"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, octubre 09, 2011

Melancholia, de Lars von Trier



En Libertad Digital comento Melancholia, la película más polémica del último Festival de Cannes por las declaraciones de su director al que he rebautizado como Lars von Hitler precisamente por ellas.  Melancholia es de un romanticismo arrebatador, tan salvaje como lo era el decimonónico.  Como muestra del clima de la película, tan wagneriana, la música de Tristán e Isolda con la que comienza en una obertura cinematográfica maravillosa




Kirsten Dunst, su particular Isolda, Premio a la mejor actriz en Cannes




PD. Karajan en uno de sus últimos conciertos dirigiendo T&I

1 comentario:

Jeremías Johnson dijo...

Cuidado con los melancólicos, los de la bilis negra, que sueñan con el fin del mundo como otros sueñan con vacaciones en Capri.

Dice Lars en la entrevista publicada en el website oficial de la película: »En cierto sentido, la película tiene un final feliz.«

Lars, un melancólico declarado, que sabe lo que es la depresión (dice que es algo propio de todas las personas sensibles), comenta la afortunada circunstancia de que la actriz protagonista, Kirsten Dunst, también hubiera sufrido una depresión, ya que su personaje, Justine, es un personaje melancólico.

Afortunada circunstancia, igualmente, que Penélope Cruz quedara descolgada del proyecto. No la asocio mucho con Richard Wagner, la verdad sea dicha.

Yo, que también soy melancólico, y que también he soñado con el fin del mundo, y que también me he dejado arrebatar por el preludio al acto I de Tristán e Isolda (mi favorita es la versión de Karl Böhm), en cuanto he visto el trailer de esta película hace unos días, se ha activado algún resorte en las profundidades de mi corteza cerebral (hemisferio derecho, imagino), porque la impresión que me ha dejado es inquietante y misteriosa. Vamos, que me ha impactado, y eso que yo no figuro en la nómina de fans de Lars el melancólico.

Ya que estamos con romanticismo desatado y con ópera wagneriana, aprovecho para recordar esta secuencia cargada de fatalidad, que a muchos traerá buenos recuerdos.