"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

martes, mayo 29, 2012

Nunca me compraré un Alfa Romeo

Alfa Romeo ha cedido al chantaje moral del Observatorio sobre la Violencia de Género del Instituto de la Mujer y ha retirado este anuncio de su modelo Giulietta.  Por supuesto que la empresa automovilística está en su derecho de caer bajo la presión de dicho lobby, una de esas instituciones estatales típicamente socialdemócratas que con la excusa de la búsqueda del "bien público" imponen los criterios moralistas de determinados grupos sobre el resto, apoyándose en el monopolio de la violencia y en el gigantesco poder "persuasivo" que tiene el Leviatán.  O, todavía peor, plenamente convencidos de la requisitorio pseudofeminista.

 "Mírame, tócame, incítame, provócame, sedúceme, contrólame, protégeme, grítame, relájame. Yo soy Giulietta. Si vas a hablar de mí, prúebame".


El anuncio es uno de tantos que explota la relación erótica entre la conducción y el sexo, entre poseer un coche y conseguir un oscuro objeto de deseo.  Sería interesante saber si cuándo el Don Draper de turno pensó en el anuncio tenía pensado dirigirlo hacia las mujeres, hacia los hombres o hacia ambos.  En cualquier caso, el anuncio, es cierto, coquetea con la fantasía bastante extendida entre hombres y mujeres, de todos los géneros y orientaciones, de dominación y violencia.  Pero qué sería del sexo sin fantasías, sobre todo políticamente incorrectas tal y como dirían Loquillo y Luis Alberto de Cuenca.   El orden además es importante.  Tras el control, la protección.  Tras los gritos, pues eso, la relajación...  Supongo que las beatas y monaguillos del Instituto de la Mujer no se han pasado por un sex-shop en su vida (yo tampoco, pero me lo han contado)

Pero gracias al mecanismo democrático del mercado, que nos permite votar en la plaza pública de la oferta y la demanda y de las empresas en competencia, los ciudadanos podemos ejercer la ciudadanía a través de decisiones responsables de consumo.  En este caso, oponiéndonos a los grupos de presión que pretenden de forma paternalista imponernos su estrecha, resentida y estreñida visión del mundo, una suma de prejuicios espurios e intereses torticeros.   Y a las empresas que en lugar de resistirse a las demandas de estos grupos, se hacen cómplices de ellos, fomentando la (auto) censura y el doble pensamiento.  En fin, podemos no votar a partidos que como el PSOE o el PP hacen proliferar como hongos a costa del erario público estas instituciones parasitarias de nuestro sentido moral, estético, además de nuestros bolsillo.  También podemos llegar un mensaje a las empresas de que allá ellas si se dejan coaccionar por cualquier mafia pero que los ciudadanos-consumidores también sabemos defender nuestro derecho a que no nos tomen por imbéciles.

 Al fin y al cabo, las señoras y señoritas, y algún caballero de adarga en ristre si los hay, del Instituto de la Mujer tienen que justificar los sueldos que cobran de los contribuyentes y algo tendrán que hacer.  La labor de inquisidora les queda tan bien...



PD. Con otro spot para el Giulietta que protagonizó Uma Thurman, el objetivo del grupo de consumidores al que se dirige, mujeres de clase media alta con gustos sofisticados, queda más definido. Así como los gustos sexuales de las susodichas, muy Belle de Jour. Cosa que jamás entenderán las chicas del Instituto de la Mujer (socialdemócrata)

3 comentarios:

Jon Alonso dijo...

Me vuelve loco este anuncio, me encanta no lo conocía. Es buenísimo. Qué hubiera pasado si vieran esta obra maestra del mítico Seat Panda. Mad Men, a forever. Saludos
http://www.youtube.com/watch?v=ErdPRJZUj0I

Libertariano dijo...

Sin duda, el mejor anuncio de coches de la historia. Inmenso, JC

Anónimo dijo...

La erótica en los anuncios de automóviles (y fuera de ellos también) se da bastante en Italia y Francia, pero no funciona igual en los países de lengua española o inglesa, por ejemplo.

¿Por qué? Por una cuestión lingüística. En francés e italiano, el equivalente de nuestro coche es una palabra de género femenino. Es decir, LA voiture y LA macchina.

Y claro, este anuncio, seguramente de un original italiano, no se entiende igual en español. Se pierde el sentido de los juegos de palabras, y parece que las alusiones eróticas están forzadas y son gratuitas. Sin embargo, en italiano o en francés, la ambigüedad intencionada mujer-coche permite que el anuncio pase la censura de los guardianes de lo políticamente correcto.