principal agitador cristiano es lo más destacable) y burda presentación. Aunque tengo que reconocer que efectiva. Sólo así se puede entender que digas que los paganos atacan los primeros, cuando Amenabar se ocupa de mostrar que el ataque pagano es "en defensa propia", dado que los primeros en cometer una tropelía milagrera son los cristianos. Y dentro del ataque "en defensa propia" de los paganos también se preocupa de exculpar a la Santa Hipatia de cualquier responsabilidad, convenientemente en equilibrio entre ambas Civilizaciones, precursora sin duda de la Alianza de las Ídems. No me extrañaría que Zapatero, como con la de Gore, esté pensando en repartir copias por los colegios...

No me importa estar con los meapilas, y en contra de Platón, si eso significa estar con la verdad. Tanto en el plano cinematográfico, el que más me interesa, como el colateral de la manipulación popular. Amenabar, como también hizo con Mar Adentro, elabora un sermón de dos horas. Las misas cristianas habituales duran menos...

Sobre Roma lo mejor que se ha hecho en cuanto a imagen fílmica son las series "Yo, Claudio" y "Roma". No vamos a discutir La caída del Imperio Romano pero la película de Mann, poseedora de un nervio y una complejidad de la que carece la de AA, apuntaba algunos de las razones fundamentales, de carácter institucional.

Masgüel dijo...

Pues hombre, puestos a hacer una reconstrucción mínimamente verosimil, lo suyo habría sido rodar los diálogos en griego.

Los alejandrinos del siglo IV coincidían en un su odio al cuerpo y al mundo sensible. No es de extrañar que se dedicaran a librarse mutuamente de tan pesada carga.

Johnny Walker dijo...

Es más fácil aún, mi querido y complejo amigo John W. POLIDORI. A la cristiano-secta no le gusta mucho que les digan unas cuantas cosas políticamente incorrectas a la cara, y entonces van, se enfadan y atacan todo lo que no sea su pensamiento único, es decir el cristianismo. Aunque sea sin argumentos racionales y queden en ridículo como de costumbre.

Todo lo demás...debería ser un debate en condiciones en base a la película y al período histórico que retrata, para poder sacar en claro cosas fundamentales y serias sobre el asunto, lo más objetivamente o al menos lo más imparcialmente posible.

Un cordial saludo.

Johnny Walker dijo...

Por cierto, lo de César Vidal está muy bien como chiste, o como broma. No digo que la película no sea un panfleto. Digo que me hace gracia que un escritor de panfletos como Vidal acuse de hacer panfletos a los demás como si él los evitase en sus escritos. Por eso me río, porque como chiste no tiene parangón.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

La tesis principal de la película está clara: la ciencia y la fe son incompatibles, conllevando el progreso de una el retroceso de la otra y viceversa.

Se ofrece una caricatura islámica del catolicismo y una idealización cristiana del paganismo. Por la primera los católicos siguen a pies juntillas lo que la Biblia dice, donde curiosamente sólo encuentran excusas para hacer el mal. Ejemplos:

a) Del hecho de que Cristo es condenado por judíos se sigue que los judíos son asesinos natos (?) y que por ello es nuestra obligación matarlos (!).

b) Del hecho de que Pablo manda callar a la mujer en la iglesia se deriva que no debemos aceptar consejo alguno de una mujer (?), reprimiéndola si persiste en su empeño (!).

c) Del hecho de que en la Biblia no se traten asuntos astronómicos se sigue que estos son indignos del hombre (?) y que deben ser prohibidos y silenciados (!).

Por consiguiente, y dado que "Dios lo quiere", Hipatia, que es astrónoma, mujer y supuestamente prosemita, ha de ser asesinada por los más acérrimos seguidores de tan bondadosa religión.

Así, en "Ágora" se eleva una anécdota histórica a la categoría de mito anticristiano, cosa que se logra mintiendo y calumniando. Si Hipatia hubiera sido asesinada por paganos, nadie se cuidaría hoy de ella.

Un capítulo marginal de nuestra historia remota bien puede ser ignorado por la mayoría. Además, a grandes trazos se es fiel a lo documentado, pero se falsifican datos esenciales en favor del lecho de Procusto de la ideología. La tarea del desbrozo entre lo verdadero y lo amañado la realizarán forzosamente muy pocos.

Donde hay una expulsión de judíos, previa quema de iglesias y asesinato de cristianos, Amenábar ve un genocidio movido por el odio teológico. Donde hay una posible conspiración de Hipatia contra Cirilo, Amenábar ve una segura conspiración de Cirilo contra Hipatia. Donde hay una relativa libertad y pluralismo religiosos (y de ahí los conflictos) Amenábar ve yihads y conversiones forzosas.

Los cristianos eran, por regla general, pacíficos (hasta el punto de negarse a tomar las armas en la guerra), altruístas y mostraban una mayor pureza en las costumbres que sus vecinos paganos, a juzgar por la honda impresión que produjeron en ellos. De ahí -y de la decadencia senil de los credos idólatras- las conversiones masivas. El cristianismo no triunfó por intrigas palaciegas ni sonoras algaradas. Amenábar es idiota por defenderlo, amén de fanático.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Le recomendaría a Isidoro que leyera estas citas de su santo tocayo.

Iracundo dijo...

Hace unas semanas mantuve un debate con cierto amigo mío en que él trataba de convencerme de que una película no debe resultar entretenida, incluso si ésta es de acción. El debate era entorno a "Enemigos Públicos", de Michael Mann. Bajo mi punto de vista semejante planteamiento sólo está al alcance, con perdón de mi amigo y de quien sea, de la pedantería. Una pedantería que ora se presenta postmoderna, ora se presenta de sacristía: como aquí nos muestras, Santiago.

Ahora resulta que "Agora" es una película "mal hecha" y, a lo que parece, "anticristiana". Puro sectarismo religioso, con adornos de finura.

Lo cierto es que en la película de Amenábar los paganos deciden acudir a la plaza pública a pasar a cuchillo a los cristianos: atacan primero. Los sacerdotes de Serapis sentencian: "si nuestros dioses no les castigan lo harán nuestras espadas". Sería muy torpe por tu parte, por otro lado, insistir en presentar como "interesado" o "falso" el clima de terror sectario existente, y la actitud agresiva de los cristianos, en la ciudad de Alejandría que recrea Amenábar.

¿De veras aquí se cree en un cristianismo que se expandió entre paz y campanas llamando a la alegría? Semejantes pretensiones me recuerdan a ese infame texto del Foro de la Familia Española que echa en cara a Juliano el Apóstata nada menos que ser un "feroz laicista" y llama a los sangrientos motines cristianos de la Antioquía de la época "manifestaciones por la libertad de conciencia". Si partimos de rechazar estas estupideces nos vemos obligados a concluir que la película de Amenábar no sólo no es anticristiana sino que es hiperrealista: y más en relación a esos "peplum" de mensaje infantil como, precisamente, "La caída del imperio romano" (el mensaje en esa película no es sólo que el mero "vicio" acaba con el Imperio, con una suerte de carnaval que atropella a la Loren al final de la película, sino que un general del imperio podía ser más estúpido que un niño de teta: cuando el retrato más fiel a la realidad es que esos generales eran, o debían ser, lobos implacables).

Por cierto que "Santa Hipatia", como dices a modo de burla, en realidad existe: el martirio de Hipatia se lo apropió la propia iglesia católica a través de una tal Santa Catalina de Alejandría: http://www.revolucionnaturalista.com/2009/10/la-anti-hipatia.html

La serie "Roma" es maravillosa, igual que "Yo, Claudio". Pero en ambas los autores (guionistas en la primera, Robert Graves como novelista en la segunda) se toman licencias y realizan interpretaciones. ¿Dónde están las páginas de indignada furia para defender la memoria de Octavio Augusto, representado como sadomasoquista en la serie de la HBO habiendo sido en su momento apóstol de las buenas costumbres, o de Livia, representada como envenenadora demoníaca en la serie de la BBC? Pero debe tenerse en cuenta que esas dos produccciones narran hechos, y presentan personajes, de los siglos más conocidos (con más y mejores datos) de la historia del Imperio Romano. Amenábar ha realizado una película sobre una época mucho más oscura y en la que, por tanto, el margen de interpretación o recreación es mucho mayor.

Pero lo que es innegable es que "Agora" es una película en que se hace una apología, sin concesiones, a la tolerancia. Y ante esto tú, Santiago, reaccionas (nunca mejor dicho) alineándote con el coro de fanáticos que prefieren verse reflejados en "San Cirilo" mucho antes que en Hipatia: que neoplatónica o no distaba mucho de apoyar o promover pogromos y similares. Todos unidos, al parecer, por un cine que respete más la verdad histórica y bla bla bla. Cuando hablamos del oscuro siglo V D.C y cuando, y esto es lo más importante, a quienes exigen corrección de Amenábar (como los del Foro de la Familia citados) les importa bastante poco la realidad si se opone a sus creencias.

Bastante decepcionantes tus argumentos.

Masgüel dijo...

Irich dijo: "Si Hipatia hubiera sido asesinada por paganos, nadie se cuidaría hoy de ella."

Y si Amenabar no hubiese sufrido el largo calvario de un colegio de curas, donde la distorsión ideológica de la historia era el pan de cada día, no sentiría la necesidad de tomarse la revancha. ¿O es que a Amenabar no hay que situarlo en su contexto histórico?.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Señor Zapa... esto prefecto Orestes, ponga un poco de orden o estos fanáticos nos lapidan a los sabios, es decir, a los doctores Morín y a los doctores Montes, y todo por su sed insaciable de poder y su obediencia pueril al dogma.

Canto a la subvención. Digo, a la tolerancia.

Libertariano dijo...

Me mantengo en la equidistancia entre Isidoro (tampoco estoy de acuerdo con tu amigo, sospecho que Miguel!! sobre la de Mann aunque sí suscribo lo que dice sobre Ágora!) e Irchc. La cuestión no son las licencias poéticas sino las licencias moralistas.

Por otra parte, todo lo que apunta Masgüell da irónicamente en el clavo, en la diana y en lo que sea. Menos neoplatónicos y más neosocráticos como él!!!!!

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Masgüel: Puede.

Libertariano dijo...

Por cierto, los planos galácticos son lo más ridículo, y arbitrario, que he visto en mucho tiempo. Me podría poner a pensar en su contenido metafórico pero ya está bien de metáforas de bachillerato...

Libertariano dijo...

Una matización a lo que dice Masgüel: la clave no reside en que hablasen en griego o arameo (que también) sino en que pensasen en siglo IV y no como una trasposición del siglo XXI en ropajes de cartón piedra.

Iracundo dijo...

Lo de la equidistancia es aún más decepcionante: máxime si no se aducen razones y uno de los extremos es un individuo cuyo grado de intolerancia raya lo delictivo.

La de que "Agora" no muestra "la verdad histórica", como motivo para despreciar o condenar a la película, es una falacia que es sostenida en el caso de esta película por puro sectarismo cristiano. Porque, simplemente, ese criterio no se aplica a otras películas o producciones y desde luego no se carga contra aquéllas con la vehemencia con la que se trata la obra de Amenábar.

Como ya ha dicho alguien, por cierto, no entiendo esa mala baba contra los planos cenitales. ¿Pero no iba buena parte de la trama de la película sobre astronomía? ¿Acaso el estudio de tales cuestiones no dejaba en nada las disquisiciones fanáticas que llevaron a la muerte a Hipatia a manos de un tumulto de "hormigas"? Ya es que os vale cualquier cosa a los de la reacción.

Pascual González dijo...

c) Del hecho de que en la Biblia no se traten asuntos astronómicos se sigue que estos son indignos del hombre (?) y que deben ser prohibidos y silenciados (!)

Probablemente en la Biblia haya algo más que el silencio sobre la astronomía, y textos como Eclesiastés 1:18 sean la base para una condena de la búsqueda del conocimiento por le conocimiento.

En todo caso, la "curiositas" sí fue condenada por los padres de la Iglesia, y especialmente San Agustín. No tengo tiempo aquí para mucho más, pero invito al lector a hacer una lectura del libro X de las Confesiones. Y desde luego no es el único.

La condena de la "curiositas" no ha sido constante a lo largo de la historia de la Iglesia, por supuesto, pero los padres de la Iglesia sí la incluyeron en su catálogo de los vicios.

De manera que existe una base histórica para recrear más o menos libremente en cuanto a los hechos concretos, pero, en lo esencial, sin faltar a la verdad histórica, de un conflicto entre la religión y la ciencia en los primeros siglos del cristianismo y aun durante la Edad Media hasta quizás el redescubrimiento y habilitación de Aristóteles.

San Agustín, por cierto, llega a decir que la curiosidad es pero que la lujuria, pues desvía a los hombres de la búsqueda de su verdadero bien y le pierde en el deleite teórico de lo que es sensible.

Ese topos, por cierto, lo seguimos encontrando en obras tan tardías como "El paraíso perdido" de Milton, pero tienen un factura patrística.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Isidoro:

uno de los extremos es un individuo cuyo grado de intolerancia raya lo delictivo.

Mientras sólo raye, deja que me divierta. De momento yo no he pedido que se reprima a los ateos (tú sí a los antiabortistas) ni he amenazado a nadie con "el fuego y el acero", siquiera líricamente.

Pascual:

Interesante. Miraré en casa las Confesiones por si tengo algo que responder. Ahora estoy en un antro muy poco dado a la expansión teológica.

Saludos.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

A. Chena:

Que yo sepa en la película se ve también a los cristianos ayudando a los necesitados y repartiendo comida y consuelo.

Para Amenábar éste es el verdadero motivo de la expansión popular del cristianismo, lo que muestra su superficialidad y su tacañería a la hora de admitir méritos al enemigo político. Según la visión izquierdista, lo mejor de la Iglesia es su "socialismo", por lo que un detalle así no podía pasar por alto al izquierdista de cuota de Amenábar. Eso sí, aderezado con la imprescindible denuncia de la hipocresía de una tal caridad, pues las mismas manos que alimentan a los pobres se manchan de sangre y de ignominia acto seguido. Caridad y justicia suelen ser incompatibles para estas cabezas redondas.


Bueno, no entiendo tu asombro. Este ha sido el pensamiento de la iglesia durante 2000 años y el origen de todo antisemitismo. De los progroms, de las expulsiones masivas, etc…

Yo, en cambio, sí entiendo tu respuesta, ya que ésta es la clase de asociaciones mentales que la película favorece. Exagerar y distorsionar, extrapolar y omitir datos. Durante los primeros siglos del cristianismo los enfrentamientos se sucedieron, siendo primero los cristianos las víctimas, y luego hostigándose mutuamente. Hubo, con todo, un periodo histórico muy dilatado de amplia tolerancia interrumpida sólo por episodios aislados. En el momento de mayor recrudecimiento del antisemitismo en Europa, en torno al siglo XIII y en adelante hasta el fin del Renacimiento, el judío es obligado a convertirse o a partir hacia el exilio (por ejemplo, en España) y es procesado como un hereje más cuando se duda de la sinceridad de su conversión. Por supuesto que estas políticas -que también fueron contestadas y reconvenidas en su tiempo- son algo de lo que avergonzarse, pero no constituyen un mal genético en el cristianismo, sino que tiene raíces más históricas que teológicas (de protección de la soberanía, de envidia social, etc.). En Ágora, sin embargo, todo obedece a un destino manifiesto marcado por la Biblia y sus implacables intérpretes. Y donde la historia no llega, llega la fecunda imaginación de Amenábar, imputando genocidios inexistentes a santos existentes.


No hay más que escuchar o leer los consejos que se les daba a las mujeres maltratadas por sus maridos en este país tan solo 30 años atrás: resignación cristiana y defensa de la institución matrimonial a toda costa.

Qué tendrá que ver la defensa de un sacramento con la dignidad de las mujeres. Si el matrimonio es indestructible salvo nulidad o vulneración de sus presupuestos, también lo será en el caso inverso al que relatas, en el que sea el esposo el vejado. Por otro lado, las mujeres han tenido un papel secundario en casi todas las culturas, y todavía hoy se necesitan ministerios "ad hoc" para compensar su mediocridad. No hay que echarle la culpa de todo a la religión, y menos a la cristiana, que en este aspecto ha sido mucho más equitativa que todas las demás. ¿Qué otra religión tiene Doctoras?


Repito: ¿al clima creado por el edicto de Teodosio poniendo fuera de la ley a las religiones paganas llamas tú clima de relativa libertad?

Una ley que no se cumplía demasiado en la práctica. En Alejandría fue necesaria una matanza pagana de cristianos para que Teodosio en persona ordenase la destrucción del Serapeo en represalia.


Bueno, ya solo como anécdota: los que atravesaron por la espalda a Juliano no eran tan pacíficos.

Seguís recurriendo a la pseudohistoria y a las especulaciones. No está demostrado que a Juliano lo matase ningún cristiano. El pacifismo de la doctrina patrística está por lo demás más que documentado, y pecaba en muchas ocasiones de escasamente realista (recuerdo que en el epistolario de San Agustín alguien le pregunta si el pasaje de "la otra mejilla" no se contradice con la política exterior romana). Alejandría era una ciudad dada a los tumultos, resultando tan representativa del Imperio como el Bronx lo es del Occidente contemporáneo.

Ignacio dijo...

Y digo yo, ¿no será que nos hemos polarizado todos como gilipollas por sólo respirar el aire podrio de este país? Me parece clarísimo que a esta película estaba esperándola media España con el corazón helado, convencida antes de verla de que era un alegato zapatero-feminista, una zerolada buenista pro alianza de civilizaciones (y a la vez anticristiana, adiós coherencia) y ya puestos un panfleto chequista liberticida islamoterrorista.

Yo no la he visto, pero el debate me ha hecho acordarme de Apcalypto, peliculón con uno de los mensajes más insoportablemente ñoños y trágicamente equivocados que me he echado a la cara. Para mí, uo sde esos enemigos que menciona Santiago, y ni por unj momento me arrepiento de haberla visto y gozado.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Ignacio:

Pues ve a verla y lo sabrás. Estoy seguro de que no disgustará a ningún feminista, a ningún saganiano y a ningún anticristiano, por más vueltas que le dé a la trama.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Apocalypto es, entre otras cosas, una impugnación del mito del buen salvaje. No le veo la ñoñez, pero seguro que hay lecturas que se me escapan.

Ignacio dijo...

A mí me pareció la apoteosis del mito del buen salvaje, enfrentado al horror de la ciudad donde aparte de algú que otro sacrificio humano había (oh, abominación) putas.

Ahora, está cojonudamente rodada, recuerda por momentos a Hatari (eso no me acuerdo si se lo leí aquí al anfitrión o se me ocurrió a mí solito) y funciona estupendamente como peli de aventuras. Casi nadie la ama u odia por la ideología.

¿No se puede tratar la de Amenábar como peli, tan importante es nuestra versión cutre de las culture wars que no deja margen a ninguna otra csa?

Libertariano dijo...

Reflexionando sobre los comentarios me da la impresión que hay dos niveles en las críticas:

1. Considerar la película denigratoriamente o apreciativamente por cuestiones ideológicas (sentirse del bando cristiano o del bando neoplatónico)

2. Considerar la película por cuestiones cinematográficas

Por ejemplo, Javier Esteban en Generacion.net la considera "Genial"

http://www.generacion.net/genial-agora

mientras que Álvaro Arroba, en una de sus crónicas desde Cannes escribía sumariamente:

"Ken Loach es junto a Alejandro Amenábar el único cineasta que hasta ahora en Cannes se dirige al espectador como si fuera una especie de imbécil... Ágora es tremendamente discursiva, incluso provinciana en la forma de exponer la Historia y ningún personaje deja de hablar con conciencia de siglo XXI y de libro de texto. Los temas candentes están tan calcados a la transposición histórica que todo parece un Power Point de lujo."

Iracundo dijo...

Eres un mediocre, Santiago. Y siento decir que al tenor de la postura que has mostrado aquí te voy a dar de baja inmediatamente de mi índice de blogs. No admito tomaduras de pelo ni faltas de respeto a mi inteligencia. Esa pretensión tuya de estar más allá del bien y del mal es simplemente injustificada: no sólo por la ausencia de argumentos que arrojas sino por tu evidente militancia por una visión de las cosas que es reaccionaria e injusta pretendiendo ser superinformada. Y eso no cuela, eso no vale.

Hasta siempre.

rojobilbao dijo...

Como no he visto Ágora no opino sobre la misma.

Pero sí he visto y disfrutado de Apocalypto y estoy de acuerdo con Irichc. Aniquila el mito del buen salvaje.Ignacio, hay que tenrrlos bien puestos para decir "enfrentado al horror de la ciudad donde aparte de algú que otro sacrificio humano" cuando si acudimos a la enciclopedia encarta nos habla de 20000 sacriicios anuales, cifra que po muy exagerada que esté (que nadie sabe cuanos fueron), basta con que sea un cuarto, para que se me pongan los pelos como escarpias.

No entiendo que Isidoro afirme con tanta ligereza que Hipatia muriese por ser mujer cuando los datos (de fuentes históricas) acerca de ella que nos llegan son tan escasos y poco explicativos.

Por último creo que Isidoro te va borrar de su lista, pero seguro que volverá, que como Otegui a la cárcel, Isidoro siempre vuelve.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Por ejemplo, Javier Esteban en Generacion.net la considera "Genial"

Y alega razones históricas que son una mamarrachada logsiana. Yo nunca atribuiría genialidad a una película que se pretende intelectual y sólo me ofrece tópicos con calzador: feligreses fanáticos, obispos maquiavélicos con algo de protonazis, políticos ambiguos y acomodaticios, sabios escépticos y cándidos solos ante el peligro... Sólo faltaba el gordito gracioso para rebajar tensión.

Ignacio dijo...

Rojobilbao, creo que no me he hecho entender: yo interpreto que los buenos salvajes son los protagonistas de la película, los miembros de la tribu que viven en estado edénico, en comunión con la naturaleza e ignaros del mal.

Y los mayas de la ciudad donde se cometen (lo de algún que otro era sarcasmo, hombre de dios) todo tipo de atrocidades son los representantes de la civilización, gente con un estado organizado, un ejército, unas leyes, un régimen de explotación económica, unos rituales, una cultura desarrollada, vicios complicados.

Extender el calificativo de salvajes a estos últimos me parece un exceso de ombliguismo y miopía en que, francamente, no creo que cayera don Mel.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Para terminar, que poco queda ya que no se haya dicho:

Lo cierto es que en la película de Amenábar los paganos deciden acudir a la plaza pública a pasar a cuchillo a los cristianos: atacan primero. Los sacerdotes de Serapis sentencian: "si nuestros dioses no les castigan lo harán nuestras espadas".

¿Y qué? Ágora no es abiertamente pro-paganos, aunque Amenábar les tenga cariño y no los condene con nitidez. Los sitúa entre el bien y el mal, que diría Isidoro, siendo como son símbolos de la civilización, la verdadera cultura (la cristiana es falsa) y las orgías gays. Por eso puede permitirse grados de mezquindad en ellos: desde el vacilante Teón (uno de los personajes más simpáticos de la película) hasta el sumo sacerdote del Serapeo, al que se atribuye más crueldad de la que probablemente tuvo (deja fuera de la Biblioteca a sus seguidores, abandonándolos a su suerte). El razonamiento es obvio: es religioso, luego es pérfido. Y lo mismo con el esclavo Davo, echado a perder por el dogma, la autorrepresión sexual y un corazoncito roto. Nunca se sale de esta tesis ridícula.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Ignacio:

Rojobilbao, creo que no me he hecho entender: yo interpreto que los buenos salvajes son los protagonistas de la película, los miembros de la tribu que viven en estado edénico, en comunión con la naturaleza e ignaros del mal.

Es que tan arbitrario es creer que todo salvaje es bueno como pretender que todo salvaje es malo. Gibson aprovecha el contraste entre unos y otros -opresores y sometidos- para mostrar la tesis contraria a la que tú crees: la civilización precolombina, mucho más atrasada que la europea y por tanto "salvaje" hasta cierto punto, estuvo lejos de ser un edén asaltado por los bárbaros y codiciosos cristianos. Todos los vicios estaban ya presentes en ella en el máximo grado.

Ignacio dijo...

No sé, no me parece que la carga de la película esté en una u otra visión de los americanos precolombinos como conjunto. Lo que se ve en pantalla es un contraste (exageradísimo, maniqueo, irreal) entre dos mundos (el natural y el civilizado) dentro de ese mundo que aparece como único, cerrado y autosuficiente hasta el impactante plano final.

Se puede sostener (yo lo he leído por ahí) que es ese plano el que da sentido final a todo (como en El Planeta de los Simios), que la irrupción del occidente cristiano viene a salvar/liquidar/educar/ corromper/fertilizar (táchese lo que más rabia dé) a ese mundo, ahora ya percibido como unitariamente salvaje. Pero a mí francamente no me lo parece, no veo que la imagen de los españoles-marcianos tenga la potencia suficiente para reinterpretar las dos horas anteriores de película que venían contando "La ciudad no es para mí" en plan selvático y gore, con Paco Martínez Soria en taparrabos.

Masgüel dijo...

Irich, el sentimiento religioso, el entusiasmo y la maravilla ante la vida y el mundo, libre de temor y de odio, no es pérfido. Enrocarse en el dogma de fe sí lo es. Tu actitud es tan árida, obtusa y antireligiosa como el propio mecanicismo.

Con todo, argumentas muy bien y eres un tocapelotas consumado. Me divierte más leer tus mensajes que los del iracundo Isidoro. Al menos tú no levantas la voz.

Santiago, los mediocres del mundo seguiremos leyéndote con mucho gusto.

rojobilbao dijo...

Masgüel, ¿qué es enrocarse en un dogma de fe? No entiendo lo que es enrocarse en esta frase. ¿Qué debe decir/hacer una persona que crea en un los dogmas de la Iglesia católica para que no se diga que se enroca?

Ignacio, para Mel, en la película, no hay buen salvaje. Hay depredadores y depredados. Y los últimos depredadores llegan en barco convirtiendo la cúspide de la pirámide en otra fila más.

Masgüel dijo...

"¿Qué debe decir/hacer una persona que crea en un los dogmas de la Iglesia católica para que no se diga que se enroca?"

Perder el miedo a cuestionar el dogma, a dejar de ser católico.

rojobilbao dijo...

Un dogma por definición no es algo cuestionable. Es creíble (y se vive creyéndolo) o no se cree y tan contentos.
Por lo tanto, donde dices enrocarse quieres decir creer. Luego afirmas que es pérfido ser católico. Gracias por el insulto gratuito a los miles de católicos del mundo.

Masgüel dijo...

Todos construimos nuestra realidad a base de creencias (ficciones operativas) y todas son cuestionables. Convertir una creencia en dogma es ponerle un escudo. Los escudos proporcionan seguridad pero tapan la vista.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

No hay nadie que no dude o no haya dudado de los dogmas que acepta. Quien lo niegue miente. El cristiano cree a pesar de la duda. En palabras de Pedro Abelardo:

Dudando iniciamos la búsqueda, buscando percibimos la verdad.

Masgüel dijo...

"El cristiano cree a pesar de la duda."

Eso no es creer. Es empecinarse.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

No, es filosofar a la luz de la fe. Compara el desarrollo del dogma en la religión católica, los ríos de tinta teológicos vertidos desde los Padres hasta ahora, con los dogmas groseros, literales e incuestionables del islam o de la mayoría de las sectas protestantes.

Masgüel dijo...

El Islam no es menos sofisticado que el cristianismo en su vertiente especulativa y su literatura mística es una maravilla. Como todas las religiones organizadas, tiene una vertiente legalista muy intransigente, pero reducir la diversidad del mundo islámico a sus peores manifestaciones es tan injusto como reducir el cristianismo a los manejos de la Inquisición.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

El islam, fuera de los cuasiheréticos Avicena y Averroes, no tiene prácticamente nada comparable a la teología católica, ni hay en él la tradición continua de concilios -con sus infinitos matices jurídicos y doctrinales- que se ha dado y se da en el seno de la Iglesia. Lo injusto es equiparar ambos credos por aquello de la corrección política. No son magnitudes siquiera semejantes.

El cristianismo fue en la génesis de Europa el mayor proyecto de Alianza de civilizaciones emprendido nunca. A diferencia del Imperio, que sometía y romanizaba a los pueblos, entre nosotros se asimilaron dos mundos tan distantes como el hebreo y el grecolatino. Y no hablo ya de productos híbridos puntuales como Filón, sino de una auténtica fusión a escala continental de las creencias y los conceptos, de las legislaciones y las costumbres, de los ritos y la arquitectura, de las ciencias y las artes. Esto no importa a los payasos alianzófilos de hoy. Es más, se lamentan amargamente, pues quizá habrían preferido que el "esplendoroso" paganismo dominase hasta nuestros días y mantuviera sus grotescas supersticiones y dañinas expiaciones. O tal vez esperaban que se secularizase solo, sin degenerar, y que todos creyeran "en la filosofía", como si esto fuera posible... y como si aquélla no fuera perpetua fuente de disputas y conflictos.

Johnny Walker dijo...

Eso del cristianismo como Alianza de Civilizaciones es un cuento muy bello y bonito, mi querido amigo Irichc. Cuento que usted si quiere creer está en derecho de hacerlo, pero no pasa de ser una ficción para reafirmarse en su fe. Pero además no sólo es algo exclusivo del cristianismo, sino en todos los demás credos que pretenden una filiación mínima con la sociedad moderna y la democracia. Palabras bellas que pretenden disimular el hedor de las atrocidades cometidas en nombre, según éste caso, del cristianismo pero de cualquier religión en general. Con lo cual, leyendas, fábulas y parábolas como éstas sólo tienen validez cómo verdad afortunadamente dentro del cristianismo o de la religión que sea e incluso diría yo sólo para algunos cristianos o algunos creyentes. Por suerte, tenemos la Historia investigada imparcialmente a la cual tenemos que tener como referente auténtico para que gente como usted no venga a contaminar hechos históricos con sus utópicas y fantasiosas visiones sobre su credo.

Por cierto, la fe religiosa y la ciencia no tienen porque entrar en conflicto, siempre que la fe religiosa sea sólo eso, simple y llana fe al margen de la ciencia. Y digo al margen de la ciencia, en éste caso de la Historia, para que no se vea contaminada por panfletos utópicos como el que usted acaba de vertir aquí sobre las bondades del cristianismo y por tanto para que se cuenten las cosas como realmente ocurrieron. Creo que no hay mejor ejemplo de contaminación interesada de una con la otra que el comentario que acaba usted de hacer aquí. Me ha venido usted de perlas para mostrar esa farsa a la que me refiero.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Johnny,

Si en dos mil años de historia te concentras sólo en episodios sangrientos y además no indagas en sus causas ni en los males mayores que evitaron, probablemente tengas la impresión de estar ante el guión de una película de terror. Esto es lo que yo llamo una forma interesada y ventajista de narrar los hechos. Si son los hechos de tu propia cultura, la cultura cristiana, ya entra en el capítulo del resentimiento, el masoquismo o la imbecilidad.

Podría debatir contigo, pero me da la impresión de que mis exposiciones te molestan, puesto que me las rechazas con retórica ofendida y nada más. En estos casos no vale la pena esforzarse.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Formulo un par de puntos.

1) El consenso en la fe conlleva la paz. Los principios que unen a los Estados en una comunidad superior, más allá de los intereses puntuales, han de basarse en el reconocimiento de deberes inalterables y no susceptibles de derogación. Esto es, en deberes religiosos, al margen de la voluntad popular y las potestades soberanas. Para este cometido se ha recurrido siempre a invocar lo sobrenatural mediante juramentos o votos. No tiene sentido esperarlo todo de la confianza mutua que se profesan los hombres, cuando se legisla precisamente para protegerse de su infidelidad.

2) La tolerancia y el respeto hacia la pluralidad de credos sólo se alcanza en las sociedades modernas, tras Westfalia y la invención del Estado nación, el cual disocia lo jurídico de lo religioso. No puede imputarse a la religión cristiana una mayor intolerancia que cualquier otra, ni cabe deducir que las convicciones ateas o la ausencia de convicciones sean de por sí más beneficiosas para el interés público, si no las respalda una teoría política como la mencionada.

Por 1) tenemos que la religión es necesaria y por 2) que no es no forzosamente nociva. Que haya religiones malignas, por irracionales o inhumanas, debe inclinarnos a buscar la verdadera. Creer que lo son todas por igual, o que han de serlo en algún grado, es una superstición indemostrable.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Reescribo la última frase, que resulta ambigua:

Creer que todas son útiles por igual, o que todas han de ser infames en algún grado, es una superstición indemostrable.

Johnny Walker dijo...

Yo simplemente he dicho que el cristianismo no es el bonito cuento que nos quiere usted contar, sino que hay más. Sinceramente, resulta bastante penoso que me acuse de interesado y ventajista cuando es usted el que sólo ve bondades en todo esto. Yo estoy dispuesto a admitir tanto lo bueno cómo lo malo.
Por lo demás, mi propia cultura es la que yo he elegido y no la que usted o cualquier otro me quiera endilgar porque haya nacido aquí o allí o vaya usted a saber por qué absurdo criterio. En esto el criterio que rige es la libertad de elección. Yo no he elegido en qué país o en qué cultura nacer por lo tanto no soy responsable de éste hecho. Por lo tanto en ese sentido no cabe ni el resentimiento, ni el masoquismo y mucho menos la imbecilidad contra algo de lo que no me siento parte o responsable.
Yo sólo respondo por las ideas que elijo y con las que me identifico que serán las ideas con las que esté de acuerdo en base a mi percepción de la realidad.
No es culpa mía que argumente usted con falacias.

Masgüel dijo...

Irichc, el conflicto, la inestabilidad, el desorden, la incertidumbre, movilizan el potencial creativo de los hombres.

Tu ideal es marmóleo, estático, muerto.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Masgüel:

Irichc, el conflicto, la inestabilidad, el desorden, la incertidumbre, movilizan el potencial creativo de los hombres.

Concedido. Entonces, ¿por qué las Cruzadas son vistas como algo radicalmente malo? Escribe Balmes:

Por más que las artes y ciencias estuvieran en gravísimo atraso, por lo menos se reunía en un foco común todo lo que se sabía entonces, y esta sola convergencia de las luces bastaba para aumentar su brillo y acrecentar su fuerza. El espíritu de viaje que debía dejar en pos de sí una empresa semejante, las fuertes y numerosas relaciones que debía arraigar, esto solo bastaba para cortar todo aislamiento, para que siguiesen siendo más frecuentes las comunicaciones de todas clases, y para que entablasen entre sí un vivo cambio de ideas y sentimientos. Las ciencias, artes y el comercio debían recibir un vigoroso impulso, y los adelantos que hicieron en seguida fueron un efecto muy natural y muy sencillo. La duda era hija del roce de las ideas y de la contradicción de los juicios, y el calor de las discusiones debía prender naturalmente en muchos entendimientos, y los pueblos que se hallaban de repente, y como por una transformación los unos enfrente de los otros, comunicándose sus ideas y mostrándose usos y costumbres, debían entrar por fuerza en un sinfín de comparaciones y cotejos, y debían sentir un sacudimiento muy saludable para el progreso de todo linaje de conocimientos.

Sea como fuere, es injusta la interpretación de un cristianismo avasallador, agresivo parásito del moribundo cuerpo romano. El cristianismo se impuso en distintas fases. En primer lugar, como religión popular al margen de la ley. En segundo lugar, como religión intelectualmente dominante ante la agonía pagana. En tercer lugar, como religión oficial, en exclusión de las demás. Pero es discutible que el poder del Imperio beneficiase siempre a la Iglesia. En la larga disputa con los arrianos, por ejemplo, la compulsión llegó a estar de parte de los herejes, marginando y persiguiendo a los católicos. Y, tras la caída de Roma, fueron los bárbaros quienes, convertidos por Ulfila, profesaron el arrianismo en las distintas regiones europeas. De manera que, cuando el catolicismo triunfó al cabo, fue en gran parte por sus propios méritos como organización pacífica e independiente. Lo cual no excluye que pudiera inspirar y articular epopeyas militares como la Reconquista, las Cruzadas y tantas otras.

¿Qué diríamos del liberalismo jacobino si lo juzgásemos con el mismo rasero? Entra en escena mediante una revolución sangrienta y regicida; instaura el terror; moviliza a toda una nación en una guerra total contra Europa; instiga revoluciones a lo largo del siglo XIX y socava el fundamento de la autoridad vigente. Sin embargo, aunque con menos razón de la que se cree, se justifican estas acciones como un mal necesario.

Me pregunto por qué una teleología similar no opera en nuestras mentes en el caso cristiano, cuya influencia ha sido más prolongada y profunda, y se ha aceptado con naturalidad por la inmensa mayoría, sin dar pie a guerras civiles ni grandes convulsiones hasta los tiempos de Lutero.

Masgüel dijo...

Estoy de acuerdo, contigo y con Balmes. Pero las lecturas teleológicas de la historia son absurdas en todos los casos. Tanto como los futuribles y los relatos de buenos contra malos. O, como tú haces, identificarse con unos u otros, porque somos herederos del conflicto y del encuentro de lo diverso. La tradición que personificamos es el lastre y la riqueza de sus consecuencias. Un mar de contradicciones casi siempre asumidas en formas sincréticas y un tanto esquizoides.

A riesgo de parecer insensibles ante tanta sangre y sufrimiento, conviene leer y escribir la historia con la distancia de un biólogo ante la depredación animal. Resulta un anacronismo seguir aplicando a nuestros relatos históricos la estructura narrativa de los mitos de origen de las culturas orales.

Johnny Walker dijo...

"A riesgo de parecer insensibles ante tanta sangre y sufrimiento, conviene leer y escribir la historia con la distancia de un biólogo ante la depredación animal. Resulta un anacronismo seguir aplicando a nuestros relatos históricos la estructura narrativa de los mitos de origen de las culturas orales".

Sobre todo hoy que sabemos diferenciar entre mito y realidad, o al menos somos más conscientes de las diferencias entre ambos aspectos, no como hace milenios. Lo que pasa es que hay gente que no está dispuesta a semejante tarea, y no por ignorancia, sino por conveniencia.

Masgüel dijo...

"hoy que sabemos diferenciar entre mito y realidad"

Yo no.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

De estar de más toda la floritura apologista, puedo aplicar la frialdad del contable y decir que la religión cristiana a lo largo de los siglos presenta un saldo claramente positivo. Montesquieu (¡Montesquieu!) escribió:

¡Cosa admirable!: La religión cristiana, que parece procurar sólo por la felicidad en la otra vida, ha hecho ésta más dichosa.

Si dedicásemos a estudiar el cristianismo la mitad del tiempo que empleamos en denostarlo, sería más difícil que nos secuestrara cualquier bagatela ideológica a la vuelta de la esquina.

Johnny Walker dijo...

"Yo no".

Pues entonces lo lleva claro. Para ser más preciso diré que somos más conscientes de las diferencias entre un simple relato que pretende explicar o dar sentido a algo y entre las pruebas científicas que en realidad explican algo.

Johnny Walker dijo...

Irichc, el asunto no es ya sólo la historia del cristianismo. Es la procedencia de sus premisas (y la de cualquier otra religión), es decir, la metafísica.

Johnny Walker dijo...

O mejor dicho, en qué materia basan sus premisas.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Johnny,

Tienes razón. Sus premisas son:

a) El instinto del hombre no es de fiar.

b) No todo en el hombre es humano.

c) Dios se hizo hombre.

d) Que el hombre se haga Dios.

Un saludo.

Lucrecio dijo...

Si se lee sobre religión, es mejor no leer a un tipejo que reniega del evolucionismo darwiniano...O mejor dicho, ¿se puede ser cristiano y decir que descendemos del mono y no de Dios? Por Dios, dirán algunos, ¡qué aberración!

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Cuando entienda el último comentario contestaré. Nota: no será pronto.

John Glat dijo...

¿Quién es mas mistico que un marxista? ¿Tal vez un socilista antimarxista ganaría en misticismo? Los dos son religiones, que tienen su paraiso terrenal, su panteón de dioses, con dioses buenos y dioses malos, con elegidos, con mitología propia... incluso con cuerpo sacerdotal, misioneros, conversos... etc.

Sin duda las religiones mas fanáticas de la tierra en la actualidad son el Islam y los dos socialismos, el marxista y el antimarxista.