En Libertad Digital comento algunos aspectos menos conocidos de la última entrega de los Premios Max de teatro, en los que hay una categoría que pasa desapercibida pero que es crucial para la creación de una industria cultural: el Max al mejor empresario. El empresario cultural tiene que ser un tipo con dos rostros, como Jano, capaz de buscar un equilibro entre la calidad y la cantidad, entre los valores estéticos y los monetarios.
Miguel del Arco, el hombre del año en el mundo del teatro, ha demostrado que tiene los mimbres necesarios para convertirse en ese centauro de las bambalinas. Habrá que ver, sin embargo, si la gente del teatro en España es capaz de ir más allá de su querencia por la teta pública, buscando nuevos soportes para las obras de teatro.
Por ejemplo, una dificultad que tienen estos premios es que por la propia especificidad del directo teatral es muy complicado que los académicos hayan visto todas las obras que hayan merecido la pena. O que lleguen a más público del presente en la sala. Así pues sería interesante la grabación en dvd de las obras y su venta a través de las mismas páginas web de las productoras. Una especie de Estudio 1 contemporáneo y virtual.
PD. Los clásicos Estudio 1 se pueden volver a ver
en la web de RTVE
2 comentarios:
No puedo creer que los clásicos de Estudio 1 puedan verse en internet. Corro allá como loco.
Antes de hablar de "tetas" y subvencionados, debería documentarse un poco para no hacer el ridículo de la manera en que lo hace ni difundir noticias falsas. Me parece bien que hable maravillas de sus amigos, pero puestos a comparar, hay que hacer el ejercicio de "estudiar" primero.
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