"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, enero 19, 2014

After Earth, lo más infravalorado de 2013

Además de los premios Oscar, también se otorgan en estos días los Razzies a lo peor cinematográficamente del año.  A peor película están nominadas After Earth, El llanero solitario, A Madea Christmas, Movie 43 y Son como niños.  Ojalá se lo lleve la película de ciencia ficción dirigida por Night Shyamalan e interpretada por Will Smith y su hijo, porque de esta forma se cumplirá una de esas injusticias siderales que luego se convierten en leyenda y hacen de la película un film de culto.

After Earth es, sin duda, una película rara en el sentido de que se aparta de las expectativas que puede presentar una película de ciencia ficción interpretada por Will Smith.  En lugar de la típica película heroica y optimista, Night Shyamalan le ha imprimido su característico sello de una tristeza metafísica que sobrevuela todas sus películas, de colores apagados y gestualidad lenta.  De El sexto sentido a El bosque pasando por El protegido o El incidente, Night Shyamalan diseña un universo en forma de cuento gótico, con sutiles moralejas y metáforas escondidas, en lo que resulta la más extraña combinación de lo mejor del cine norteamericano y europeo.

De hecho, la película con la que tiene más relación After Earth es con la película suizo-francesa, dirigida por Ursula Meier, L'enfant d'en haut, donde se investiga también la relación paterno-filial desde una perspectiva desacostumbrada a través del relato de supervivencia de un chaval en un entorno hostil.  Cambia Night Shyamalan el costumbrismo de una estación de montaña de Meier por la ciencia ficción de un planeta perdido de la galaxia, pero permanece idéntico el paso de la infancia a la adolescencia a través de ritos de supervivencia, por un parte, y de igual modo, la transición de ser un mero progenitor a un padre/madre con todo lo que ello implica.



After Earth es un prodigio de guión (también nominado por los genios de los razzies, a los que habría que darles el razzie de la crítica cinematográfica) sustentado en dos metáforas básicas.  La primera, el hecho de convertirse en un "fantasma" para poder luchar contra unos monstruos diseñados para reconocer a los humanos por "feromonas de miedo", lo que supone un descubrimiento visual extraordinario tanto para reflejar el miedo que implica la paternidad como el miedo que supone la infancia, y su superación en ambos casos.  En segundo lugar, el padre obligado a permanecer en modo pausa mientras su hijo se busca la vida.

Pero la que tiene éxito es Los juegos del hambre 1, 2 y lo que nos queda...



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