"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

viernes, mayo 21, 2010

El instinto del arte. Belleza y evolución, de Dennis Dutton

En Libertad Digital hago la reseña del libro del filósofo evolucionista Dennis Dutton acerca de por qué nos gusta tanto esa cosa llamada arte. ¡Darwin y Aristóteles por fin juntos!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Contar historias: creo que he ententido su funcionalidad... pero podría usted decirme que relación guarda con el placer de contar y de escuchar lo contado (incluso, y sobre todo, )en las crías de humano?"Cuentamelo otra vez..." o en los juegos con el lenguaje incluso cuando el discurso carece de´lógica o se vuelve creativo. Me refiero no solo a los ennunciados sino al placer de la enunciación. ¿Cúal es la función?

Libertariano dijo...

Ese es un tema muy importante. Y la discusión que establece Dutton en relación al tema análogo del placer del orgasmo en las mujeres muy interesante.

El placer es un estímulo para transitar determinadas vías por otra parte consumidoras de mucha energía. Si no fuera por el placer de comer, comeríamos muchísimos menos. Si no fuera por el placer del sexo, no lo realizaríamos o lo justo para reproducirnos. Si no fuera por el placer que nos provoca el arte, seríamos indiferentes a él y las potencialidades cognitivas a él asociadas no se desarrollarían.

Masgüel dijo...

Es alverrés. La historia natural que Darwin inauguró, es una obra de arte. Preciosa, por cierto, porque otorga un papel constructivo al tiempo. Aunque coincido con los críticos a la ortodoxia neodarwinista. Decía Pere Alberch que la selección natural decide quién gana, pero los límites del desarrollo decide quién juega. El futuro de la biología está en la evo devo, porque cotempla la necesidad de estudiar niveles de autoorganización más allá del reduccionismo genetista.

La sociobiología y la psicología evolucionista tienen su interés para la etología. Pero el ámbito simbólico humano enreda de tal forma las cerezas que la ampliación de esa perspectiva a la antropología, en mi opinión, lleva a conclusiones tal apresuradas como las de la frenología del XIX e ideológicamente igual de interesadas.

Abraham dijo...

En cuanto a las reflexiones sobre el placer de enunciar, tratadas por Anónimo y Libertariano. ¡Cuidado!

Hay que tener mucho cuidado al utilizar un pensamiento finalista en biología. "Esto está diseñado para...", es de entrada una tergiversación. Nuestro pensamiento humano instrumental es finalista, pero la biología no. No comemos para, ni sentimos placer para, sino que comemos porque y sentimos palcer porque. Si recordamos el experimento del ratón y el botón (o el perro y la campana), vemos lo fácil que es anular las pretendidas funciones biológicas.
¿Por qué siento placer con mi balbuceo y con el balbuceo de los demás? Incluso, por qué me inscribo en circuitos enunciativos como el arte o este mismo blog. Para mí, la razón es simple. Cuando balbuceo el mundo es reconocible, es singificante: "estoy aquí", "puedo comprenderlo", "no tengo por qué ser destruido inmediatamente". ¡Como para no sentir placer! Y, poco a poco, el discurso va haciendo cada vez más complejos los códigos.
Por eso es tan importante ser respetuosos: cada uno balbucea a su manera "para" sentir que no va a ser destruido. Así que me digo a mí mismo: ¡Cuidado!, ten cuidado al corregir el discurso del otro.

Masgüel dijo...

Abraham, Jacques Monod, escribía en "El azar y la necesidad":

"La piedra angular del método científico es el postulado de la objetividad de la Naturaleza. Es decir, la negativa sistemática de considerar capaz de conducir a un conocimiento 'verdadero' toda interpretación de los fenómenos dada en términos de cusas finales, es decir de 'proyecto'. Se puede datar exactamente el descubrimiento de este principio. La formulación, por Galileo y Descartes, del principio de inercia, no fundaba sólo la mecánica, sino la epistemología de la ciencia moderna, aboliendo la física y la cosmología de Aristóteles.
...
Postulado puro, por siempre indemostrable, porque evidentemente es
imposible imaginar una experiencia que pudiera probar la no existencia de un proyecto, de un fin perseguido, en cualquier parte de la naturaleza.
...
La objetividad, sin embargo, nos obliga a reconocer el carácter teleonómico de los seres vivos, a admitir que en sus estructuras y performances realizan y prosiguen un proyecto. Hay pues allí, al menos en apariencia, una contradicción epistemológica profunda."

Y que lo digas, Jacques. La elaboración teórica no tiene por qué aceptar tal postulado. El mecanicismo es una preferencia metafísica. Negarse a discutir sus presupuestos me parece dogmático.

Masgüel dijo...

Retomando lo que comentamos hace unos días respecto a la experiencia de lo sagrado, enlazaría con el tema de este hilo afirmando que para mí mística y estética son sinónimos. Es una experiencia religiosa encrontar su belleza a todas a las cosas. Una de las formas en que el sufismo, el misticismo del islám, se define a sí mismo es cortesía espiritual, con cada instante, en toda circunstancia y en todo momento. Bueno, tampoco hay que pasarse, que antes o después todo el mundo se mete el dedo en la nariz si tiene un moco seco y alifalao como un vaso roto.