Como a muchos, también me ha llegado el virus de la gripe y el de "el periodismo no se vende, el periodismo se compra".
Interesante el desafío al que se enfrenta el periodismo en los tiempos de Google News, que te muestra al mismo tiempo la noticia de la condena entre siete y doce años a un asesino (perdón, homicida) español y la cadena perpetua impuesta a un estadounidense, ambos por haber matado a una mujer. Pero el periódico no sólo informa, también opina. Y en este terreno las tribunas han perdido su monopolio a favor del bloguerío (Google Reader mediante).
Hace poco cerraba Soitu como antes se había rendido Mobuzz. En estos tiempos de crisis, la novedad periodística que se deja ver tras la campaña viral es tan seductora como frágil: una apuesta moral. A favor de la objetividad, la distinción entre hecho e interpretación del hecho, el rigor en el concepto y la belleza discursiva. El periodismo total. El periodismo actual. El periodismo factual.
A través de una serie de ingeniosos y paradójicos haikus arcadianos, se nos recuerda que el compromiso ontológico, epistemológico, ético y estético con la verdad (adversaria del error y enemiga de la mentira, las medias verdades y el bullshit) es el fundamento de una sociedad libre. Y eso a Google no le importa mucho...
PD. En la quinta temporada de The Wire se da una lección humilde e inolvidable de ética periodística. Un redactor jefe que intenta ser objetivo y veraz que se pasa por el forro la fracesita: "No dejes que la realidad te estropee un buen reportaje" Un héroe, el tipo. ¿Lo verán en las Facultades de Periodismo?
1 comentario:
Vaya hombre, las libres empresas aliándose de nuevo con regímenes totalitarios y antiliberales para poder ganar más pasta. Qué cosas. Y eso que no es la primera vez. Y desgraciadamente, tampoco será la última.
Lo dicho, qué cosas ve uno, oigan. Quién lo iba a decir. Que maravilla las libres empresas...
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