"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

miércoles, mayo 30, 2012

Donde pone "misioneros jesuitas" pensad en alemanes; los indios, claro, somos nosotros, españolitos (nos guarde el BCE)

"Cuando los misioneros jesuitas y católicos se dispusieron a enseñar por primera vez la cultura y las maneras europeas a los indios... se asentaron con las tribus y les establecieron rutinas diarias como si fueran niños de escuela; obedecieron debidamente, por muy perezosos que fueran. Los misioneros también construyeron almacenes y enseñaron a los indios a utilizarlos como previsión de necesidades futuras. Los misioneros eligieron los mejores métodos para civilizar a quienes estaban a su cargo, tratándolos como niños. Un misionero solía incluso tocar una campana a medianoche para recordarles de cumplir con sus deberes matrimoniales, pues sin ello no se les habría ocurrido. Estas reglas tuvieron el (muy beneficioso) efecto de despertar sus necesidades, algo que está en el origen de toda actividad humana."

 La alemanidad ilustrada de Hegel le hacía admirar, en Lecciones sobre la filosofía de la Historia,  esa laboriosidad metódica y disciplinada de los vascos jesuitas a la hora de meter en vereda a los perezosos por poco ambiciosos indios. El problema de los españoles es un poco diferente. Estamos acostumbrados a satisfacer innumerables necesidades sin pagar su coste. Queremos, por ejemplo, una sanidad pública, universal y gratuita pero luego los médicos se quejan de que les pagan poco. Bienvenidos, social-demócratas y demócrata-cristianos, al infierno de la realidad económica a despecho de vuestras bienintencionadas utopías. Ayer me contaba un amigo la historia del más alucinante estafador y timador que pulula por Córdoba. Jamás ha pagado una cuota de los pisazos que alquilaba; nunca ha habido fondos en las letras con las que presuntamente abonaba los cochazos de los que disfrutaba; sus hijos tienen deudas con Hacienda por varios cientos de miles de euros porque ponía a su nombre todo lo que podía. Sólo en una ocasión tuvo reales problemas con la Justicia. Intentó estafar a una compañía alemana de compra-venta de coches, la cual, ni corta ni perezosa, e importándole un bledo que los costes de la operación para llevarlo ante los jueces superasen con mucho el valor de la estafa no pararon hasta que lo pusieron contra las cuerdas.

Esperando a los bárbaros, escribió Kavafis. Hoy los bárbaros esperamos que vengan los civilizadores. En cualquier caso, correrá la sangre. PD. La Misión fue aquella peliculita de Joffe en la que los jesuitas hipnotizaban a los indígenas a golpe de oboe en lugar de a golpe de bastón y conseguían que los indios cantasen como los ángeles del Vaticano. Como en el caso de El club de los poetas muertos o El rey león, si se proyecta para atrás se aprecia un mensaje diabólico...

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