En Libertad Digital escribo sobre Deadwood, la serie que recreaba el universo del western de una manera que era Ford, Peckinpah, Boetticher, Hellman y todos los grandes en uno. Y con uno de los más inolvidables personajes del universo televisivo contemporáneo, Al Swearengen.
5 comentarios:
Casualidades de la vida, acabé de verla la semana pasada. Sorprendido no sería la palabra con la que calificaría a esta serie, capaz de dejarme enganchado al respaldo del sofá durante horas, incapaz de pulsar el stop de mi reproductor multimedia. Nunca el Western, y su inconmensurable hijo bastardo, el Dirty Western, alcanzaron cotas tan altas de calidad. El responsable de su cancelación se merece una charla a solas con el bueno de Al Swarenguen.
Casualidades de la vida, acabo de ver "El hombre que mató a Liberty Valance" y, si se acerca de lejos, tendré que ver Deadwood sí o sí.
Es una obra maestra de la televisión. Otra más de la HBO. Además a mí me sirvió para reflexionar sobre los límites del anarcocapitalismo o sobre la teoría del orden espontaneo.
Una cosa Milch, cambió de registro haciendo despues otra serie que a mí me encanta, John From Cincinnati. Aunque es inferior a Deadwood y la HBO se la cargó apresuradamente, merece la pena seguir esta historia sobre una especie de angel que cambia (o no) la vida a una familia de surfistas.
La tengo, si tienes interés siempre la puedo subir.
Ah, y Milch creo que iba a hacer otra serie, Luck con Dustin Hoffman de prota, sobre el mundo de las apuestas de caballos, pero parece ser que el episodio piloto lo iba a hacer Michael Mann y esto jno entusiasmaba a Milch
Lo de que lo echaron a los cerdos al bueno de Milch era una exageración deadwoodiana, evidentemente. Aunque no he visto las series que cometnas. Las buscaré y si no, te las pido, ok
El hombre que mató a LV, pero en reverso tenebrosísimo, advierto.
Me alegro de las casualidades!!!
Hay una joya que se rodó 2 años después de la prodigiosa "Deadwood"-todavía seguía la tercera temporada- que de algún modo aborda el universo de la encantadora HBO. Una genialidad del gran W. Hill (Los protectores 2006, miniserie de 3 epds.), que deprende un tempo Fordiano -reafirmo- tardío al vasto territorio del salvaje oeste de la mano de mi viuda freudiana por excelencia
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