"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

lunes, diciembre 03, 2012

"César debe morir" o de la tiranía (Taviani)

Los hermanos Taviani han tenido una buena idea que ellos mismos se han ocupado de sabotear y traicionar hasta convertirla en un fiasco.  Hacer que los presos de una cárcel italiana intepretasen el Julio César de Shakespeare dentro de un programa de teatro para rehabilitarlos es algo que le hubiese gustado a Pier Paolo Pasolini.  La elección de Julio César no es inocente porque representa el conflicto entre la libertad política y la autonomía individual que representa Bruto, enfrentada al instinto estatalista y el despotismo encarnado en Julio César.  Shakespeare, como siempre, no se moja y lo mismo le da la razón al hijo traidor a su padre y fiel a la República como a Marco Antonio, el heredero intelectual y despótico de César.

Formalmente impactante por un blanco y negro expresionista que subraya los extraordinarios rostros marcados de los criminales -asesinos, mafiosos, traficantes- así como sus registros idiomáticos -escuchar esta película doblada es más que un error, es una forma de autoinsulto-, sin embargo, los hermanos Taviani escamotean la grandeza de Shakespeare con una interpretación del sistema carcelario propia del sentimentalismo barato y torticero de Paulo Coelho, con unas lacrimógenas escenas que presuntamente reflejan la vida de los presos en la cárcel.  Curiosamente, toda la veracidad que transmiten los actores amateurs en la piel de los romanos de hace dos mil años se transforman en impostura y ridículo cuando se interpretan a sí mismos.  No es culpa suya, sino de los Taviani cuando los obligan a ser máscaras de sí mismos, a dar pena al espectador burgués.  Un ejemplo, el último plano de la película:


En los títulos de crédito finales nos informan de que un par de presos han escrito libros y tal.  Pero no de los que reincidieron en el asesinato o el narcotráfico...

1 comentario:

Jon Alonso dijo...

Santiago, a pesar de no ser nada del otro mundo. La prefiero a esa empanada mental llamada “Holly Motors” del happening. Y es que los devotos de Pasolini y Antonioni están de enhorabuena. Mi viejo amigo, Shepard ya le dio un capón —iba a utilizar un término más mourinhonista, una hostia—, pero igual se me tilda de reaccionario o radical. Un sustantivo castellano tan hermoso al insigne, D. Michelangelo. Los Taviani se apuntan a la moda de revisar al ínclito, Shakespeare. Resultado: unos Sopranos calabreses amateurs con suflé de “Gomorra”. Tampoco me aburrió, pero está todo inventado. Ya lo dijo el profeta. Salud