"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

lunes, noviembre 23, 2009

Feministas/os de cuota contra el analítico perverso

A Sócrates lo mató el sano y simple pueblo: democracia popular, justicia popular. La gente común no suele tener muchos argumentos en el fondo de la sesera pero la sensibilidad la tiene a flor de piel. El sofista ateniense se consideraba un tábano, una mosca cojonera. Picó en muchos testículos y pisó muchos callos. Lo acusaron de pervertir a la juventud y de mofarse de los ídolos de la tribu. Es decir, de herir sensibilidades ("el artículo ha herido una sensibilidad que forma parte del núcleo central de la identidad de este diario"). El último Sócrates ha sido Enrique Lynch, un esteta letal por lo que se ve.

En su artículo "Revanchismo de género" criticaba cierta tendencia del feminismo dominante consistente en criminalizar al sexo débil (es decir, los hombres según Susan Pinker) en una deriva que habría desvirtuado el feminismo individualista y liberal, a la búsqueda de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, hasta haberlo convertido en una patética caricatura hembrista, la imagen especular del machismo, animosamente castradora. Y, en su estructura ideológica, una derivada del concepto marxista de lucha de clases extrapolado a la disputa sexual por el poder.

Todo ello lo realizaba implícitamente desde una hermeneútica de la última campaña de nuestro Ministerio orwelliano favorito (el de Igualdad, aunque últimamente el de Defensa no le va a la zaga) Desde luego, algunas de sus conclusiones son discutibles ("Su artículo sólo sería uno más de la larga lista de lamentos por la pérdida de la supremacía masculina, si no estuviera revestido de una perversa analítica.") pero, qué quieren que les diga, un par de referencias a Nietzsche y ¡Willard van Orman Quine! han conseguido que el filósofo de la Universidad de Barcelona se haya ganado mi maltrecha y raquítica sensibilidad.


Pasen y vean los anuncios en cuestión, lean el artículo de Lynch y luego los artículos con los que la Santa Inquisición Feminista pide su fálica y patriarcal cabeza (ojo al "más" y al "menos")






PD. Creo que el argumento correcto de las feministas, políticamente incorrecto pero qué le vamos a hacer, debería ser: "Sí, queremos realizar una nietzscheana transvaloración jerárquica para poner a los hombres en su sitio, que es por debajo nuestra. En la guerra del sexo siempre hemos tenido las de perder pero ahora ha llegado nuestro turno. ¿Qué pasa?" Es decir, que las mujeres han tomado como modelo a las macacas y se nos han hecho macacovélicas. Todo esta paranoia la entenderéis mejor si escucháis la última entrevista de Punset, al psicobiólogo y macacologo Darío Maestripieri.



PD. Que conste que yo, como Ian Holm en Alien respecto de los humanos, pongo todas mis simpatías y mis sensibilidades de parte de ellas.

PD. Hoy la socióloga Judith Astelarra carga en El País contra las feministas-inquisidoras y plantea el debate, oh!, debatiendo... El único problema es que sigue planteando el feminismo como si fuera un frente unido, unidimensional. Y no. No es lo mismo la Harding que la Haack, por ejemplo.

4 comentarios:

Etc. dijo...

"Su artículo sólo sería uno más de la larga lista de lamentos por la pérdida de la supremacía masculina, si no estuviera revestido de una perversa analítica." Esto es precisamente lo que quería oirle, gracias por decirlo.

Anónimo dijo...

La alternativa a Femenino es Masculino, y la alternativa a Feminismo, Masculinidad.

Lo opuesto a Machismo es Hembrismo.

La discriminación positiva es desigualdad, no igualdad.

Llamemos las cosas por su nombre: El ministerio de Desigualdad es Hembrista; llamarlo de cualquier otra manera es una perversión de la lengua (en femenino)

Anónimo dijo...

La verdad, no me gustó especialmente el artículo -el análisis de las canciones estaba particularmente traído por los pelos- pero lo que han respondido algunas muchachas es francamente escalofriante:

"¿Hubieran publicado ustedes un artículo de Josu Ternera a favor de la violencia de ETA? No lo creo", insiste Antonia Moreno, profesora de Lengua y Literatura en Asturias. Parecidos argumentos desgranan la escritora Alicia Miyares, la profesora de la Universidad Complutense Almudena Hernando o Ángeles Álvarez en nombre de diversas organizaciones feministas: ¿publicarían un artículo de un neofascista que dijera que los judíos fueron culpables de su persecución; de un racista que justificara la superioridad de los blancos por la conducta de los negros, o de un miembro de Al Qaeda que justificara el terrorismo islamista?, insisten."

(De "La defensora del lector", El País)

¿O sea que ser hombre equivale a ser culpable? De lo contrario, no entiendo las comparaciones. Enrique Lynch no es, que se sepa hasta la fecha, maltratador ni ideólogo del maltrato.

Saludos.

Alfredo dijo...

De acuerdo en todo - lo que se pretende no es igualdad sino uniformidad.

A las feministas sólo les digo lo de siempre: lo que ustedes quieren es ser idénticas a los hombres pero hoy en día es mucho más fácil hacerlo si de verdad son consistentes: cambio de sexo ya, porque ustedes no son más que hombres dentro del cuerpo de una mujer y a veces ni eso, porque algunas ya parecen hombres.