"Las ideas son menos interesantes que los seres humanos que las inventan" FranÇois Truffaut

domingo, octubre 19, 2014

La calle más "impresionarte" de Madrid

A las espaldas del Museo Reina Sofía se encuentra la pequeña calle del doctor Fourquet, donde todos los días se produce un pequeño milagro.  Como otras tantas en la zona de Lavapiés, es de edificios bajos y aceras estrechas, agradables de ver pero se diría que no muy cómodas para vivir ya que se adivinan techos bajos y escaleras que crujen.  Como nos enseñó Hotelling, los negocios de un mismo sector tienden a agruparse por proximidad para así aprovechar la ventaja de la atracción común de un mismo tipo de cliente.  En este caso el homo artisticus, una sui generis variación del homo economicus.



En los apenas trescientos metros de doctor Fourquet se concentran 16 galerías de arte en las que disfrutar de una alternativa rabiosamente contemporánea al arte canónico de los museos al tiempo que se puede emular por relativamente poco dinero -concretamente de 250 a 80.000 euros- a los Medici financiando la labor pictórica de una pléyade de artistas en su mayoría emergente, aunque también hay algún otro consagrado.



De la fotografía en pequeño formato de Manuel Lagunillo (a 2.500 euros la pieza, aunque hacen descuento al comprar al menos tres. En Casa sin fin) a los grandes formatos pollockianos aderezados con la broma pop de pintarlos sobre billetes de euro cortados en tiritas de Jorge Galindo (el más grande, a 80.000 euros, aunque la mayoría se pueden adquirir por 2.5000 euros en Helga de Alvear) hasta la fragilidad de la serigrafía en corcho de Ian Waelder (2.000 euros, mi favorito pero ya estaba vendido a un coleccionista extranjero que se había llevado la exposición entera el mismo día de la inauguración en L21), el acrílico sobre cristal de Ana Manzanares (400 euros en Sexta Expresión) o el arco iris en rotulador sobre lienzo sin tratar del artista autista Christopher Knowles que tuvo un arranque de inspiración cuando se enteró que su padre era gay (8.000 euros)






El arte es la refutación más obvia de la teoría del valor de Marx según la cual el valor de un producto dependía del trabajo incorporado.  No es una cuestión de cantidad sino más bien, Karl, de calidad: inteligencia, creatividad, estética...  Un trazo fugaz de Picasso vale más que los esfuerzos heroicos pero banales de los brochazos sospechosos habituales.  Por otra parte, las obras artísticas todavía conservan cierto pudor comercial.  En ninguna de las galerías el precio está expuesto junto a la obra por lo que hay que pedir una recatada "lista de precios", en una combinación díficil de desentrañar entre hipocresía farisaica y respeto a lo sagrado que todavía, y pese a las proclamas arthurdantianas sobre el fin del arte, se intuye en la creación artística.  Como si los artistas todavía dudasen entre la pose showman de Andy Warhol y la mística de Joseph Beuys.

Por otro lado, artistas como los que están expuestos en estas galería pueden vivir bastante bien de su trabajo artístico, fundamentalmente porque la obra de arte original sobrevive sin dificultad a los simplones tecnológicos que creían que la perfección del simulacro técnico acabaria por arrumbarlas al contenedor fósil de los museos.  Sin embargo, el arte original está más vivo que nunca porque la población en general tiene más cultura, es decir, más sensibilidad y gusto.  A su modo, cualquier burgués de clase media puede convertirse en un mini barón Thyssen con el único requisito de que sea capaz de salir de la vorágine consumista habitual -coche, crucero, gadget tecnólogico, segunda vivienda en la costa- para mediante una "compra inteligente" hacer de este mundo un lugar un poco más estético, más original y creativo.




PD.  Sólo me dió tiempo a visitar el ala oeste de la calle Fourquet, más de un par de horas de arte saturan la capacidad de asombro y análisis, para lo que es conveniente empezar el recorrido con el delicioso café y bollería ecológica en la curiosa combinación de librería de segunda mano y cafetería gafapasta pero de denominación intrínsicamente liberal:  La Libre














2 comentarios:

Anónimo dijo...

buff que empenyo le pones a aburguesificar el arte... si no te cuidas acabaras como amando de miguel lol

Gesualdo dijo...

No acabo de ver qué tiene de estético un trozo de poliestireno expandido al cual están pegado unas tiras de cinta de embalar, la verdad...y no lo considero para nada una "compra inteligente"; mucho menos en comparación con "un crucero, segunda residencia,..." o cualquier otro de los lugares comunes que se le pueda ocurrir.