"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

jueves, abril 22, 2010

El Constitucional, Garzón y la niña Nawja

Los nacionalistas, los socialistas y ahora la niña Nawja están de acuerdo en lo fundamental: si una norma no se adapta a tus gustos, peor para la norma. Y para las instituciones encargadas de vigilar para que se cumpla la norma. No digo que los nacionalistas, los socialistas y la niña Nawja no tengan razón en la cuestión de fondo: Cataluña es posible que sea una nación una-grande-libre, España deba convertirse en un Estado-español confederal, Garzón sea el mejor juez desde que Ford retratase al juez Priest y el velo o el burka una manifestación de la identidad personal. Mi opinión de que la "nación" y  la "identidad personal" son peligrosas ficciones metafísicas es francamente minoritaria. Pero aquí de lo que se trata es si tienen más peso las particularidades del gusto moral, estético o político que las instituciones que recogen la voluntad general en su manifestación democrática superior: el Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo y el Consejo Escolar del IES Camilo José Cela.



Los nacionalistas, los socialistas y la niña Nawja podrían haber optado por el procedimiento liberal-democrático de convencer a los demás de que sus opciones son las correctas: cambiar las normas utilizando las metanormas que posibilitan dicho cambio. Sin embargo, han preferido optar por alternativas espurias: de la amenaza al insulto pasando por el chantaje victimista.  Montilla, Maruja Torres y la niña Nawja están en pie de guerra por quítame allá unos símbolos, ¿ganarán?

Espero que ya estén preparando un biopic de Garzón, nuestro justiciero implacable, perseguido por una horda heteróclita de falangistas y gal-socialistas. El modelo estaría a medio camino del Juez Dredd de Stallone y la Borrachera de poder que dirigió Claude Chabrol e interpretó Isabelle Huppert. Como protagonista sugiero, si la Huppert no está disponible, a nuestra Blanca Portillo que lo borda como juez(a) borde en Acusados e hizo un magistral Hamlet, travistiéndose también en Alatriste.

11 comentarios:

Masgüel dijo...

Una de las "metanormas" más poderosas para lograr un cambio legislativo es la desobediencia civil. Si una norma le parece injusta me parece legítimo que el ciudadano la incumpla y asumas las consecuencias, especialmente cuando el caso pueda crear una corriente de opinión que el poder legislativo no pueda desoir. La sociedad siempre se adelanta a la legislación en la conquista de nuevos ámbitos de derecho y libertad.

Que cultivar cannabis está prohibido, pues que venga la policía a arrancar las matas, pero tú siembras. Que una multa te parece injusta, que te embarguen con recargo de la cuenta bancaria, pero tú no pagas. Que llevar pañuelo en la cabeza va en contra de las normas del colegio, que te echen, pero tú no te lo quitas.

No se hizo el hombre para el sábado.

Libertariano dijo...

No creo que la desobediencia civil en el caso de Nawja esté justificado porque tenía varias alternativas en otros centros de la localidad.

Cuando la niña se matriculó en el instituto su deber era conocer el Reglamento y por tanto que no se admitían tocados, ya fuesen velos musulmanes, gorras raperas o sombreros mariachis.

Es decir, no hay sociedad opresora por ningún sitio ya que la niña tiene diversas opciones. Incluso podría haber sido más tolerante con respecto a sí misma y quitarse el velo unas horitas, que no se va a quedar calva. Conozco casos similares en Andalucía y una vez que se les ha explicado la norma general dentro de los parámetros culturales españoles han aceptado la limitación.

Desde mi punto de vista lo que ha sucedido en el caso de Nawja puede haber sido una mala explicación por parte del instituto, una fuerte alienación religiosa incentivada por grupos de presión musulmanes o una mezcla de todo eso.

Para el tema de la desobediencia civil desde una perspectiva cinematográfica, el Sargento York de Hawks es magistral!

Masgüel dijo...

La verdad es que no conozco el caso de esa niña, pero eso de "los parámetros culturales españoles" hay que cogerlo con pinzas. Es cierto que los principios de la democracia liberal nacen en el marco de una determinada cultura, pero uno de los más valiosos es su vocación cosmopolita. Establecer un marco de convivencia en el que "lo español" no suponga un ápice de derecho o privilegio sobre "lo polinesio". Por eso me opongo a que se prohiba construir minaretes, ir al colegio con velo o con las tetas al aire. El centro público debe garantizar el marco neutral, no el ciudadano, tanto si lleva un crucifijo del tamaño de un cencerro como una media luna tatuada en la frente.

Anónimo dijo...

oye Santiago eso de El Sargento York va con ironia no? en serio a veces uno va con el detector de sarcasmo en off y no lo pilla. La peli sera de Hawks y saldrá Gary Cooper pero joooodeeeeer, al principio muy pacifista pero no contaba con LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA!

judas dijo...

"Establecer un marco de convivencia en el que "lo español" no suponga un ápice de derecho o privilegio sobre "lo polinesio""

A mí tampoco me gusta lo de "español", y por eso lo denomino "occidental". Me parecería muy bien que los símbolos polinesios fuesen tan respetables como los occidentales. Lástima que la historia polinesia no nos muestre una evolución gracias a la cual, en estos momentos, se defienda como bien innegable la igualdad de derechos de todos los seres humanos, sean hombres o mujeres. Porque sí hay ideologías mejores que otras, culturas mejores que otras y por tanto símbolos mejores que otros.

Libertariano dijo...

A ver, el sargento York. York es un hombre del campo cuyas creencias religiosas le llevan al pacifismo y a la insumisión militar cuando lo llaman a filas para luchar en la I Guerra. Lo que me interesa destacar del caso es que se presenta ante un tribunal militar que escucha su caso honestamente aunque finalmente fallan en su contar. York, dado que le han dejado expresarse en un juicio justo, aunque no comparte la sentencia, la acata y asume que aunque diferente a su creencia es razonable.

Punto. No hay lugar para la desobediencia civil que es legítima cuando el poder se opresor, arbitrario y no deja ningún cauce a la negociación.

Así aunque defiendo el punto de vista de Nawja para vestir un tocado, lo que llevaría a cambiar el reglamento del centro permitiendo CUALQUIER tocado, no defiendo su rebeldía sin causa, no argumentativa y tampoco democrática. Creo que su planteamiento neurótico-histérico obedece a una pataleta adolescente o a un complejo de inferioridad cultural que la lleva a la imposibilidad de aceptar su derrota democrática. Es como el niño poseedor de la pelota que cuando no le gusta el resultado del partido dice que se hace lo que él quiere o se lleva la pelota. En este caso, a tu casa, guapa, que la libertad educativa también te permite estudiar desde tu hogar, donde podrás llevar el velo hasta para ducharte si quieres.

(La defensa que hago de Nawja para que lleve el velo no es óbice para que critique dicha opción como un sometimiento cultural de la propia Nawja hacia los hombres. Y que la ridiculice por ello. Otra de las exigencias de la cultura democrática que los islamistas que ven South Park tampoco entienden)
Es lo que tiene la democracia, que a veces tus posicionamientos pierden ante otros. Pero si te han dado lugar a expresarte para convencer a tus conciudadanos se trata de demostrar un buen fair play.

Lo del fair play naturalmente se mama. Con ese mamar, enculturación dicen los sociólogos, me refería a lo del "contexto español". Es decir, el cosmopolita auténtico es el que aplica el principio romano de donde fueres, haz lo que vieres. Sólo para peronas cuya individualidad es tan ínfima que necesitan refugiarse en una "identidad cultural" supone eso un problema o un menoscabo. Desgraciadamente hay demasiados musulmanes que manifiestan dicho complejo de inferioridad y de ahí sus reacciones grandilocuents, maximalistas y violentas.

En este caso las "españoladas" son convenciones del estilo saludar dando dos besos en las mejillas a las personas del sexo opuesto, no eructar como manifestación de satisfacción tras una comida o no ir con tocados en sitios cerrados.

Los anglosajones suelen ser ejemplos perefctos del catetismo univesral, valga la paradoja, consistente en convertir sus particularidades culturales en algo con lo que todo el mundo tiene que tragar. Por ejemplo, entrar en recintos sagrados con bermudas o camisetas de tirantes. Los muy burros, desconocedores de las prácticas culturales de cada lugar, dicen lo que argumentan los adolescentes pro Nawja: cada cual puede hacer lo que quiera. Ver a James Stewart comiendo pollo en Marruecos en "El hombre que sabía demasiado".


Pues sí, pero no en cualquier circunstancia, lugar y momento.

Y ya puestos mi posicionamiento sobre esta cuestión de la vestimenta en los sitios públicos pasa por el uniforme escolar, complementando con todo tipo de velos, turbantes, kipas... a juego, claro.

Libertariano dijo...

Por cierto, también podíamos hacer a los españoles un poco finlandenses,

http://www.fundacionfaes.org/record_file/filename/2622/099-130_EL_BOSQUE_EDUCATIVO_FINLANDES_FRANCISCO_GIMENEZ_GRACIA.pdf

"Así las cosas, no es extraño que los finlandeses, que tan orgullosos están
de sus maestros, les hayan encargado a éstos la importante tarea de educar
a sus hijos en todo lo que tenga que ver con la comida. La influencia
de la conducta aprendida en los comedores escolares se nota en todo el
país: las cafeterías, autobuses, cines, aeropuertos, paradas de taxis, etc., reproducen
las colas silenciosas y disciplinadas con que los niños esperan su
turno en el autoservicio de la escuela; las conversaciones en los bares y
restaurantes finlandeses nunca sobrepasan el nivel de decibelios que supondría
una invasión de la mesa de al lado, y, en general, en todo el país
impera un clima general de ese respeto que impide invadir el espacio del
prójimo, un respeto aprendido en buena medida en los comedores escolares
y que es un valor imprescindible que debe dominar las relaciones entre
los ciudadanos de una democracia.

Anónimo dijo...

Siempre que se discute este tema, le recuerdo a la gente el final del Elliot Ness de Brian de Palma. Y suelen entenderlo.

Libertariano dijo...

Eructar o no eructar no es la cuestión. Más bien saber cuándo se considera apropiado o no. Creo que aunque estamos cerca Max, mi posición se asemeja más a la de Sócrates y la tuya a la de Diógenes, masturbándose por las esquinas. "Sócrates enloquecido" creo que lo llamó Aristóteles.

Naturalmente lo de los minaretes, como la prohibición sarkoziana del burka, sí que traspasa el límite de lo que es democráticamente imponible. No he seguido el caso pero ¿no hay Tribunal Constitucional suizo que establezca que semejante conculcación de derechos es inconstitucional? Como espero que se declare inconstitucional lo del burka en Francia. El principio liberal en estos casos sí que está claramente por encima del principio democrático.

El final de Eliot Ness es efectivmanete superilustrador de lo que torpemente he intentado explicar y Brian de Palma muestra con una pincelada magistral.

Spoiler

A la salida de la comisaría, con Al Capone ya condenado, un periodista se aproxima a Ness y le dice que la Ley Seca está a punto de derogarse que qué piensa hacer. Entonces el campeón del cumplimiento de la ley sonríe y dice:

"Tomarme una copa"

Charles "Monty" Burns dijo...

"Garzón, nuestro justiciero implacable, perseguido por una horda heteróclita de falangistas y gal-socialistas".

En mi humilde entendimiento diría que, en su practica totalidad, toda el ala coservadora de la judicatura, también está teniendo algo que ver. Y con el beneplácito del PP, obviamente.

Gerard dijo...

Memorable, chapeau.