"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, diciembre 28, 2010

Contrarios a la Ley Sinde, ¿piratas o parásitos?

En el dvd de Submarino, el dramón de Thomas Vinterberg, no hay ningún anuncio del Ministerio de Cultura incitando a que no te descarges material protegido por derechos intelectuales sino de Filmin, la empresa online de de visionado de películas en streaming.



Spotify, Filmin o Mubi han cambiando el panorama de la industria audiovisual, por fin volcada a las nuevas tecnologías y a Internet. El "pirateo", las descargas de música y de películas fueron durante mucho tiempo no sólo la única forma de poder disfrutar de muchas obras cuya distribución en España resultaba problemática por la obsoleta industria cultural sino un acto de desobediencia civil precisamente contra un oligopolio en el mercado de la cultura. Un oligopolio caracterizado por la ignorancia más supina, la incultura más chabacana y una estupidez empresarial a prueba de caspa.  Entonces estaba en cuestión la libertad de expresión como una forma de la libertad de acceso a la cultura.

El pirateo mostró lo que podía y debía ser un mercado cultural dinámico y vanguardista. Sin embargo, tanto por lo que a la música como al cine se refiere dicha actividad pirata se está convirtiendo, al cambiar las circunstancias de mercado, en un fenómeno reaccionario y parasitario, donde antes era vanguardista y rompedor, porque socava el suelo clientelar de iniciativas empresariales como Spotify, Mubi o Filmin y la destacable y meritoria de compañías de DVD como Intermedio o Cameo.

Estas empresas de la industria cultural más pujante son las que ahora están amenazadas por la actividad de los piratas que se ponen las botas:  las webs de descarga con ánimo de lucro. Por ello, la ley Sinde no sería el demonio iraní con el que algunos se han adornado.  Por el contario, vendría a beneficiar al mercado incipiente de la industria audiovisual en Internet logrando el menos malo de los equilibrios entre los intereses de los creadores, que ven así protegidos satisfactoriamente sus legítimos derechos a la propiedad intelectual, como de los clientes de dicha industria que tienen a su disposición una oferta cultural variada que abarca desde Harry Potter a Apichatpong Weerasethakul pasando por la pareja Straub/Huillet.

Quedan todavía, sin embargo, industrias obsoletas que se resisten a cambiar sus hábitos decimonónicos, como la del libro. Sin embargo, también aquí se aprecian movimientos en la dirección adecuada.  Además, que se acabe con las webs con ánimo de lucro que proliferan por la red española no significa que se acabe con el intercambio de archivos en ese margen de auténtica relevancia cultural, es decir, volveremos a usar el mulo y el pando.



Naturalmente habrá quién se siga descargando mp3 en los tiempos de Spotify y series y películas que podrían disfrutar mucho mejor pagando por verla en los multicines de su ciudad, en los magníficos videoclubes que han resistido la avalancha pirata o comprándolas en las que más ediciones decentes.  Pero si algo me ha quedado claro en esta revuelta tweetada contra la Ley Sinde es que además de las razonables críticas a la acción legislativa - sobre todo, la cuestión de la seguridad jurídica del cierre de las webs afectadas que, en mi opinión, fue enmendado adecuadamente en el desarrollo legislativo - también hay un resentimiento de ciertos sectores contra el mundo de la cultura en sí y bastante parásito suelto que quisiera ser Sir Francis Drake (o al menos tenerla como Errol Flynn)



En definitiva, creo que la Ley Sinde se aproxima mejor que otras muchas a una solución que garantice los derechos a la propiedad intelectual y el adecuado funcionamiento de la competencia en el mercado.  Que la actividad pirata haya sido el catalizador de la acción empresarial ha sido una experiencia muy interesante pero creo que estamos en el momento en que hay que cambiar de paradigma e institucionalizar la propiedad intelectual adecuadamente dentro de los mecanismos de la mano invisible, no de la mano negra.


PD.  Mi amigo David Ballota lídera desde Nación Red la oposición a cualquier tipo de Ley Sinde.

PD. El punto de vista del PP a través de José María Lassalle, con el que estoy de acuerdo. Me da la impresión de que la Ley Sinde va a ser tuneada discretamente en el Senado entre el PSOE Y el PP para que se apruebe finalmente.

8 comentarios:

E. Leon dijo...

Encuentro una gran objeción a tu argumento: si tanto ganan esas webs, por qué no montan lo mismo las productoras?

Masgüel dijo...

Santiago, el problema es no querer admitir que lo infinitamente reproducible tiende a la gratuidad como lugar natural. El modelo de negocio en streaming aprovechará una ventana temporal de rentabilidad relativamente breve. Ofrece comodidad, pero a la larga, quien vive en el campo, no compra flores. En un santiamén nos veremos inmersos en la internet de las cosas y la realidad aumentada. Un cambio tan radical en las tecnologías comunicativas se lleva por delante todos los esquemas políticos y económicos precedentes. En el mundo que viene, la propiedad intelectual es una rémora. Dará guerra (ya la está dando), pero no tiene fichas para ganar la partida. La noosfera está cuajando y traga energía a carrillos llenos. El petróleo es el elefante en la habitación, el factor limitante. Todo depende de superar ese listón. En una civilización que disponga de energía ilimitada, la cultura y la innovación será colaborativa y amateur. Los leones no cazan con la barriga llena. Ha sido una aventura fascinante y los últimos capítulos tienen un suspense que te muerdes los codos, pero nisiquiera el capitalismo dura para siempre.

Abraham dijo...

¿Propiedad intelectual?

¡El Verbo es mío, mío, sólo mío!...

Nos lo robaron... ¡mi tesssoro!

Libertariano dijo...

"Propiedad intelectual" es una expresión que hay que entrecomillar ya que es un concepto complicado de institucionalizar y que es dado a los resbalones en la reflexíón.

Pero North & Thomas me convencieron hace tiempo de lo decisivo que fue la invención instituconal de las "patentes" para el desarrollo tecnológico de Occidente.

Y por ahí vas los tiros...

Max, lo que dices es muy interesante pero soy más empirista que tú o menos profético que tú. La corriente streaming creo que es el futuro. 24symbols para ebooks sale en marzo, a ver que tal... Evidentemente tú y yo vamos a seguir descargándonos flores raras, de esas que no están ni en el campo ni en el mercado. Pero la diferencia entre tu planteamiento y el mío es que creo que la gente del campo sí que compra flores (tulipanes, por ejemplo) Por otro lado, he visto a gente arrancando flores de los jardines públicos. Parásitos, no piratas.

Mi defensa es del pirateo, en los heroicos foros y agrestes prados donde internautas libertarios y solidarios, lo cortés no quita lo valiente, compartimos las flores raras que el mercado no consigue ofrecer en los márgenes (aunque cada vez más los márgenes se estrechan).

Otra cosa es el parasitario proceder de los que corroen la industria cultural, desde los videoclubes a los multicines (van a transformar otros queridos multicines en bar de copas) a los incipientes y emergentes distribuidores de cine por internet llegando a los pequeños estudios. Los majors siempre tendrán margen para sus superproducciones...

E., sencillmente porque el negocio de la producción no es, casi nunca lo ha sido, el de la distribución. En todo caso querrás decir que por qué no montan la distribución online los de la distribucion offline. Y vuelta a lo mismo: porque no es lo mismo... Pero el mercado ya está respondiendo y lo importante es que se le permita progresar en un marco liberal de derechos a la "propiedad intelectual" bien establecido y de competencia fair play.

Es decir, lo que tienen que hacer las webs de descarga ilegales es "legalizarse"!!!!

Boecio dijo...

Lo de la Ley Sinde es “ponerle puertas al campo”. La Audiencia Nacional podrá cerrar únicamente las páginas que haya en España, pero no las de otros países. Y ya las hay.

Yo en este tema veo varios problemas. Por una parte está el abuso de las casas discográficas y de los artistas (y con ello me refiero a toda la “industria” artística, llámese como se quiera). Los precios de sus productos son muy altos desde siempre, y el nivel de vida de los artistas también. Yo recuerdo cuando salieron los primeros CDs, éstos eran mucho más caros que los discos de vinilo. Nos decían cosas como que los costes, que la tecnología utilizada etc. eran mucho más altos. Está claro que nos engañaban. Y hoy siguen siendo caros.

Por otra parte tenemos una nueva generación de jóvenes, y de no tan jóvenes, que se han acostumbrado a lo fácil, y a lo que no cuesta trabajo. De nuevo recuerdo que comprarnos un vinilo nos costaba mucho; era algo caro que requería ahorro y trabajo, y por ello se valoraba mucho más una vez que lo conseguías. Hoy ya no se valora del mismo modo; te lo bajas gratis en cualquier momento, y ya está.

En esto de las descargas hay que partir de una cuestión cultural, si quiere llamarse así. Desde el origen de la informática casi todo el mundo en España tenía los programas piratas. Y seguimos con el pirateo. Lo que pasa es que ahora con lo de las descargas de música y de cine hay más presión por parte de los lobbies. Esta cultura del pirateo es sobre lo que habría que actuar en un primer momento.

De todas formas, mientras la música o el cine le salgan gratis total a la gente… Ni la Audiencia Nacional ni el Ministro del Interior, ni la Unión Europea.

Aerolito dijo...

Pues a mí si me ofrecen la posibilidad de previo pago de una cuota mensual tener libre acceso a todo contenido multimedia en la red (ya sea vía streaming o cuando la informática cuántica o la nanotecnología lo permitan), tienen asegurado un cliente fiel. Ya se sabe lo bonito que es vivir de sueños...

De todas formas, si se llegara a implantar un modelo de esa índole, preveo la desaparición de todas las secciones de dvds de los grandes almacenes, que deberían readaptar esos espacios a usos alternativos, pongamos por caso en una especie de pequeños cineclubs para ver en pantallas gigantes los últimos estrenos en streaming o temporalmente los últimos lanzamientos en dvd, antes de su desaparición gradual...

Incluso estos eventos culturales podrían ser patrocinados por los propios fabricantes de dispositivos multimedia, para que el público observe de primera mano las prestaciones de sus nuevas criaturas...

A su vez, esto supondría una mayor competencia para las salas multicines, pero tampoco significaría su extinción, al menos no necesariamente, pues si un cine tuviese la posibilidad de acceder via streaming a cualquir contenido multimedia y ofrecerlo a sus clientes con suficiente antelación como para que estos pudieran reservar por internet sus localidades, se asegurarían el lleno absoluto o cuasi absoluto en casi todas sus sesiones, con la mayor rentabilidad económica que eso reportaría... muchos preferirán la comodidad de sus casas, pero no olvidemos que el ser humano es un ser social, y por lo tanto con las reuniones de amig@s, el negocio está asegurado...

Lo que está claro es que el actual modelo de vender deuvedés o blurais, está prácticamente muerto... el futuro dueño de los contenidos multimedia tiene un nombre con tres letras... RED, WEB, o cualquier otra combinación posible... pero el futuro es suyo...

Así que amigos, demos la bienvenida al futuro, alegrémonos que así sea, y enterremos definitivamente el pasado, y lo más importante de todo, no nos olvidemos de disfrutar del presente...

Saludos virtuales.

Unknown dijo...

Santiago la verdad no estoy de acuerdo con la ley sinde y mire, que no soy Español, soy de Mexico pero es un hecho indudable que el mundo de la red en habla hispana, procede de la madre patria tan asi que dos terceras partes de los blogs y sitios webs en nuestro idioma son Españoles, al final lo que se decida en España repecutira quierase o no en America Latina.
Como le decia no estoy de acuerdo, ya que por muy arreglada que pueda estar la propuesta es obvio que tarde o temprano introducira medios para censurar la red y estando como estan las cosas no solo es un obstaculo, es un fatal retroceso, pero con todo hay un hecho del que no dudo, tanta oferta de cultura gratuita puede tener un alto precio y no, no me refiero a que los creadores se queden mendigando al no poder beneficiarse de aquello que han creado (No por que considere sucio el lucro, si no por que apareceran otras alternativas para beneficiar al artista sin necesidad de pedir el garrote del estado) mas bien por que parafraseando a Oscar Wilde en estos tiempos se adquiere cultura sin precio alguno pero a su vez sin valor alguno.
Me descargo Cervantes, concluyo el Quijote y lo mando al papelara de reciclaje tambien mande mi sensibilidad a la papelera, mejor le continuo al Quake 4 para quitarme el aburrimiento y yo que creia que seria mejor que ese bodrio llamado El ciudadano Kane, chale carnal estos viejitos no saben con que entretenerse.

Miguel VG dijo...

Por una parte la industria discográfica y del cine habla de los mucho que han descendido sus ventas, pero no habla de lo mucho que se han incrementado los conciertos (en los últimos dos años el número de conciertos en España se ha multiplicado por 2).
Además nadie parece enterarse de que la ley es perversa porque el cierre de páginas se le encarga a "una comisión" nombrada por el gobierno de turno que luego envía las páginas a un juez. Procedimiento completamente irregular.
Imaginaos que yo pongo en mi blog un enlace a un video de youtube y que ese video resulta tener derechos de autor, entonces me podrían cerrar mi blog entero (no sólo el enlace) y quien lo propone es una comisión del gobierno